domingo, 2 de noviembre de 2008

Los hombres de hoy quieren tener hijos, pero las mujeres dicen "no"



Por: Gisele Sousa Dias
Si fuéramos animales, deberíamos hablar de instintos: de un supuesto "instinto maternal" que tradicionalmente, al menos en el imaginario colectivo, hacía sombra a un supuesto "instinto paternal" porque las ganas de la mujer de tener un bebé solían desperezarse antes, más, cuando la vida fértil apura.

Pero entre humanos, los instintos son más bien deseos. Y mientras cambian los estereotipos de la femeneidad -y la mujer deja de creer que sólo es o termina de ser cuando es madre-, la paternidad se revoluciona y empieza a mostrarse como un deseo propio, no como uno parasitario del deseo de la mujer.

Así, en algunas parejas, los roles empezaron a intercambiarse: son ellas quienes prefieren postergar para escalar en lo profesional o en lo laboral. Y son ellos quienes no quieren esperar más: tienen el deseo o el instinto, no importa. Importa que quieren ser papás.
Desde la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) dicen que el tema ya se instaló en congresos y simposios. "En el último tiempo ha habido una cierta revolución en los varones jóvenes: la paternidad empezó a aparecer como un deseo propio muy fuerte y dejó de ser sólo el acompañamiento del deseo de la mujer", introduce Norberto Inda, psicoanalista de UBA, experto en temas de paternidad y asesor para la Unesco en temas de género. Y agrega: "Antes 'ser macho' estaba ligado con la potencia con el afuera, con las mujeres, los autos, con el hombre como sostén de la economía. Pero la modificación de los estereotipos de femeneidad implicó un replanteo de la masculinidad.

La paternidad aparece así como un nuevo capítulo de la masculinidad: querer ser padre o presenciar el parto ya no es visto como una mariconada. Al contrario, mariconada sería perdérselo".

Harry Campos Cervera, psiquiatra de UBA y psicoanalista de APA, sigue: "Venimos de una cultura machista en la que el hombre era proveedor exclusivo. Hoy, en cambio, relegó parte de esos atributos en la mujer porque los dos trabajan y ganan dinero. Es así que el hombre se siente más débil, por eso necesita algo que le sustente su hombría: el ser procreador".

Por qué ellas postergan, a estas alturas suena a obviedad, aunque, dice la psiquiatra Ana María Muchnik, además de priorizar la profesión, "muchas mujeres no tienen apuro en ser mamás porque están respaldadas por las técnicas de reproducción asistida que prolongaron los tiempos biológicos". El punto es por qué a muchos hombres, aun siendo tan jovencitos, los gobierna el deseo de ser papás.

Pedro Horvat, psicoanalista de pareja y familia, dice: "Un hombre puede querer tener hijos por muchos motivos conscientes e inconscientes: por necesidad de trascender (de continuar el apellido), para reparar su historia infantil ('darle a mi hijo lo que no tuve'), por la identificación con su propio padre ('ser jefe de familia') o por el mandato cultural de 'tener una familia".

El psicoanalista Sergio Rodríguez, suma: "Puede haber un deseo genuino de ser padre pero también pueden haber otras razones, por ejemplo, que la mujer esté por levantar vuelo en su trabajo o en su carrera y él crea que convirtiéndola en madre la va a anclar a su casa", explica. El deseo puede surgir, incluso, ante una muerte, "como una fantasía inconsciente de sustituir a quien murió por otro ser de la propia sangre".

Esta falta de sintonía en los tiempos puede generar cortocircuitos en la pareja. Y se entiende si se piensa en que el "todavía no" puede ser entendido por él como falta de amor.

"Supongamos que la mujer quiere terminar la carrera antes de tener un hijo pero termina cediendo al deseo urgente de él de ser padre. En ese caso, es probable que con el tiempo, se filtre un pase de factura, tanto con la pareja como con el hijo: un 'por vos no hice lo que quería", dice Inda.

"Mientras haya diálogo, habrá posibilidad de negociar. A lo mejor, en vez de esperar a que termine la carrera, pueden planificar para que el embarazo coincida con el final de los estudios. El punto es no abroquelarse en una decisión", dice Campos Cervera.

Y termina Muchnik: "Que puedan llegar a un acuerdo para pasar de pareja a familia, depende de la solidez del vínculo.

Si ella se siente realizada, seguro será mejor mamá que si se siente obligada. El debe pensar que ella no le está diciendo que no, le está diciendo 'dame tiempo para terminar mi proyecto".

Habrá que negociar, aunque la relación se ponga a prueba. Si él la quiere, su deseo o su instinto, aprenderán a esperar.

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