martes, 4 de noviembre de 2008

¿Se puede controlar la ira?


Muchas personas experimentan, con mayor o menor frecuencia, dificultades para manejar los impulsos. Los especialistas explican cómo "educar" las emociones y evitar problemas de salud
Las emociones son elementos básicos de la afectividad de las personas, que les otorgan características únicas y los conmueven.
Pero así como los sentimientos positivos movilizan en lo profundo del ser, los negativos también tienen ese poder, y experimentarlos puede llevar a serios problemas de salud.
Roberto Ré*, médico director y fundador de Red Sanar, explica que cuando a una persona "se le sube la sangre a la cabeza" responde de forma equivocada, lo que conduce a un descontrol que puede desestabilizar y provocar muchos trastornos de salud.
En principio, definió la emoción (tanto positiva como negativa) como "cualquier movimiento o agitación de la mente en relación con el sentimiento o la pasión, que tiene como respuesta un estado psicobiológico con tendencias a actuar".
En el caso de la ira o la dificultad para controlar emocionalmente los impulsos, la persona presenta una "pasión-emoción de extrema labilidad, distorsionada y, en algunos casos, exagerada y violenta", señaló el profesional.
Para que la realidad no sea percibida como "traumatizante", los sujetos que se ven afectados cotidianamente por la ira poseen un mecanismo de defensa inconsciente: renegar. Pero esto también provoca una desestabilización del cuerpo en su conjunto, que lleva a respuestas emocionales perturbadoras, distrés (reacción-respuesta tensional desadaptativa, patológica, negativa, insana y disfuncional de la persona ante una situación o estímulos estresares) y, por consiguiente, actitudes que pueden ir desde la violencia hasta la muerte súbita.
El especialista describió a los sujetos que suelen estar dominados por la ira como "insanos" y "emocionalmente débiles". "Una persona emocionalmente débil es alguien que habitualmente tiende al fracaso de su organización personal rompiendo el equilibrio consigo mismo, con los otros y con el mundo, autoprovocándose un colapso global. Son seres con una personalidad insana que empobrece una conciencia saludable, rompe su equilibrio armónico", explicó.
"Educar" las emocionesLas emociones son universales, pero la forma de expresarlas depende de cada uno, de acuerdo a su personalidad, carácter, temperamento, cultura y contexto social en el que se desenvuelve.
Entonces, Ré aconseja como punto de partida tratar de conocer el mundo personal-emocional-afectivo, para así alcanzar el crecimiento y la maduración personal que llevan a la "sana emotividad".
Como la emoción es una reacción-respuesta, el doctor asegura que "puede ser educable", y transformarse de negativa a positiva. Este proceso psicoeducativo incluye la respiración-relajación y reacciones que afronten las situaciones de manera saludable, a partir de una reestructuración del pensamiento que permita modificar conductas.
"Los pilares de la educación, es decir, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir son aliados a tener siempre en cuenta. Y así cada uno podrá mejorar su calidad de vida, integrándose con otros para evitar que 'la sangre se suba a la cabeza'", finalizó el especialista.
* Roberto Ré es médico especialista en Psiquiatría, posee un master en Neuropsicofarmacología Clínica, es miembro fundador de la Asociación Argentina de los Trastornos de Ansiedad (A.A.T.A), es fundador del teléfono para la esperanza (asistencia al suicida) y director de la RED SANAR (www.redsanar.org): grupos con orientación humanista y cristiana en el marco de la pastoral de la salud. Además, es docente en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Católica de Salta y en la Universidad del Salvador.

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