lunes, 10 de noviembre de 2008

Cuando la hipnosis es el mejor remedio para la enfermedad


Por Jane E. Brody

De The New York Times
NUEVA YORK.-

Mi esposo, Richard, fumó durante 50 años y falló en varios intentos para abandonar la adicción. Cuando una amiga le contó que la hipnosis la había ayudado a dejar el cigarrillo, él decidió probar. "No funcionó, no fui hipnotizado", me dijo al salir de su única sesión. Sin embargo, desde ese día, Richard no volvió a dar una pitada más.
Gloria Kanter también pensó que su intento de usar la hipnosis para superar el miedo a volar había fracasado al finalizar la sesión. "Cuando el terapeuta terminó, le dije que no había funcionado -recordó-. Le dije: «Oí todo lo que me dijo»." Pero la siguiente oportunidad en que con su esposo fueron a un aeropuerto ella no estaba empapada en sudor ni paralizada por el miedo. "Estaba bien -dijo-, y lo estoy desde entonces."
Como la mayoría, cuyo conocimiento de la hipnosis proviene de películas y espectáculos teatrales, Richard y Gloria no comprendían qué es la hipnosis. Durante el trance hipnótico, uno no está ni inconsciente ni dormido, sino en un estado de profundo relax que vuelve la mente altamente receptiva a sugestiones para lograr objetivos.
Durante siglos, la hipnosis estuvo estancada en una controversia, a la vez que sus beneficios suelen exagerarse. Por ejemplo, no ayuda a todo el que quiera dejar de fumar.
La actitud del paciente es fundamental.

Según el psicólogo Brian Alman, "el poder de la hipnosis reside realmente en el paciente y no en el médico". Roberta Temes, hipnotizadora clínica, insiste en que la hipnosis no puede hacer que la gente haga lo que no desea. Puede tener éxito sólo en ayudar a la gente para que haga los cambios que desea.
En efecto, la hipnosis es el epítome de la medicina psicosomática. Puede permitir que la mente diga al cuerpo cómo reaccionar y modificar los mensajes que éste le envía a aquélla. Ha sido utilizada para controlar las náuseas en el embarazo y en la quimioterapia; en la ansiedad ante tratamientos dentales o ante exámenes; en dolores asociados con la cirugía; en tratamientos de conducto y partos; contra el miedo a volar y a hablar en público; en la compulsión por la que el paciente se tira de los cabellos, y en hipos difíciles, entre otros complicados problemas de salud.
Según Alman, "en cada paciente existe un potencial útil que ayuda a beneficiarse de la hipnosis. El objetivo de la hipnosis médica moderna es ayudar a los pacientes para que utilicen este potencial inconsciente".
Uno quizás hasta no tenga que encontrarse con el hipnotizador cara a cara para beneficiarse médicamente. La doctora Temes aseguró que la hipnosis podía ser útil incluso aunque se hiciera por medio de un casete o CD o por teléfono, formas éstas que ella ofrece como parte de su práctica.

En trance
Si bien no todos son fácilmente hipnotizables, casi todos pueden caer en un trance terapéutico, sostiene Temes. Otro de sus pacientes, la psiquiatra Susan Clarvit, pensó que no podía ser hipnotizada: ella era una persona demasiado científica, demasiado racional.
"Pero estaba desesperada -comentó Clarvit-. Estaba embarazada y tenía muchas náuseas. La doctora Temes me preguntó qué es lo que yo tenía en mis manos con más frecuencia y le contesté que una lapicera. Me hipnotizó de forma tal que cada vez que yo tomaba una lapicera tenía una sensación de bienestar. Sostenía una lapicera todo el tiempo y no sentía náuseas."
Bajo hipnosis, Clarvit recibió una sugestión poshipnótica que ligaba sostener una lapicera con sentirse bien. Ese tipo de sugestiones permiten que la gente practique una nueva conducta al salir del trance.
Alguien que quiera evitar los dulces debe recibir el mensaje: "Cuando tenga hambre, comerá vegetales". La sugestión para un fumador debería ser: "Beberá agua cuando quiera un cigarrillo", y alguien aterrado de hablar en público debería recibir el mensaje "espire profundo cuando se sienta asustado".
El beneficio de la hipnosis puede basarse más en liberar los procesos inconscientes dentro del paciente. Según Alman, "hay una gran riqueza de material en el inconsciente del paciente que puede ser utilizada para su cura", pero lamentó el hecho de que a pesar de que la hipnosis médica a menudo puede producir un cambio rápido aun en casos difíciles se la utiliza poco como herramienta terapéutica.
Traducción: María Elena Rey

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