miércoles, 19 de noviembre de 2008

"Estamos perdiendo la batalla contra el mal de Chagas"


Fabiola Czubaj
LA NACION
Aunque en los últimos dos años nuestro país replanteó dos veces la lucha contra el mal de Chagas, lo cierto es que esa enfermedad transmitida principalmente por la vinchuca se mantiene fuera de control. Así lo revelan estudios presentados ayer en la primera jornada de un seminario que reúne a 500 expertos de la Argentina, Bolivia y Paraguay.
"A casi cien años del descubrimiento de la enfermedad, estamos perdiendo la batalla contra el Chagas porque no hemos podido desterrarla hasta ahora ni tampoco controlarla", sentenció Sonia Tarragona, directora de la Fundación Mundo Sano, que organiza la reunión en la Academia Nacional de Medicina junto con la Organización Panamericana de la Salud y la Universidad de Buenos Aires.
Según un informe de la fundación, que realiza intervenciones educativas, de salud y de mejoramiento de la vivienda en las comunidades más afectadas del país, en la Argentina hay dos millones de personas con Chagas y la región del Gran Chaco concentra el 15% del total de casos de América latina.
Esa región, de 31.400 kilómetros cuadrados y 300 comunidades, también incluye a Brasil, que tiene un mejor pronóstico: hace dos años certificó la interrupción de la transmisión vectorial del parásito Trypanosoma cruzi, causante del mal. "Y mantiene su status porque hizo de la vigilancia activa una política de Estado y, como tal, no se altera con los cambios de gobierno ni autoridades locales. La Argentina no ha avanzado en todos estos años como lo hizo Brasil", comentó el doctor Héctor Coto, director ejecutivo de Mundo Sano.
En la Argentina, coincidieron los especialistas consultados, el problema podría atribuirse básicamente a la falta de coordinación de los esfuerzos y el uso de los recursos, las acciones "espasmódicas" y la ausencia de un sistema de vigilancia para no retroceder en el control de las vías de transmisión.
"La principal debilidad en la lucha contra la transmisión vectorial del T. cruzi está dada por la imposibilidad de mantener los éxitos logrados, pero la discontinuidad y la ciclotimia de las acciones durante todos estos años hacen que el panorama se revierta enseguida -agregó Coto-. Vemos que las acciones en las provincias son dispares, y en esto influye el proceso de descentralización de la salud, ya que cada una tiene un compromiso distinto, especial y paradójicamente las provincias más afectadas."
La estrategia integral contra el T. cruzi no se limita a rociar con insecticida las viviendas, sino que también intenta informar a la población sobre cómo prevenir la enfermedad y mejorar la calidad de la vivienda.
"Es un problema no resuelto desde hace 40 años -indicó en su presentación el doctor Ricardo Gürtler, investigador del Conicet a cargo de un programa en comunidades rurales de esa zona para evitar la reinfestación-. Los índices de pobreza en el Gran Chaco superan largamente el 50 por ciento."
Metas sin cumplir
Cuando el Ministerio de Salud replanteó, en 2006, el Programa Federal de Chagas prometió controlar las vías de transmisión del T. cruzi y reducir a la mitad en un año la cantidad de provincias de riesgo. Eso no ocurrió -siguen siendo 14 esas provincias- y el Programa necesitó de una nueva puesta a punto a mediados de este año porque se registraron reinfestaciones en zonas en las que se había logrado erradicar la vinchuca de las viviendas.
"Cuando las acciones decaen o se suspenden aumenta la posibilidad de reinfestación", señaló la doctora Cynthia Spillmann, coordinadora del Programa Federal de Chagas, que no participó de la reunión. Y opinó: "No creo que se esté perdiendo la batalla porque estamos tratando de pelear para controlar esta endemia".
Para el doctor Juan Carlos Bossio, director de Epidemiología del Ministerio de Salud, "en los últimos 40 años ha habido avances importantes, pero se produjo un estancamiento en el progreso y hasta un retroceso en áreas en las que se había logrado el control de la transmisión vectorial". Ambos funcionarios coincidieron en que hay problemas de monitoreo.
Lo cierto, insistió Tarragano, es que los resultados hasta ahora "hay muchas acciones, pero los resultados no mejoran. Nos falta una coordinación inteligente y estratégica".
Se estima que por cada caso notificado hay 20 sin diagnóstico. "A pesar de todas las intervenciones, los avances no han tenido la magnitud de otras regiones", opinó el doctor Janis Lazdins, miembro del Programa de Investigación y Entrenamiento en Enfermedades Tropicales de la OMS.


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