viernes, 14 de noviembre de 2008

Epidemia silenciosa: depresión

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio se encuentra entre las diez primeras causas de fallecimiento a nivel mundial; el 10% de la población sufre en algún momento de su vida el trastorno de la depresión y la mitad de los que padecen esa enfermedad no son diagnosticados por su médico de cabecera.
En nuestro país, los últimos datos estadísticos del año 2006, publicados por el Ministerio de Salud de la Nación a fines del 2007, indican que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 25 años, después de los accidentes de tránsito.
Respecto del 2005, la cantidad de casos registró un aumento del 2,4%. Por la tendencia creciente, el suicidio es considerado una epidemia y los especialistas advierten la necesidad de un programa nacional de prevención y diagnóstico en materia de salud mental.
Las provincias patagónicas ostentan las tasas mal altas de suicidio. En Neuquén, según información del 2005, figuraría como la primera causa de muerte en la franja poblacional de jóvenes de 15 a 25 años.
Desde el 2005 hasta los primeros meses de 2008, en La Angostura se concretaron dos suicidios por año. El 90% de los hechos corresponden a jóvenes adultos de sexo masculino. Como todo fenómeno social, entran en juego una gran cantidad de variables y condicionantes que parten del ámbito privado del individuo (circunstancias, familia y factores psicológicos) y confluyen en el contexto social y cultural de una sociedad determinada.
Entre las causas externas, algunos corrientes indican que el factor climático puede incidir en el desarrollo de depresiones –punto polémico en que no todos los especialistas coinciden-, así como las crisis económicas y sociales.
En La Angostura pueden pasar 40 días de lluvia continua sin que salga el sol. “El factor climático si puede influir para alguien que viene de otro lugar, por ejemplo de una zona donde no llueva tanto”, aseguró el Dr. José Lumerman, director del Instituto Austral de Salud Mental.
Sin embargo señaló que el síndrome del desarraigo puede llegar a ser un factor aún más importante: “la migración es un factor de riego, como por ejemplo para la gente que trabaja en el petróleo”.
En provincias y localidades jóvenes como La Angostura y Neuquén, gran parte de la población proviene de otros puntos del país. Para muchos el desarraigo implica la lejanía de su círculo de contención habitual, como las amistades y la familia. Asimismo las expectativas iniciales de progreso muchas veces no se cumplen, generando en el individuo la sensación de fracaso y desesperanza. La detección de la depresión y el tratamiento es clave.
“El desafío es mas información acerca de los síntomas, que hacer, hablar sobre el tema. Lo primero es hablar con el medico general (…) lo mas común es la ansiedad, depresión y los ataques de pánico, muchas veces se terminan conjugando, pueden confluir las tres, lo que se esta viendo hoy en día”, comentó Graham Thornicroft (Inglaterra), uno de los referentes mundiales de psiquiatría comunitaria y supervisor del Instituto Austral de Neuquén.
Según Thornicroft, mientras en los países de “primer mundo” como Inglaterra, la tasa de suicidio ha ido disminuyendo lentamente, en los países emergentes (como los países de Europa del Este, Rusia y la Argentina) fue creciendo. La diferencia radicaría en la existencia de planes de salud mental comunitaria, campañas de información y concientización de la población.

El clima y el desarraigo
Según información oficial del departamento de Estadísticas del Hospital Oscar H. Arraiz, a cargo de Beatriz Mondaca, tanto en el 2005 como en el 2006 y 2007 se consumaron dos suicidios por año. Durante el 2008 se registraron tres. En cuanto a los intentos el promedio es de 11 casos anuales. Asimismo, el Hospital registra las internaciones por depresión, “cuando se detecta una ideación suicida, es un factor de riesgo alto”, explica la psicóloga del establecimiento, Paula Alegría. El 50% de los hechos consumados corresponden a varones de aproximadamente 18 años, el resto adultos entre los 30 y 40 años, y entre ellos, una sola mujer. La psicóloga del Hospital señala que durante la temporada baja, momento en que la actividad turística se reduce y el clima empeora, “aumenta muchísimo el nivel de consultas, en verano baja un 30%”. La mayoría de las consultas que recibe, un promedio de 120 por mes, son de amas de casa y adultos jóvenes por problemas de ansiedad y depresión.
Respecto a los trastornos más habituales, destaca que “veo mas casos de trastornos de ansiedad, ataques de pánico y ansiedad generalizada. Hay depresión, pero yo me esperaba encontrar con más casos de depresión y encontré mas casos de ansiedad”.
En cuanto a los factores externos al paciente, la especialista indica: “El clima tiene una incidencia importante, cuando tocan esos meses que llueve y nieva, favorece mas que la gente se aisle, que no haga actividades. En verano la gente sale más a la calle y está en contacto con otras personas. Lo más importante es el aislamiento. Esto también aumenta la ansiedad, no tener nada para hacer(…) y muchas veces no se aprovechan los espacios que se brindan”.
También, señala el desarraigo como otra variable a tener en cuenta.
En cuanto a los adolescentes, advierte una tendencia que se está viendo en los últimos tiempos en todo el país: las autolesiones. “Las autolesiones en general son para bajar la ansiedad, hace rato que lo vengo viendo y sobre todo en adolescentes, eso no es un intento de suicidio, sino es algo para que baje el nivel de bronca, ansiedad, y bajar la angustia. Creo que es algo cultural, antes era la anorexia, ahora lo que esta de “moda” es esto., tomar pastillas, cortes…”, afirma la profesional.
El consumo de drogas y alcohol complica las patologías y pueden ayudar a desencadenarlas. “Los chicos que consumen drogas o alcohol están más expuestos”, concluyó Alegría. Los hombres lideran la estadísticaSegún datos del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina el 80% de los suicidios son protagonizados por hombres, la mayoría jóvenes. De 3.119 suicidios registrados en el 2006, 2500 fueron protagonizados por hombres. Entre los 15 y 25 años en ambos sexos es la segunda causa de muerte, después de los accidentes de tránsito.
“En general a nivel mundial se ha demostrado que el hombre es más certero la ahora de cometer suicidio, la mujer hace más llamado de atención”, detalla la psicóloga Paula Alegría.
Una de las lecturas es que la mujer tiende más a pedir ayuda –ya sea a su círculo íntimo o a un profesional- y hablar de sus problemas.



Cómo identificar si se está ante una depresión
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los episodios depresivos típicos la persona adulta sufre “un humor depresivo, una pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad que lleva a una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo”.
Asimismo, los síntomas comunes que se pueden identificar son: disminución de la atención y concentración, pérdida de la confianza en sí mismo y sentimientos de inferioridad, ideas de culpa y de ser inútil (incluso en las episodios leves), una perspectiva sombría del futuro, los pensamientos y actos suicidas o de autoagresiones, trastornos del sueño, pérdida del apetito.

En las depresiones leves deben estar presentes al menos cuatro características de las enumeradas anteriormente con cierta persistencia en el tiempo.
Cabe aclarar, que el criterio es aplicable siempre y cuando no existan otros factores que puedan incidir, como el trauma por la pérdida de un ser querido, utilización de drogas u otras patologías.
Mariana M. Fernández para
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