lunes, 10 de noviembre de 2008

La "fobia a los exámenes" crece entre los estudiantes


Los últimos meses del año suelen ser de gran presión para quienes estudian, ante la gran cantidad de exámenes parciales o finales que deben afrontar, lo que puede generar una suerte de miedo o fobia a estas evaluaciones.
En caso de que este problema no se diagnostique a tiempo, puede desencadenar una situación incapacitante que, en última instancia, obligaría al afectado incluso a abandonar sus estudios.
Ante esta situación, el Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA) brindó algunos tópicos sobre cómo tratar el miedo a los exámenes, y recomendó comenzar a prepararse lo antes posible para enfrentar esa instancia decisiva, ya que los estudiantes ven que los tiempos se acortan, el nerviosismo crece y la ansiedad aumenta.
Esta situación es histórica y se ha vivido por generaciones, pero si los clásicos nerviosismo y "mente en blanco" se le suman temblores, aceleración de la tasa cardíaca y respiratoria, náuseas y vómitos, estaríamos frente a un cuadro de fobia.
Si estos síntomas se manifiestan frente a una situación de examen, en muchos de los casos terminan provocando que el alumno directamente no se presente a rendir la evaluación y abandone su proceso de capacitación.
Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA, señaló que "este cuadro, también llamado Ansiedad Social Discreta, se caracteriza por incapacitar cada vez más la vida académica de quienes lo padecen, llegando en el peor de los casos a que la persona abandone sus estudios por temor a la evaluación negativa, desaprobación o a hacer el ridículo, a pesar de haber estudiado lo suficiente".
Por lo general no se llega a la consulta a un especialista, sino que se lo obliga a intensificar las clases particulares, entre otros paliativos.
Por este motivo, es importante que los padres detecten el problema y lo traten adecuadamente con un especialista en trastornos de ansiedad.
Quienes padecen esta fobia tienen características comunes: altas exigencias con respecto a sus estándares personales, perfeccionismo, preocupación desmedida por los errores y gran vulnerabilidad a las críticas de los demás.
"El origen de esta fobia -contó Martínez Castro- puede basarse en tres causas diferentes, las cuales se relacionan con la genética, la herencia familiar; con factores socioambientales, al haber crecido rodeado de personas temerosas, sobreprotectoras, tímidas y altamente exigentes; o por presenciar o haber presenciado situaciones desencadenantes, como haber pasado el ridículo o haber sido rechazado o desaprobado en forma traumática para el individuo".
En cuanto al tratamiento de la fobia a los exámenes, Martínez Castro recomienda el de la terapia cognitivo-conductual (TCC), que consiste en el trabajo directo sobre la forma en que la persona procesa la información -como si fuese un ordenador- y sobre la conducta desadaptativa, como por ejemplo las evitaciones a la hora de rendir.
La especialista indicó que el tratamiento para este tipo de fobia "es breve y activo, tanto por parte del terapeuta como del paciente".
"Además, se recomienda que se realice de manera inmediata apenas se lo diagnostica, pues se trata de un cuadro que evoluciona hasta incapacitar la vida académica del individuo, obligándolo muchas veces a abandonar su capacitación".
Fuente: NA

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