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jueves, 29 de marzo de 2012

Confirmado: la comida rápida y la depresión van de la mano

hamburguesa
Un estudio liderado por científicos de dos universidades españolas ha puesto de manifiesto una vinculación entre la alimentación basada en la comida rápida y el riesgo de sufrir estados depresivos. La investigación se ha publicado en la revista Public Health Nutrition.
Bollos industriales, hamburguesas, perritos calientes, pizza... Como explicaba una de las autoras del estudio, Almudena Sánchez-Villegas, a la agencia de noticias científicas SINC, "cuanta más comida rápida se consume, mayor es el riesgo de depresión", lo que indica no solo una vinculación cualitativa sino también cuantitativa. Y es que de hecho, según los datos manejados por los científicos, quienes consumen comida rápida presentan un incremento del riesgo de desarrollar depresión del 51 por ciento mayor respecto a aquellos que no se alimentan de este tipo de comida.
Dos han sido los estudios que han certificado este vínculo. En un primer análisis publicado el pasado año en al revista PLoS One se analizaron 12.059 personas durante seis años, cuantificándose un incremento del riesgo de depresión del 42 por ciento. En este nuevo trabajo realizado sobre 8.964 personas que nunca habían tenido depresión, dentro del proyecto de Seguimiento Universidad de Navarra, los resultados han sido todavía más extremos. Como apuntan los resultados entre todos los participantes en el análisis, al cabo de una media de seis años, 493 fueron diagnosticados de depresión o comenzaron a tomar antidepresivos. O lo que es lo mismo, un incremento del 51 por ciento respecto a quienes no tomaban comida rápida.
Según el análisis, quienes ingerían más bollería industrial y comida rápida son más propensoa a estar solteros, ser menos activos y tener un "patrón dietético peor" apuntan desde SINC. Además, según los investigadores, el consumo de tabaco y el mayor volumen de trabajo eran otras características destacadas de las personas que consumían más comida de este tipo.
Ante estos alarmantes datos la profesora Sánchez-Villegas, de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria es tajante "aunque son necesarios más estudios, debería controlarse el consumo de este tipo de alimentos debido a su implicación en la salud, tanto física como mental".
muyinteresante.es

domingo, 29 de enero de 2012

Trabajar mucho deprime

Trabajar más de ocho horas puede llevar a la depresión. | El Mundo
El refranero popular muestra una vez más su sabiduría: 'Lo bueno, si breve, dos veces bueno'. Nuevos datos muestran que las jornadas laborales demasiado largas se relacionan con un riesgo mayor de sufrir episodios depresivos.
A las conclusiones de estudios anteriores que relacionaban los horarios de trabajo con trastornos psicológicos y del sueño, la disminución de las funciones cognitivas o los problemas depresivos y de ansiedad, los datos del último artículo publicado en la revista 'PLoS ONE' añaden también la depresión.
Tras analizar las condiciones laborales y la situación personal de 2.000 funcionarios británicos con edades comprendidas entre los 35 a los 55 años, los autores concluyen cómo trabajar 11 horas o más aumenta en más del doble la posibilidad de sufrir cuadros depresivos. El estudio está dirigido por Marianna Virtanen, miembro del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional en el University College de Londres.
"Seguimos la evolución de estos trabajadores a través de entrevistas durante cerca de seis años y los datos son claros. Aquellos que contaban con jornadas de 11 horas o más o que hacían horas extra (en total, un 16% de las personas analizadas), tenían entre un 2,3 a un 2,5 más de posibilidades de desarrollar episodios depresivos y ansiedad si lo comparamos con aquellos cuya jornada se limitaba a siete u ocho horas (54%)", dice Virtanen.
El trabajo tuvo en cuenta datos como el estatus socioeconómico o el estilo de vida de los participantes para que no 'contaminaran' los resultados. Así, el estudio arroja un 'retrato robot' de aquellas personas con más riesgo de caer en la depresión: varones casados o viviendo con su pareja,que ocupa un puesto de alta responsabilidad y activo o empleos donde hay una carga importante de presión, y que consumen alcohol de forma moderada.
"Los datos son importantes y preocupantes", afirma Virtanen. "Hay que tener en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los trastornos depresivos serán la principal causa de enfermedad en el año 2030 y que, en la actualidad, además de las condiciones de vida personales, este tipo de episodios mentales acarrean un deterioro sustancial de la productividad en el trabajo, por no hablar de los días laborales perdidos", señala la autora.
elmundo.es

sábado, 14 de enero de 2012

El 'marcapasos' para tratar la depresión


Los implantes de estimulación cerebral profunda (ECP), una técnica que requiere cirugía para enviar impulsos eléctricos a unas redes de neuronas que están hiperactivadas, se han convertido en una prometedora terapia para los pacientes con depresión profunda que se encuentran en un estado grave y no responden a otros tratamientos.
El último estudio publicado sobre el tema en la revista 'Archives of General Psychiatry' demuestra su seguridad y eficacia en personas con depresión grave y en pacientes con trastorno bipolar. La principal autora de la investigación, la psiquiatra Helen Mayberg, ha sido junto con el neurocirujano Andrés Lozano, quien empezó a aplicar esta técnica en la depresión.
Comenzaron en 2003, y el grupo de Lozano es el que obstenta el mayor seguimiento a largo plazo de personas con depresión grave tratadas con la ECP. "Tras seis años de seguimiento a 20 participantes, hemos comprobado que esta técnica es segura y eficaz para un 64% de los pacientes", afirma Lozano.
La terapia consiste en implantar unos electrodos en el área subcallosa del cingulado, o área CG25, del cerebro. Estos electrodos irán unidos mediante un cable por debajo de la piel a un neuroestimulador que se coloca debajo de la clavícula o en el abdomen, también de forma subcutánea. El neuroestimulador actúa a modo de un marcapasos, enviando impulsos eléctricos a esa zona del cerebro para apagar su actividad. Este marcapasos funciona con una pila que dura unos dos años, tiempo tras el cual hay que reemplazar mediante una sencilla intervención. El paciente debe llevar este implante de por vida.
Aunque todavía no se conoce su efecto a largo plazo, el mayor seguimiento que se ha hecho es de seis años a unos 20 pacientes, se sabe que a corto plazo funciona. Pero al ser una técnica invasiva no está exenta de riesgos, el más importante es la hemorragia intracraneal que puede ocurrir al insertar los electrodos, aunque el riesgo es muy bajo, inferior al 1%. Otro tipo de problemas son las infecciones, que de producirse se pueden tratar con antibióticos o retirando el dispositivo. "En nuestros pacientes no hemos tenido ninguna de estas complicaciones", afirma Dolors Puigdemont, psiquiatra del Hospital de Sant Pau i de la Santa Creu de Barcelona, que ha tratado a 10 personas con depresión grave.
La mayor experiencia con esta técnica se tiene en los pacientes con Parkinson, en los que se lleva años aplicando para disminuir los temblores típicos de la enfermedad. En todo el mundo, hay unas 90.000 personas tratadas, la mayoría para este trastorno neurológico, aunque también se utiliza la ECP en otras enfermedades como la epilepsia o el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
elmundo.es

martes, 20 de diciembre de 2011

La depresión se cura, pero no a la primera

sábado, 17 de diciembre de 2011

¿En Navidad nos deprimimos más?

Ni los villancicos ni las luces de Navidad logran evitarlo. La Navidad es la época del año en que más nos deprimimos, según confirma Erik Nelson, psiquiatra de la Universidad de Cincinnati (EE UU) y experto en trastornos del estado de ánimo. “Es el momento en que los días son más cortos, y la ausencia de luz en las últimas horas de la tarde afecta a muchas personas, en el hemisferio norte”, asegura Erik Nelson, coautor del trabajo. “Además, en algunos sujetos se agudizan los recuerdos dolorosos relacionados con la pérdida de seres queridos o de una infancia estresante”, añade el investigador.

Dormir más de la cuenta, así como experimentar cambios en el apetito y el peso, dificultad para concentrarse y pérdida de interés en actividades que antes resultaban divertidas son algunos de los síntomas propios de este malestar, según Nelson. Pasar más tiempo al aire libre y hacer ejercicio puede ayudar a aliviarlo, añade el investigador.
muyinteresante.es

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Depresión, el rostro que puede ocultarse tras el éxito

Foto de Gary Speed y libro de condolencias
El inesperado suicidio del joven y exitoso entrenador de la selección de fútbol de Gales, Gary Speed, vuelve a poner bajo la lupa un raro fenómeno: ¿qué lleva a un individuo celebrado por la comunidad a poner fin súbitamente a su existencia?
Tenía 42 años, había sido un exitoso futbolista y estaba a la cabeza de la selección de fútbol de Gales. Era apuesto, estaba casado, tenía dos hijos.
Los hinchas llenaron de recordatorios la sede de su antiguo club, Leeds United.
Los estadios guardaron minutos de silencio. Hasta la Cámara de los Comunes emitió un comunicado lamentando su muerte.
Todo esto da una idea aproximada del éxito profesional y social de Speed. Sin embargo, por todo lo que se sabe, el exitoso entrenador puso fin a vida voluntariamente.
Aunque no se han establecido los detalles, es obvio que hay una transición inexplicada entre el individuo celebrado por su comunidad y aquel que se suicida.
Para muchos especialistas, el término que podría explicar mucho de esto es depresión.

No es trivial

La depresión es algo más que un pasajero sentimiento de infelicidad o hastío.
La enfermedad afecta a la gente de diversas maneras. Sus síntomas van desde sentimientos de permanente consternación y desesperanza a la pérdida de interés en las cosas que se disfrutaban antes, a lo que se agregan estados de temor o ansiedad.
También pueden aparecer síntomas físicos tales como estar constantemente cansado, dormir mal, perder el apetito o el impulso sexual, y dolores físicos de todo tipo.
"Cualquiera puede enfermar de depresión"- le dijo a BBC Mundo Jane Harris, Directora Asociada de Rethink Mental Illness, una organización destinada a lograr una reapreciación de las enfermedades mentales.
"No sólo es la gente del primer plano, las celebridades, la gente rica. La depresión no conoce fronteras sociales ni edades. Se enferman los pobres, los ricos, los jóvenes, los ancianos, y es una enfermedad grave, pero que tiene solución."
Paul Farmer, de Mind, otra institución británica dedicada a dar asesoría a pacientes de enfermos mentales y familiares, afirma que los exitosos profesionales del mundo del deporte no están exentos de las enormes presiones del estrés
"Gary Speed no es el primer futbolista en padecer este tipo de trastorno mental, ni tampoco será el último, desgraciadamente."
En 2009, el arquero alemán Robert Enke se suicidó, víctima de la depresión.
"El cultivo del machismo en el fútbol hace que hayamos visto muy pocos futbolistas que salgan a hablar de sus problemas mentales", afirma Farmer.

Estilo de vida

Se estima que una de cada cuatro personas, en algún punto de la vida, experimentará algún tipo de enfermedad de tipo mental, de una severidad variable.
En el caso de gente famosa, se trate de futbolistas, actores, cantantes o millonarios, le dijo a BBC Mundo Jane Harris, de Rethink Mental Illness, "éstos viven bajo un tipo de presión enorme, lo que puede desatar fácilmente una depresión, de la misma manera en que perder un empleo o un ingreso mensual puede hacerlo en la vida de la gente común y corriente.
"Ni el éxito ni el ser pobre pueden servir como salvaguardas contra la enfermedad mental," agrega.
La actitud más o menos universal de médicos y organizaciones de ayuda a la enfermedad mental presenta lo que constituye las dos caras de la misma moneda.
Primero, hay que reconocer que existe ayuda disponible para asistir al paciente y, segundo, éste debe reconocer abiertamente que padece la enfermedad.
"La enfermedad mental no es una condena a cadena perpetua, hay tratamientos disponibles, se puede obtener respaldo de amigos y familiares. Es importante que la gente lo entienda y consiga la ayuda que necesita," concluye Harris.
bbc.co.uk

DEPORTE: Cuando la depresión ataca

Diversas ofrendas en recuerdo y homenaje a Gary Speed, que se suicidó el domingo. | Reuters
El suicidio del entrenador de la selección de fútbol de Gales, Gary Speed, reitera que los atletas no son inmunes al sufrimiento psicológico y, a veces, son víctimas de la práctica del alto nivel y sus derivaciones.
Gary Speed, encontrado ahorcado en su casa el domingo; el francés Pierre Quinon, campeón olímpico de salto con pértiga en 1984, que desapareció este verano; Robert Enke, portero internacional alemán que se suicidó hace dos años ... Los suicidios de estos campeones colisionan invariablemente con quienes asocian el deporte con virtudes sanitarias y a los deportistas con una imagen indestructible, mientras dan la razón a quienes atribuyen a la competición efectos generadores de ansiedad o incluso de depresión.
"La prevalencia de problemas psicológicos es inferior, en los deportistas, que en la población: menos de un 1% de casos de depresión profunda contra 2,6%", explica Karine Schaal, investigadora del Instituto de Investigación Médica y epidemiología del deportes, directora de un estudio sobre 2.000 deportistas. Activos.

La adicción y la depresión

Psiquiatra reconocida en el ámbito del deporte, Claire Carrier tiene una visión menos cuantitativa. "Cuando uno es deportista de elite, tienes que matar el cuerpo natural para dar paso al cuerpo atlético. Esto pervierte la relación con la muerte", dice ella. "Después de una carrera profesional, el cuerpo atlético ya no sirve para nada. Reactivar su cuerpo natural, una vez que su imagen está irreversiblemente destruida, es una apuesta imposible".
Trastornos del comportamiento (anorexia), adicciones (drogadicción, dopaje) y los comportamientos suicidas encuentran su sitio en esta relación errónea con el cuerpo, herramienta de trabajo. Un hecho demostrado por el famoso estudio del profesor William Lowenstein, que establecía la excesiva representación de deportistas de alto nivel entre la población de toxicómanos.
El doctor Jean-Christophe Seznec, ex psicólogo en las selecciones francesas de ciclismo, insiste de igual manera sobre los peligros que acechan después de la retirada. "El reto para el hombre es aprender a ser. Al final de una trayectoria deportiva se enfrenta a las mismas cuestiones existenciales sin haber superado las mismas etapas que los demás".

El seguimiento psicológico de la ley

"Hay que imaginarse la violencia del cambio. Has trabajado durante años por un objetivo, con un entorno abnegado y omnipresente... ¿Y en qué te conviertes? ¿Portero de estadio, monitor de natación. Muchos deportistas se dicen: 'Antes, todo el mundo me reconocía', continúa el psiquiatra, que señala una "fragilidad narciso-depresiva de los deportistas, que compensan su dificultad para 'ser' haciendo cosas".
Tras haber sido mucho tiempo tabú, el equilibrio psicológico del deportista de alto nivel se ha convertido en una preocupación. En Francia, la ley 2006 introdujo lo obligación de un seguimiento médico que comprende un chequeo psicológico bianual.
En el plano internacional, el Comité Internacional Olímpico (CIO) se interesa de los problemas psicológicos en el deporte dese hace una decena de años. "Se trabaja contra corriente sobre todos los factores que provocan estos problemas", indica el doctor Patrick Schamasch, director de la Comisión Médica. "Después establecemos consensos sobre asuntos como el comportamiento alimentario, la imagen corporal, el entorno, la vida después de la retirada y emitimos nuestras recomendaciones a las federaciones".
Le corresponde entonces a cada entidad, federación o comité olímpico nacional establecer un seguimiento. Un monitoreo desigual, a menudo guiado por personal sin formación adecuada. Un seguimiento que se centra en los deportistas en activo y deja a los 'ex' con sus demonios.
elmundo.es

lunes, 17 de octubre de 2011

¿Depresivo? ¿Lo ve todo negro? Tómese un café (o dos)

Existen diferentes opiniones sobre los efectos del café en el organismo. | Afp
Los orígenes del café quedan difuminados en las nebulosas de la Historia y la leyenda. Si nos atrae la primera, su historia se inicia en las llanuras de Etiopía y desde allí se extiende a Yemen donde su cultivo se describe ya en el siglo VI a. d. C. Los primeros cafés aparecen en El Cairo y la Meca, en donde nació la pasión que llega hasta nuestros días.
Sin embargo si preferimos la leyenda, los descubridores del café no serían precisamente unos portentos intelectuales, ya que se lo deberíamos a las cabras de Kaldi, un pastor árabe quien observó cómo sus animales danzaban alegremente alrededor de un arbusto del que comían sus frutos rojos. Sus dotes de observación no tardaron en hacerle pensar que la euforia de las cabras podían deberse a su consumo y el resto es... pues eso: historia.
En nuestro rincón del mundo el poder estimulante del café fue usado por los monjes del Medievo para no dejarse vencer por las tentaciones del sueño, y poder extender las vigilias y sus plegarias. Hoy en día, el café se ha convertido en el estimulante más consumido del mundo occidental. En España en particular tiene además ese aura de catalizador de creatividad, pensamiento e intercambio de ideas (las tertulias del café), y de relaciones humanas en general (quedamos a tomar un café) tan importantes en nuestra cultura. Incluso las nuevas tecnologías han respetado el concepto creando los cibercafés.
Pero, además de esos indiscutibles beneficios sociales, el café -debido a su habitual y extendido consumo- también ha atraído el interés de los investigadores en relación a temas de salud.
Para esto hemos de enfatizar que el café es, como todo producto natural, una mezcla compleja de productos biológicos, y que, en este caso, la complejidad se ve incrementada por el hecho de que la elaboración de los granos del café (ej. tueste) y su preparación (ej. expreso, turco, filtrado, etc.) hacen que el producto ingerido pueda tener efectos muy diferentes.
Sin embargo, gran parte de la evidencia apunta a que la cafeína es el compuesto responsable de los efectos neuroestimulantes observados.
Además de esos efectos bien conocidos, el consumo de café se ha estudiado en relación a las enfermedades más comunes como son las cardiovasculares y el cáncer. A este respecto, la taza la podemos ver medio vacía o medio llena.
En el primer caso, su consumo no ha demostrado una protección generalizada, y en el segundo, parece ser que tampoco se han encontrado efectos claramente negativos asociados con el consumo de café. Sin embargo hay un grupo de enfermedades, las neurológicas, en las cuales parece ser que la taza está totalmente llena (y con necesidad de ser consumida).
Estas enfermedades incluyen, desde las más comunes como la depresión y el Alzheimer a las menos comunes como es la enfermedad de Parkinson. La evidencia más reciente de esta protección neurológica nos viene de un estudio recién publicado en el 'Archives of Internal Medicine' en el que se demuestra, en más de 50.000 mujeres norteamericanas seguidas por 10 años, que el riesgo de desarrollar depresión o síntomas de depresión disminuía en un 20% entre aquellas que consumían dos o tres tazas de café con cafeína por día.
Por supuesto esto no debe interpretarse como que beber más café ofrece más protección, sino que hace referencia a la dosis más favorable en estas mujeres.
Pero la historia del café no acaba aquí. Decíamos que su consumo no se había asociado con protección 'generalizada' para otras enfermedades, pero esto puede cambiar en un futuro próximo, con la implantación de la nutrigenómica, es decir las recomendaciones nutricionales basadas en el genoma, ya que numerosos estudios han venido demostrando que aquellos que genéticamente metabolizan la cafeína rápidamente sí que se podrían beneficiar favorablemente del consumo de café y evitar sus efectos negativos, por ejemplo los relativos a la hipertensión.
Qué mejor manera, pues, de romper la oscuridad de la noche que con la negrura intensa del café, compañero inseparable de nuestras mañanas (y dependiendo de nuestros genes) también de las tardes y las noches. Como decía Voltaire, a quien se le atribuyen el consumo de entre 50 y 72 tazas al día: "Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo".
elmundo.es

jueves, 6 de octubre de 2011

Depresión: un problema oculto en los jóvenes


Acuden a su médico aquejados de dolores musculares, cansancio o malestar general, aunque la auténtica realidad pasa desapercibida. Porque muchos de los adolescentes que recurren a los centros de salud por sus síntomas físicos en verdad necesitan ayuda para su mente. Sufren depresión, pero salen por la puerta de la consulta sin diagnóstico.
Esta enfermedad mental, que es y será uno de los problemas de salud de mayor impacto en los países desarrollados, es bastante común entre los chicos y chicas de 14 a 19 años. Se estima que cada año entre el 1% y el 6% de los adolescentes del mundo la padecen, pero la mayoría de ellos no tiene un diagnóstico y, consecuentemente, no recibe tratamiento.
Tal y como ha puesto de manifiesto Elena Garralda Hualde, jefa de la Unidad Académica de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Imperial Colege, St. Mary´s Hospital de Londres, durante la VI Jornada Científica de la Fundación Alicia Koplowitz que se ha celebrado en La Fundación Jiménez Díaz de Madrid, "pese a que es una patología frecuente, sólo uno de cada 10 adolescentes con depresión que acude a Atención Primaria obtiene un diagnóstico".
La necesidad de que los médicos de cabecera y los pediatras se involucren en la detección de esta enfermedad es algo por lo que trabaja esta especialista y defienden todos los expertos. Fundamentalmente, porque además de provocar un gran sufrimiento, tiene graves implicaciones adversas, como el impacto en el funcionamiento diario, las altas tasas de recurrencia y el aumento del riesgo de suicidio.

Herramientas útiles

Por todo ello, la Guía de la Práctica Clínica de la Depresión en la infancia y en la Adolescencia del Ministerio de Sanidad establece: "los médicos de familia y pediatras de Atención Primaria deberían tener una adecuada formación que les permitiese evaluar aquellos niños y adolescentes con riesgo de depresión y registrar el perfil de riesgo en su historia clínica".
Varios son los motivos que dificultan al médico de cabera la identificación de la depresión en el adolescente. Uno de ellos es que los síntomas se camuflan entre los muchos aspectos que se combinan en los cambios propios de esta edad. "En el adolescente deprimido se debe buscar la agitación o la inquietud, la pérdida de interés por las actividades diarias, el cansancio continuo, el insomnio, los cambios en la ingesta y la tristeza continuada. Otros síntomas complementarios son: el fracaso escolar, la pérdida de concentración, las ideas suicidas y la pérdida de autoestima", destaca la doctora Garralda.
También es una barrera el hecho de que "los menores consulten con el médico por motivos físicos y no por su problema emocional. El médico se queja de que tiene poco tiempo (10 minutos) por consulta y en ese corto espacio es complicado abordar aspectos emocionales. Sin embargo, los esfuerzos para aumentar la confianza de los profesionales a la hora de hablar con los jóvenes acerca de cómo se sienten, el refuerzo de las habilidades en la identificación de un trastorno depresivo y el conocimiento de las técnicas terapéuticas para el manejo de la patología ayudarían claramente al médico de Atención Primaria", argumenta.
Elena Garralda defiende como una de las opciones para involucrar a Atención Primaria en la identificación de la depresión y su tratamiento, la que ella y su equipo han llevado a cabo en varios centros de salud de Reino Unido. "Se trata del programa Identificación Terapéutica de la Depresión en los Jóvenes (TIDY, sus siglas en inglés). Consiste en un paquete de herramientas desarrolladas para apoyar a los profesionales de Atención Primaria para que se involucren en las conversaciones con los jóvenes (que casi exclusivamente se presentan con molestias físicas) sobre su bienestar emocional. Se dan las pautas para facilitar la identificación de la depresión y un repertorio de estrategias de intervención para los casos más leves que se puedan realizar en consulta. Estas medidas permiten al médico de cabecera diferenciar qué adolescentes deprimidos requieren de la derivación a los especialistas".
Así, por ejemplo, es importante que charlen con sus pacientes "y les inviten a que hablen con alguien de confianza, que les motiven para que hagan cosas y retomen sus actividades diarias, que les feliciten confiar en su médico porque a partir de ese momento le pueden ayudar. Eso va suponer su mejoría: que les digan que tienen depresión, lo que es y que es un problema común y, por supuesto, que tiene solución", determina la doctora Garralda.
elmundo.es

sábado, 13 de agosto de 2011

Los hijos de madres deprimidas crecen más pequeños

maternidad-pobreza
















En los países en vías de desarrollo, las madres con síntomas de depresión tienen un 40 por ciento más de posibilidades de que sus hijos nazcan con menos peso y estatura de lo normal. Son resultados de un estudio de la Organización Mundial de la Salud y publicados por la ONU.
Según un estudio anterior de la OMS, la depresión durante el embarazo y el año siguiente al parto es un trastorno que se da en todas las culturas. A pesar de ello, las cifras, al contrario de lo que se pensaba, se incrementan en los países menos desarrollados al asociarse a embarazos no deseados, desplazamientos forzosos o pobreza. Concretamente, la depresión materna varía del 15 por ciento en los países desarrollados al 57 por ciento en países del tercer mundo.
Este es un problema al que las madres que cuidan de lactantes o niños pequeños son más vulnerables. La depresión materna tiene como consecuencias, según el estudio, un menor cuidado y periodos más cortos de lactancia. Esto tiene un efecto directo en el desarrollo de los niños. La OMS ha ampliado su investigación estudiando los casos de 14.000 madres y sus hijos pequeños, en su mayoría menores de dos años. Todos ellos procedentes de países en desarrollo de Asia, África y Sudamérica.
La conclusión de la investigación es que el diagnóstico, el tratamiento temprano y la prevención en estos países beneficiaría no sólo a las mujeres, sino también al crecimiento de los niños. Unas medidas éstas muy bienintencionadas, pero de cuestionable viabilidad y escasa lógica debido al contexto socio-económico de los países en cuestión.
muyinteresante.es

jueves, 28 de julio de 2011

El paisaje mundial de la depresión

La depresión suele afectar más a las mujeres.| Corbis
Es actualmente la cuarta causa de discapacidad en el mundo, pero las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que para el año 2020 ya estará situada en segundo lugar. La depresión, que afecta a 121 millones de personas y es responsable de 850.000 muertes anuales, se extiende por todos los países sin excepción y se ha convertido en un gran problema de salud pública. Pero ¿son diferentes los factores que la desencadenan según la zona geográfica y el nivel de ingresos? Esto es lo que trata de averiguar el proyecto de Salud Mental de la OMS, en colaboración con 20 centros internacionales, entre ellos dos españoles.
Aunque la respuesta es difícil, porque son muchos los aspectos que influyen en esta enfermedad, los datos procedentes de una investigación que han llevado a cabo en 18 países con distintos niveles de renta y con la participación de 89.037 ciudadanos, permiten extraer algunas conclusiones. Por ejemplo, que a diferencia de lo que pensaban los autores antes de iniciar dicho trabajo, la depresión, en líneas generales, es más común en los países ricos que en los pobres. Así, el 15% de la población de los lugares de altos ingresos tenía riesgo de desarrollar un cuadro depresivo a lo largo de sus vidas, frente al 11% de los habitantes de los países con menos dinero.
El estudio, que se publica en la revista 'BMC Medicine', se hizo mediante entrevistas cara a cara en 10 países de renta alta: Bélgica, Francia, Alemania, Italia, España, Holanda, Israel, Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda y en ocho de renta baja (según los criterios del Banco Mundial): Brasil, Colombia, la India, China, Líbano, México, Sudáfrica y Ucrania. A quienes afirmaron tener cinco de los siguientes criterios -tristeza, pérdida de interés, falta de placer, sentimientos de culpa, poca autoestima, problemas para conciliar el sueño, falta de apetito, poca energía y falta de concentración- y reconocieron que los llevaban padeciendo más de dos semanas se les diagnosticó un episodio de depresión agudo momentáneo. La incidencia de este cuadro también fue mayor en los países ricos (28%) que en los pobres (20%).
Dentro de las zonas de rentas altas, la edad media para sufrir una depresión ronda los 26 años. Sin embargo, en el caso de España el trastorno suele aparecer más tarde, sobre los 30, mientras que en EEUU los afectados son más jóvenes (22 años). En el otro grupo de países, China es la que cuenta con pacientes más pequeños (18 años) y la India con los más mayores (31,9 años). En cuanto a la discapacidad que produce la depresión, España registra una de las tasas más altas, pues los pacientes españoles afectados por síntomas depresivos tienen hasta siete veces más riesgo de sufrir limitaciones en su vida diaria que quienes no padecen el trastorno. Una situación similar a la que se vive en Italia, Brasil y México.

Estado civil y género

Pero además de analizar cómo afecta el lugar donde se viva a esta enfermedad, los investigadores estudiaron otros factores sociodemográficos y culturales. Así lo señala la profesora Evelyn Bromet, de la Universidad de Stony Brooks de Nueva York y una de las autoras del estudio, quien considera que, más allá de las cifras, "el trabajo ha servido para corroborar que el estado civil y el género, entre otros aspectos, están íntimamente ligados con el riesgo de sufrir esta enfermedad". Los datos confirman, por ejemplo, que las mujeres tienen el doble de posibilidades de deprimirse que los hombres. "Esta realidad se observó en 15 de los 18 países estudiados. Y, en tres excepciones, Bélgica, Alemania y China, el riesgo de las mujeres no llegaba a duplicar el de ellos, pero sí que era más alto", explican los autores.
El estado civil también juega un papel importante en el trastorno. Estar separado o divorciado aumenta el riesgo de sufrir un cuadro depresivo agudo en 12 países, mientras que ser viudo o viuda tiene menos influencia en general, salvo en Ucrania, donde las mujeres que han perdido a un marido tienen ocho veces más posibilidades de caer en el trastorno. En los países ricos, estar separado o soltero es la situación que más depresión crea mientras que en los países de bajos ingresos es el divorcio o la viudez. Las diferencias económicas entre los ciudadanos de un mismo país y el nivel de educación también influyen.
"Nuestros resultados indican que la depresión es un importante problema de salud pública y una causa frecuente de discapacidad a la que debemos poner remedio. Lo más sorprendente de todo es ver que los países ricos, con mejores indicadores sanitarios, son los que registran más casos de esta enfermedad", concluye Bromet.
elmundo.es

martes, 12 de julio de 2011

Depresión post sexo

¿Qué haces cuando terminas de hacer el amor? ¿Qué sentís? En muchos casos, existe un tiempo para "deprimirse" ¿Por qué?  Por Juan Yesnik

Por Juan Yesnik
Revistaohlala.com

Cuando "culmina" el encuentro sexual, inevitablemente llega la valoración de lo que acaba de ocurrir y de cómo terminó todo. Si bien, en muchas ocasiones, la calificación ya comienza en la "previa" o en el "durante" ("¿qué hago acá?", "¿por qué lo estoy haciendo?", "uh! No está gozando". "si fueras quien yo quisiera que fueras"...), siempre es al término de la relación cuando el "silencio interior" post sexo refuerza positiva o negativamente la experiencia.

Pocos tienen en cuenta la importancia del "tercer tiempo" del sexo.

En este contexto es cuando, en muchos casos, aparece lo que podría definirse como la "depresión post orgásmica", haya o no habido orgasmo. El no haber llegado al orgasmo suele ser una de las causas principales para "enrollarse" terminado el acto. Lo cierto es que son infinitas las causas que pueden despertar esa sensación de vacío, culpa o insatisfacción, entre tantas otras emociones posibles.

Podríamos englobar la depresión post sexo en torno a distintos factores:

1.- Los miedos o
trastornos sexuales que cada quien arrastra en cada encuentro sexual

2.- Las auto exigencias, las pretensiones para con el partenaire, sumada las presiones de "alto hándicap o rendimiento" de estos tiempos

3.- El cansancio y el estrés, que nos quita el deseo y la energía

4.- Las
fantasías que no logramos concretar o la falta de novedad y sorpresa

5.- La "actitud" de la pareja al terminar el encuentro (ya no tiene más ganas de caricias y palabras; se levanta y se va; se duerme...); etc.

Sea cuál sea el motivo, no estaría de más preguntarnos: ¿qué solemos hacer cuando terminamos de tener sexo? Claro está que, más allá de los deseos y expectativas de uno, está el deseo del "otro", que suele compartir las sábanas.

¿Será que todo depende de qué lugar ocupa el otro en nuestra cama: touch and go , amante, novios esposo, etc.? ¿Del tiempo que hace que nos conocemos?, ¿Del tiempo que nos queda post sexo?, ¿Será que no sabemos decir qué nos gustaría que ocurra post relación?

Así como
Masters y Johnson establecieron las cuatro fases de la respuesta sexual (excitación, meseta, orgasmo y culminación), deberíamos pensar qué hacer o qué incluir a la práctica, después de haber "terminado". Aunque nos dé fiaca, se haya acabado la energía, el morbo o la magia, deberíamos pensar o preguntar qué le gusta o espera esa persona con quien nos volvería volver a tener sexo.

Tal vez si comenzamos a pensar en cómo mejorar el "tercer tiempo" se modifiquen los factores, que enunciamos anteriormente, que pueden promover esta "depresión post sexo". Por qué no pensar que el "fin de fiesta" puede convertirse en el motivo para encontrarnos a celebrar más seguido y con mejores resultados.

¿Te pasó alguna vez de bajonearte después de tener relaciones?

sábado, 2 de julio de 2011

Con el infarto también llega la depresión

Con el infarto también llega la depresión
Victor Ingrassia
LA NACION
En los últimos 15 años, los especialistas que estudian las enfermedades coronarias han visto una y otra vez que sus pacientes suelen empeorar su salud a medida que caen en un cuadro depresivo.
En 2010 se realizaron más de un millón de cirugías cardiovasculares en todo el mundo, y la mayoría de ellas fueron operaciones de bypass coronario. Esta técnica cambió la historia de la enfermedad coronaria y salvó millones de vidas desde que el doctor René Favaloro realizó la primera intervención el 9 de mayo de 1967. Pero no todos los pacientes evolucionan de la misma manera.
Se ha observado que existen algunos factores que influyen positiva o negativamente en su recuperación y posterior calidad de vida. Entre estos últimos, se encuentra la depresión, que trae consigo un dato preocupante: uno de cada dos pacientes sometidos a cirugía de revascularización miocárdica sufren depresión en los meses posoperatorios, según indicaron los especialistas que asistieron días atrás al Segundo Simposio Latinoamericano Corazón-Cerebro organizado por la Fundación Favaloro y el BakkenHeart-Brain Institute de la Cleveland Clinic y la Fundación Ineco.
Durante ese evento, La Nacion entrevistó al doctor Bruce Rollman, de la Universidad de Pittsburg, que luego de varios años de investigación, desarrolló un tratamiento que denomina "cuidado colaborativo por vía telefónica", para reducir la depresión posoperatoria en pacientes sometidos al bypass coronario.
El abordaje colaborativo implementado por el doctor Rollman y su equipo consiste en identificar a aquellos pacientes con diagnóstico de depresión posoperatoria y llamarlos por teléfono durante ocho meses en forma periódica para conocer su estado de ánimo.
Luego de los llamados, un equipo de enfermeras especializadas, psicólogos y psiquiatras discute cada caso y confecciona una serie de recomendaciones individuales y personalizadas para cada paciente, que son enviadas a su médico de cabecera y, con su autorización, son comentadas al paciente. Los consejos pueden incluir desde la necesidad de realizar un tratamiento psicológico o psiquiátrico clásico hasta la prescripción de medicación antidepresiva.
"Durante las conversaciones por teléfono -entre 15 a 45 minutos-, la enfermera realiza un análisis del paciente, de la medicación que está tomando, del entorno familiar o social en el que vive y de las ganas que manifiesta para recuperarse, y le aconseja una serie de tareas, como hacer ejercicio, dormir o descansar las horas necesarias, establecer conversaciones con amigos o familia, alertar de los peligros del cigarrillo o el alcohol", aseguró Rollman.
Según el experto, los síntomas de la depresión son muy comunes en pacientes internados en el hospital. Ya en su casa, después de dos semanas, lo llama una enfermera y le hace dos preguntas simples: "¿En las últimas dos semanas ha tenido poco o mucho interés en realizar sus cosas rutinarias?" y "¿se siente mal, deprimido, o esperanzado?"
Los resultados de su investigación, que fueron publicados en la revista JAMA , evidenciaron una menor tasa de depresión en aquellos tratados a diferencia de quienes no fueron llamados, lo que impactó en su calidad de vida física y emocional. Este efecto fue mucho más significativo en hombres que en mujeres, pero todavía no existe una explicación para esta diferencia, pero futuros estudios intentarán explicarla.
Luciano Sposato, director del Centro de Stroke en el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, indicó a La Nacion que el problema de la depresión posoperatoria en la cirugía de revascularización miocárdica es que en una gran proporción de los pacientes pasa desapercibida y no es tratada adecuadamente.
"Según algunos estudios, no sólo reduce la calidad de vida de los pacientes sino que hasta podría duplicar la mortalidad en años subsiguientes", aseguró Sposato.
"Lo novedoso de este estudio es que ha tenido en cuenta aspectos que investigaciones previas no consideraron en forma conjunta o directamente ignoraron: las preferencias de cada paciente, la falta de adherencia al tratamiento, incluir al médico de cabecera en el equipo encargado de manejar la depresión, etcétera", remarco el especialista, que también dirige el Departamento de Neurología de Adultos de Ineco.

Cuando el teléfono no basta

El novedoso estudio presentado por el doctor Bruce Rollman en la Argentina, a la que consideró "una tierra muy importante después de todo lo que ha logrado el doctor René Favaloro en el campo de la investigación del corazón", demostró que el seguimiento médico por teléfono para controlar la depresión, además de recuperar al paciente en forma más rápida, reduce el reingreso hospitalario y baja los gastos en la cobertura de los seguros médicos y obras sociales o medicinas prepagas.
Si bien el trabajo que fue realizado en siete hospitales del área de Pittsburg, entre los años 2004 y 2007, evidencia muchos aspectos positivos, el doctor Luciano Sposato, director del Centro de Stroke en el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, compartió dos importantes reflexiones.
La primera es que ninguna llamada telefónica ni sistema de telemedicina podrá reemplazar jamás a la consulta médica hecha en persona y que permite al médico conocer, revisar y conversar con el paciente.
Los sistemas como el de Rollman sólo intentan acercar al paciente al sistema de salud, para lograr mayor adherencia a los tratamientos.
Impacto positivo
"La segunda es que aquellos pacientes que tengan la sospecha o la sensación de estar deprimidos deberían comunicárselo a sus médicos, porque el tratamiento de la depresión tiene un enorme impacto positivo, no sólo en el posoperatorio de cirugías vasculares, sino también en otras situaciones, como en la rehabilitación del accidente cerebrovascular", agregó el especialista de Ineco.
Los pacientes sometidos a cirugía de revascularización miocárdica, que sufren depresión en los meses posoperatorios, tienen mayor riesgo de ver disminuida su calidad de vida, tienen un pobre funcionamiento coronario, dolores más frecuentes en el pecho y son reinternados más frecuentemente.
La depresión disminuye la fuerza del bombeo del corazón; los latidos se vuelven más débiles y la sangre no llega con normalidad a los órganos del cuerpo.
A pesar de que se han intentado varios estudios científicos destinados a reducir la depresión y sus consecuencias luego de cirugías cardiovasculares, sus resultados no fueron los esperados en términos de mejoras del estado de ánimo y de la morbilidad cardiovascular posoperatoria.
lanacion.com

jueves, 30 de junio de 2011

Madres deprimidas, ¿hijos antisociales?

[foto de la noticia]
Las madres con depresión deberían buscar ayuda si quieren reducir las probabilidades de que sus hijos desarrollen conductas antisociales. Por primera vez, investigadores británicos (Reino Unido) acaban de constatar que esta enfermedad mental materna puede aumentar el riesgo de este tipo de comportamiento a través de factores medioambientales y no exclusivamente genéticos.
Según la Organización Mundial de la Salud, en España hay cerca de 700.000 menores con trastornos de conducta antisocial aunque cerca de un 80% está sin diagnosticar. Las continuas violaciones de las normas sociales o de los derechos básicos de las personas, los robos, las mentiras, las peleas, las conductas de enfrentamiento o el vandalismo, son algunos de los síntomas que definen este tipo de comportamientos.
Julia Kim-Cohend, del King´s College de Londres y autora principal del ensayo, ha llevado a cabo la investigación con 1.116 parejas de gemelos de entre cinco y siete años. Tal y como recoge un reciente número del 'Archives of General Psychiatric', a todos los menores se les realizaron pruebas para evaluar la existencia o no de conducta antisocial, un comportamiento que también fue evaluado en sus padres y madres. Los científicos realizaron, asimismo, pruebas de depresión a todas las mamás.
Los datos revelan que "los descendientes de mujeres que sufrieron depresión tras ser madres tenían un riesgo más elevado de presentar conducta antisocial, especialmente si la progenitora había padecido la enfermedad a lo largo de los primeros cinco años de vida del menor", reza el ensayo. El mayor riesgo para comportamientos problemáticos se manifestó en niños cuyas madres sufrían de depresión y también mostraban síntomas de trastorno de personalidad antisocial.
Curiosamente, los descendientes de aquéllas que se deprimieron antes de dar a luz, y no posteriormente, no tenían más posibilidades de desarrollar el trastorno psiquiátrico.

Factores

Un historial familiar de este tipo de comportamiento "constituyó aproximadamente un tercio de la asociación observada entre la depresión maternal y las conductas antisociales en los niños", explican los autores en su estudio. Afirman, además, que sus hallazgos también sugieren "un marcado componente ambiental que relaciona la exposición a una depresión materna con problemas conductuales en sus hijos".
En opinión de los investigadores, "tres factores podrían explicar esta asociación: primero, las mujeres deprimidas son más propensas a tener rasgos de personalidad antisocial relacionados con la depresión; segundo, tienden más a tener niños con hombres que también muestran comportamientos antisociales; y tercero, los niños de mamás con la enfermedad mental podrían simplemente estar predispuestos genéticamente a los trastornos antisociales".
Sugieren que "los médicos que tratan los comportamiento antisociales de los pequeños deberían indagar si sus madres padecen depresión o antecedentes de problemas de conducta para identificar las necesidades de tratamiento para toda la familia".
elmundo.es

martes, 28 de junio de 2011

Cómo curar la depresión más rápido

La mayoría no responde al primer fármaco prescrito. | Corbis
Recientes estudios habían mostrado que la ketamina, un anestésico para animales que se usa también como droga recreativa, puede provocar una rápida respuesta antidepresiva en el cerebro. Ahora, científicos de Estados Unidos han descifrado dónde reside la clave de su velocidad de actuación, lo que podría ser útil en el desarrollo de nuevos fármacos.
Los antidepresivos actuales combaten la tristeza actuando sobre los neurotransmisores asociados a esta enfermedad psiquiátrica, tales como la dopamina, la serotonina o la norepinefrina, sustancias que los pacientes con depresión suelen tener en niveles bajos. El nuevo estudio, publicado en 'Nature', ha descubierto en ratones de laboratorio una vía a través de la cual actúa la ketamina.
La droga desencadena un proceso cerebral que da como resultado una mayor producción de una proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro, o BDNF por sus siglas en inglés. Este mecanismo permite, según han mostrado experimentos con una pequeña dosis de ketamina en vena, lograr un fuerte efecto antidepresivo, que se detecta en cuestión en horas y puede prolongarse durante semanas.
Además, estos estudios preliminares han mostrado que la ketamina puede lograr una respuesta eficaz en el 70% de los casos, un porcentaje superior a la efectividad de los tratamientos actuales. De hecho, se estima que sólo a uno de cada tres pacientes le funciona hoy en día el primer fármaco antidepresivo que su médico le prescribe. Es común probar varios, y tener que esperar semanas o meses para ver si han tenido efecto.
La ketamina, en todo caso, tiene demasiados efectos adversos, pero saber qué vías cerebrales utiliza para ejercer su efecto abre la puerta al diseño de nuevos medicamentos que hagan uso de este mismo mecanismo de acción. El objetivo médico es revertir lo más rápidamente posible los síntomas de la depresión, sobre todo en pacientes que presentan un riesgo de suicidio. Dada la extensión que tienen los trastornos depresivos, los autores reivindican el estudio de estas vías de acción cerebral con el fin de atajar a tiempo los casos más graves o aquellos que no encuentran alivio con las terapias ya establecidas.
"Sabemos que los cambios en la serotonina y la norepinefrina ocurren muy rápidamente, pero los antidepresivos tardan semanas en funcionar", según explica a ELMUNDO.es la doctora Lisa Monteggia, principal firmante del estudio desde la Universidad de Texas, en Dallas (EEUU).
"Los recientes descubrimientos clínicos de que la ketamina puede ejercer una rápida acción antidepresiva en individuos con depresión resistente al tratamiento, así como en pacientes con trastorno bipolar, permiten una oportunidad única para examinar cómo puede iniciarse una respuesta rápida", detalla esta investigadora, quien muestra también su preocupación por "la acción a largo plazo" de una droga reconocida en el ámbito lúdico por su capacidad devastadora.
En cualquier caso, la identificación de los mecanismos que utiliza la droga, como el descubierto por Monteggia y sus colegas, es un área prometedora que podría desembocar en una nueva generación de medicamentos contra la depresión. Algo que, como ocurre siempre en el mundo farmacéutico, no podrá conseguirse a corto plazo, si bien se han acumulado ya varios avances en la misma dirección. Investigaciones anteriores, algunas publicadas también en revistas de primera línea, como Science, han identificado otras vías cerebrales involucradas en la rápida respuesta a la ketamina. Aunque, al igual que en el nuevo estudio de Monteggia y colaboradores, se trataba de trabajos realizados con ratones. Es decir, aún no se ha confirmado que estos mismos mecanismos funcionen en el cerebro humano, aunque está claro que ha de haber una causa para que la ketamina actúe tan rápido.
"Identificar nuevas dianas para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas, como la depresión, ha sido extremadamente complicado", asegura Monteggia, quien resume así los principales retos a los que se enfrenta ahora el desarrollo de fármacos que actúen sobre estas dianas: "Eficacia, perfil seguro y efectos secundarios limitados". Es decir, conservar la inmediata sensación de euforia sin arriesgarse a los daños que puede causar la ketamina, incluidos efectos cerebrales irreversibles.
Uno de los efectos no deseados de esta sustancia, tal y como acaba de documentar un equipo de médicos británicos, es la destrucción del tejido de la vejiga, lo que puede derivar en una merma del tamaño de este órgano, incontinencia urinaria y daños colaterales en riñones y uretra. El cirujano Dan Wood, de los hospitales del University College en Londres, asegura que ha visto 20 casos de daños en la uretra entre consumidores lúdicos de ketamina y ha tenido que quitar cuatro vejigas destruidas en los últimos tres años, según informa la revista 'New Scientist'.
elmundo.es

sábado, 4 de junio de 2011

Cuando el dolor enmascara los trastornos depresivos


"No sabía que padecía depresión, me dolía el cuerpo y me sentía sin fuerza, muy fatigada. Nada funcionaba", explica Ana García de Granada. Ella como el 69% por ciento de los pacientes padecía dolores dolores de espalda, mareos y malestar gástrico. Sin saber que el dolor puede enmascarar cuadros de depresión o de ansiedad crónica y muchas veces despistar a los profesionales sanitarios, retrasando un diagnóstico correcto. De hecho, estos síntomas físicos se asocian a una mayor severidad de la patología. En España hay entre 1,2 y 1,5 millones de personas que padecen un trastorno depresivo, aunque se estima que un 35% de los casos no se llega a diagnosticar.
Los síntomas más comunes que padecen los pacientes cuando acuden a consulta son la falta de apetito sexual - anhedonia o incapacidad de sentir placer - y la fatiga - abulia o imposibilidad de realizar tareas -, ambos síntomas son determinantes a la hora de diagnosticar un trastorno depresivo. Además pueden aparecer síntomas ansiosos como palpitaciones o mareos. Todos hacen que el dolor varíe de una visita a otra. Entre los factores que indican una posible depresión están el hecho de que ningún analgésico funcione y que la molestia o sensación de tristeza dure más de dos semanas.
El proceso que sigue el paciente es siempre el mismo. Acude en primera instancia a Atención Primaria, "cuando me sentía mal acudía al ambulatorio más cercano", señala García. Esto favorece que ante la imposibilidad de un diagnostico claro, el médico se convierta en "detective" a la hora de detectar los casos que acarrean una depresión enmascarada. "La presencia conjunta de ansiedad, depresión y síntomas somáticos es casi más la norma que la excepción", ha subrayado el médico psiquiatra del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, el doctor Luis Caballero, y asesor en la especialidad de esta guía.
Por todo ello, la Organización Médica Colegial de España (OMCE), el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y Lilly han presentado hoy la 'I Guía de Buena Práctica Clínica en depresión y ansiedad con síntomas somáticos', una publicación cuyo objetivo es ayudar a los profesionales de Atención Primaria a reconocer los síntomas somáticos y mejorar así su diagnóstico. "Es un instrumento práctico que marca un protocolo de actuación", ha sostenido el tesorero del consejo general de Colegios Oficiales de Médicos de España, el doctor José María Rodríguez.

DOBLE PREVALENCIA EN LAS MUJERES

-Una de cuatro mujeres en España tendrá depresión a lo largo de su vida, según ha explicado la gerente de investigación clínica de Lilly, la doctora Inmaculada Gilaberte.
- Esta prevalencia se debe sobre todo a razones biológicas y psicológicas, "que es dos veces superior en la mujer que en el hombre".
- Las afectadas son mujeres entre los 18 y 40 años, "es la época fértil, algo que se asocia a las hormonas femeninas".
- Un 10% de los pacientes que acuden por primera vez a consultas de Atención primaria pueden padecer un trastorno depresivo
- Un 35% de los casos no son diagnosticados
- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es actualmente la cuarta enfermedad en importancia causante de discapacidad en el mundo.
AGENCIAS
elpais.com

miércoles, 20 de abril de 2011

'Facebook depression'

Suzanne Plunkett
No hay día que no me pregunte alguien sobre los peligros de Internet, redes sociales, etc., para la salud mental. El tema está de moda, off y on line. Preocupa sobre todo a los padres, y parece que cuanto más puestos están ellos en la red, más preocupados por el uso que hacen sus hijos. De padres conectados, hijos enganchados, piensan. Y puede que acierten.
Hasta ahora, a los psiquiatras nos preocupaba la adicción y poco más, pero el medio se está revelando como una fuente inagotable de sustos para la salud mental. Temas como la anorexia, el cyberbullying, el acoso on line, la compra condicionada o el suicidio, son algunos de los asuntos más preocupantes que tendremos que ir analizando en este blog.
Lo último es la depresión relacionada con las redes sociales. Varios investigadores han sugerido que la denominada 'Facebook Depression' (depresión de Facebook, en español) es una realidad clínica incuestionable. Un reciente y atinado artículo en la revista 'Pediatrics' lo ha explicado en medios científicos, pero los medios de comunicación ya estaban dando vueltas al asunto tiempo antes.
Las circunstancias vendrían a ser como sigue: Muchos jóvenes usan y abusan de las redes sociales, en ellas desarrollan buena parte de sus vidas y personalidades: se relacionan, emocionan, forman, informan, enamoran, vinculan, hacen amigos, crecen personal y socialmente… Pero también puede ocurrir que se pierdan amistades, se rompan vínculos, se descienda en el nivel social, se sufran críticas, acosos, agresiones, ninguneo…
Y si uno vive demasiado en la red, y poco fuera, se convierte en un personaje mediático, expuesto a lo bueno y lo malo de las redes, a subir y crecer 'socionline', pero también a bajar y extinguirse. Para los jóvenes, especialmente para los adolescentes, la aceptación social, la pertenencia al grupo, la relación emocional íntima, la intimidad confidencial y la sensación de auto valía, estima y seguridad que dan las redes son muy valiosas, y por ello su pérdida puede ser muy dolorosa.
Se trata de nuevas formas de estrés relacional que, el fondo, son las mismas que en las relaciones 'off line', pero la rapidez, inmediatez, intensidad de los sucesos 'on line' les hace ser especialmente agresivos, violentos, difíciles de tolerar y adaptarse a ellos. Y la calidad y cantidad de las expresiones emocionales en las redes puede ser especialmente intensa, ruda, contagiosa, imitativa, generándose círculos viciosos veloces e incontrolables que conlleven riesgos para los sufrientes: agravamiento de los sentimientos depresivos, aislamiento social, conductas anómalas (abusos, compulsiones, suicidio)…
Vivir en la red es estar expuestos. Cuesta acostumbrarse, sobre todo si eres inestable, vulnerable y tienes problemas de autoestima, como la mayoría de los adolescentes. Así pues, parece que necesitaremos una nueva psicopatología 'on line' para analizar correctamente las expresiones emocionales, detectar posibles patologías y hacer buenos diagnósticos y tratamientos.
Los psiquiatras tenemos trabajo para rato, quizá tengamos que desarrollar una nueva subespecialidad: 'psiquiatría on line'. Todo un reto.
elmundo.es

martes, 22 de marzo de 2011

El tai chi es efectivo contra la depresión



NUEVA YORK (The New York Times).- La antigua práctica china del tai chi parece aliviar los síntomas de depresión en personas mayores, según un nuevo estudio.
El hallazgo, publicado este mes en The American Journal of Geriatric Psychiatry , es el último que sugiere que el movimiento lento, la respiración y la meditación del tai chi resultan en beneficios notorios para pacientes con problemas cardíacos crónicos. Otros estudios recientes mostraron que practicar tai chi ofrece beneficios en casos de artritis y fibromialgia. Pero esta última investigación es importante porque la depresión es especialmente difícil de tratar en las personas mayores, muchas de las cuales ya están batallando con otros problemas de salud y responden menos al tratamiento farmacológico.
Investigadores de la Universidad de California en Los Angeles estudiaron a 112 adultos mayores con diagnóstico de depresión grave, incluyendo a muchos que habían estado luchando con la enfermedad durante años. Tenían un promedio de edad de 70 años. Todos recibieron primero fármacos, y 73 exhibieron mejoras parciales. El resto de los pacientes se retiraron del estudio, incluyendo a un solo paciente que se recuperó por completo después de la terapia farmacológica.
A los pacientes restantes se les asignó ya sea un curso de tai chi de diez semanas o una clase de educación para la salud, que incluía diez minutos de ejercicios de estiramiento. Ambos cursos se daban durante dos horas, una vez por semana.
Después de diez semanas de tai chi, el 94% de las personas deprimidas mostraron mejorías notables, comparadas con 77% de los que integraban el otro grupo. Y el 65% de las personas que integraban el grupo de tai chi mostraron una remisión de los síntomas, comparadas con el 51% de los del otro grupo.
lanacion.com

jueves, 17 de marzo de 2011

Un mal trabajo deprime tanto como estar en paro

Imágenes de la cola del paro y una cadena de montaje industrial. | Foto: El Mundo

Es sabido que el paro no es una circunstancia psicológicamente agradable y que este estado puede inducir depresión, ansiedad y, en general, deteriorar el bienestar de la mente. Sin embargo, tener un trabajo mal pagado, demasiado estresante o sobre el que no se tiene control ni seguridad de futuro puede ser tan malo -si no peor- como permanecer sin empleo. Así lo ha reflejado, siempre desde el punto de vista de la salud -y sin entrar en consideraciones económicas- un nuevo estudio realizado en Australia.
Los resultados, publicados en la revista 'Occupational and Environmental Medicine', confirman que, por regla general, estar desempleado es peor para la salud psicológica que estar activo. Sin embargo, los autores también compararon a los parados con aquellos que tenían un empleo de baja consideración social o con el que no se sentían a gusto, y en estas circuntancias las supuestas ventajas de tener trabajo desaparecían.
Por otra parte, los parados mejoraban como media su salud mental cuando encontraban un empleo; pero, de nuevo, este efecto se disipaba si la calidad del nuevo trabajo era baja. De hecho, entre los puestos de peor consideación, los problemas psicológicos tendían a aumentar; es decir, cambiar el paro por un mal puesto puede agudizar las depresiones y demás afecciones relacionadas.
Además, el grupo de individuos que experimentó un declive más acentuado en su bienestar psicológico fue el de aquellos que tenían peores trabajos, según el estudio elaborado en la Universidad Nacional de Australia en Melbourne. "La salud mental de aquellos que estaban desocupados era comparable o superior a aquellos que tenían empleos de la más baja calidad psicosocial", concluyen los autores.

Síntomas depresivos

El estudio se ha realizado a partir de los resultados de siete oleadas de datos de la encuesta Hilda, que realiza la Universidad de Melbourne (Australia) y cada año recoge información laboral y económica de una muestra compuesta por 7.000 ciudadanos.
Los autores midieron la salud mental de los participantes mediante un tests conocido como Mental Health Inventory (MHI), que considera diversos síntomas asociados a la depresión y la ansiedad en oposición a sentimientos positivos como la tranquilidad o la felicidad. En cuanto a la calidad de trabajo, se tuvieron en cuenta las siguientes condiciones: control del propio trabajo, percepción de un salario justo, complejidad de las tareas, seguridad laboral y nivel de exigencia.
La estadística reveló una asociación tanto entre los peores trabajos y los mayores síntomas de depresión y ansiedad, por una parte, como entre los mejores empleos y los ciudadanos psicológicamente más sanos, por otra. Los autores del estudio concluyen que lograr un empleo a toda costa podría no ser el mejor enfoque para ayudar a las personas con esta clase de problemas (al menos desde el punto de vista de su salud mental). "Las políticas de empleo se basan en la noción de que cualquier trabajo es mejor que no tenerlo", recuerdan, y añaden que, a raíz de sus resultados, "la calidad psicosocial del empleo es un factor crucial que debe ser considerado en las políticas de empleo y bienestar".
elmundo.es

domingo, 13 de marzo de 2011

Depresión: en 10 años será la segunda causa de incapacidad

En diez años, la depresión se habrá convertido en la segunda causa de discapacidad , por encima de los accidentes de tránsito y mucho más destructiva que los accidentes cerebrovasculares (ACV) o las enfermedades pulmonares. Y aunque la predisposición genética es uno de los principales factores, se sabe que cada vez más los problemas cardíacos pueden desencadenar algún trastorno depresivo.
Los datos forman parte de un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ayer fueron debatidos en un simposio internacional de psiquiatría que se realizó en Buenos Aires. En particular, los expertos discutieron sobre la forma en que se retroalimentan las enfermedades cardíacas y la depresión.
La investigación difundida por la OMS determinó que para 2020 la depresión provocará buena parte de las enfermedades que pueden terminar en algún tipo de discapacidad y que, sobre todo, afectará a personas de entre 20 y 50 años. “Si no se toman medidas el impacto va a ser impresionante , sobre todo porque son enfermedades en las que el estigma es uno de los mayores problemas”, explicó a Clarín Julián Bustin, jefe de gerontosiquiatría del Centro de Estudios de la Memoria y la Conducta (INECO), que ayer participó ayer del simposio sobre psiquiatría que ese centro organizó en el Malba.
Allí, uno de los principales ejes del debate fue de qué manera corazón y cerebro inciden en las afecciones de uno y otro. Bustin explicó: “Corazón y cerebro van de la mano . Todo lo que afecta al corazón luego se traslada al cerebro y por eso es muy importante destacar que al prevenir los problemas cardiovasculares también se están previniendo enfermedades mentales. Una persona con problemas cardíacos tiene más chances de deprimirse. Al mismo tiempo, una persona depresiva tiene más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares”.
En Argentina no hay datos epidemiológicos. No existen números oficiales sobre enfermedades mentales y no se sabe cuántas personas sufren depresión ni esquizofrenia. Los especialistas coinciden en que en general las estadísticas mundiales se repiten en la mayor parte de los países y este patrón no se altera por las diferencias entre desarrollados y subdesarrollados. Así, se estima que una de cada cuatro personas padece algún tipo de problema relacionado con la salud mental.
De acuerdo con la OMS, en el mundo existen 121 millones de personas que tienen depresión, y aunque la enfermedad puede curarse si se accede a un diagnóstico temprano sólo el 25 por ciento puede tener un tratamiento adecuado.
En cambio, si la depresión no es tratada a tiempo, puede desembocar en suicidio: cada cuarenta segundos, en algún lugar del mundo, una persona decide quitarse la vida .
Pablo Resnik, director del Centro de Investigaciones Médicas de la Ansiedad, señala que “la depresión tiene altos niveles de discapacidad. Por ejemplo, una persona bipolar que está en una fase depresiva, aún siendo tratada y con buena evolución, pasa el 60 por ciento de su vida con síntomas de la enfermedad más o menos graves”.
Además de los denominados factores ambientales (como el estrés y el hastío que puede generar la convivencia en la sociedad contemporánea ), Resnik explica que la depresión tiene una base genética “muy determinante” que se combina con ciertos “eventos traumáticos tempranos” , es decir que ocurren cuando la persona tiene menos de 18 años. Y cita entre esos eventos los abusos sexuales o psicológicos, la crianza en un contexto de abandono o negligencia o la muerte de los padres. “Eso marca para toda la vida”, asegura Resnik. Pero también hechos puntuales, como la pérdida de un trabajo o de un ser querido, pueden actuar como disparadores de una depresión.

Las claves

La depresión se produce por la combinación de una predisposición genética con factores ambientales como una situación de stress.
Entre el 20 y 25 por ciento de la población mundial sufre algún tipo de trastorno depresivo.
Alrededor del 8 por ciento padece un trastorno depresivo mayor. Es decir, una depresión severa que se manifiesta con mucha angustia y poca voluntad para actuar.
Los trastornos bipolares, en cambio, afectan al 3 por ciento de la población, mientras que la esquizofrenia la padece el 1 por ciento de las personas.
En todo el mundo, 850 mil personas deciden quitarse la vida cada año.
La depresión afecta a 121 millones de personas y puede curarse con un diagnóstico temprano.

Por ahora, lo mejor es hacer ejercicio

Mientras se investigan nuevos caminos para combatir el virus del resfrío, lo mejor parece ser mantenerse en movimiento. Un estudio publicado esta semana en la revista British Journal of Sports Medicine puso en evidencia la relación entre ejercicio físico y reducción de los síntomas del resfrío.
De acuerdo a la investigación, las personas que practican una actividad física regular serían menos susceptibles a verse afectadas por el virus. Una sesión deportiva diaria de al menos 20 minutos suficientemente intensa para producir un aumento de la transpiración, dicen los autores del estudio, permitiría aumentar la resistencia del organismo al virus del resfrío, que afecta a cada ser humano entre dos y cinco veces por año.

Detectan un mecanismo clave en las defensas del organismo

Son los mayores asesinos de la humanidad y figuran entre las enfermedades más difíciles de tratar, que se cobran una cantidad de víctimas igual a las del cáncer. Pero ahora un descubrimiento podría dar a los médicos una nueva arma en la batalla contra los virus , incluidos los que causan dolencias muy difundidas como resfríos y gastroenteritis.
“Los médicos cuentan con muchos antibióticos para combatir las infecciones, pero pocos antivirales . Si bien esto es el comienzo y aún no sabemos si todos los virus se pueden eliminar con este mecanismo, estamos entusiasmados por la posibilidad de que se abran nuevos y múltiples caminos para la creación de antivirales”, dijo Leo James, del Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge, que dirigió el estudio publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences .
El cuerpo enfrenta las infecciones liberando “soldados” biológicos llamados anticuerpos, que se pegan a los virus a medida que circulan por el flujo sanguíneo. En los últimos 100 años, los científicos que trabajan en el campo de la inmunología creyeron que ésto les hacía difícil a los virus ingresar en las células sanas y diseminar así la enfermedad por todo el cuerpo.
Pero el nuevo estudio mostró que en muchos virus los anticuerpos trabajan de forma muy distinta . En lugar de impedir que los virus infecten las células, siguen al “invasor” hasta el interior de ellas y coordinan un ataque inmunológico desde adentro .
El equipo de James descubrió que en muchos casos los anticuerpos hacen muy poco para evitar que los virus infecten las células. En cambio, se pegan a los virus cuando invaden a las células y utilizan la propia máquina biológica de éstas para matarlos.
James mostró que una vez adentro de una célula infectada, los anticuerpos atraen una proteína llamada TRIM21 . Esto señala a su vez el equivalente de una máquina de despojo de basura, un gran grupo de proteínas llamado proteasoma . Cuando llega el proteasoma, se prende a la TRIM21 y se pone a trabajar, desmantelando al virus pieza por pieza . El proceso se realiza rápidamente, muchas veces antes de que el virus pueda comenzar a hacer daño.

Más riesgos de recaída para los adolescentes

La mayoría de los adolescentes y jóvenes deprimidos que reciben tratamiento con fármacos, terapia psicológica o ambas cosas logran cierto alivio, pero sólo momentáneo: casi la mitad tendrá una recaída en los siguientes cinco años, según un estudio publicado en la revista Archives of General Psychiatry . Y son las mujeres las que corren más riesgo.
El psicólogo John Curry encabezó un equipo de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, que estudió a 86 varones y a 110 mujeres jóvenes deprimidos de entre 12 y 17 años, que fueron asignados a uno de cuatro tratamientos de corto plazo: el fármaco de Eli Lilly fluoxetina o Prozac, un tipo de terapia conversacional conocida como terapia cognitiva conductual, una combinación de ambas cosas o un placebo. Los pacientes fueron seguidos por hasta cinco años.
Casi el 95 por ciento de los participantes se recuperó de su depresión inicial. Pero el 46,6% presentó otra depresión durante los siguientes 5 años. “Se necesita realizar más estudios para hallar las variables asociadas con la depresión recurrente en jóvenes”, indicó Curry.
clarin.com