martes, 8 de julio de 2008

Mujer Maravilla-Wonder Woman contra el alcohol

La dramática confesión de Lynda Carter: cómo dejó su adicción sin usar sus poderes
La actriz admitió su alcoholismo en un programa de TV. Contó cómo llegó a tomar sin que su familia se diera cuenta. Su internación en una institución católica y las reuniones de alcohólicos anónimos.
08.07.2008-Crítica de la Argentina

Bella. Su marido, un banquero famoso, debió enfrentar juicios millonarios por fraude. Ella se deprimió.
Treinta años después de que Lynda Carter abandonara su lazo mágico y sus habilidades de Mujer Maravilla, reconoció que durante muchos años debió luchar contra el alcholismo. “Era muy buena ocultándolo”, le contó la actriz de 56 años, madre de dos adolescentes, al célebre entrevistador Larry King.
Elegida “la estudiante más talentosa” de la Arizona State University, Carter prefirió renunciar a la vida académica para seguir la carrera musical. De hecho, cantó con varios grupos de rock hasta 1972, año en el que fue elegida Miss USA. Después de tomar clases de actuación, participó en series como Starsky y Hutch y finalmente, en 1975, ganó el casting para ser la heroína más famosa de la historia de la televisión. Y quedó tan identificada con la Mujer Maravilla, que ningún productor dio todavía con la actriz que pudiera darle vida al personaje en la versión cinematográfica de la serie, algo tan de moda en estos tiempos.
Pero lo que nadie sabía de esta súper mujer, hasta hoy, es que esa agente del gobierno que para cada misión especial se calzaba el culotte azul, el top rojo y los brazaletes para luchar contra el mal, cuando regresaba a su casa tenía problemas con la bebida.
“Sufría de un alcoholismo atípico –contó–. No me levantaba con ganas de tomar y al princicpio, incluso, no me gustaba. Pero si empezaba a beber un vaso de vino, no podía parar, y me convertía en una persona extraña, a tal punto que mis hijos y mi marido se asustaban. Fue él quien un día me dijo: “¿No podrías dejarlo al menos por nosotros?”.
Su marido, Robert Altman –no el director de cine sino un reconocido abogado– se hizo famoso por haber sido acusado por fraude bancario. En un juicio altamente mediático, se la vio a Lynda Carter gritar, del brazo de su esposo: “¡Inocente! ¡Inocente!”.
Con el apoyo de Altman, la actriz decidió internarse en una institución católica, en la que descubrió que el efecto devastador del alcohol en su cuerpo se debía a que era alérgica a la bebida. “Es una lucha diaria y debo decir que creía que ir a estas reuniones de alcohólicos era algo que no iba a poder hacer, pero ahora me di cuenta de que es la terapia más barata que uno pueda tener.”
El mayor miedo de Lynda, según reconoció, era a la mirada ajena. “Lo oculté mucho tiempo porque mi temor era que me malentendieran, que el público me marginara, que se arruinara mi imagen, esas cosas. Después aprendí que es muy común que las mujeres, cuando empiezan a envejecer, se vean más afectadas por el alcohol.”
La lista de las estrellas de Hollywood que cayeron en el alcoholismo en su madurez es larga –Betty Ford, Kitty Dukakis, son algunos ejemplos–, pero Lynda Carter asegura que desde hace cinco años que no prueba una gota. Después de protagonizar algunos bolos en el cine, dice que le encantaría encontrar un buen papel en la pantalla grande, lejos de esa Mujer Maravilla que interpretó durante sólo tres años pero que marcó toda su vida.

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