miércoles, 9 de julio de 2008

Cuando el estrés postraumático tiende a permanecer en el tiempo

Siete de cada diez personas que vivieron accidentes u otros desastres lo sufren por hasta tres meses.
Por: Pilar Ferreyra
El director musical Jorge Ogieviki es uno de los argentinos que el pasado 30 de mayo sobrevivió al accidente aéreo ocurrido en Honduras durante el aterrizaje del vuelo 390 de TACA.
"Tengo pesadillas, me vuelven las imágenes de la gente apiñada en los pasillos... el impacto del avión arrugándose como un acordeón", detalló a Clarín.
Otras víctimas argentinas de una tragedia colectiva son los sobrevivientes de Cromañón. Muchos de ellos despertaron con alucinaciones olfativas de objetos quemados meses después del incendio del boliche.
Y a 7.900 kilómetros de Buenos Aires, el huracán Katrina dejó al 70 por ciento de Nueva Orleans bajo el agua. Allí, en estado de shock, un hombre nadó durante 18 horas sin parar.
Los síntomas descriptos en estas situaciones forman parte de las consecuencias que comúnmente sufren las personas que experimentan una situación traumática. Según la Sociedad Argentina de Psicotrauma (SAP), siete de cada diez personas que viven una situación límite en forma colectiva o individual padecen síntomas por el término de hasta tres meses.
Los más recurrentes pueden agruparse en cuatro clases:
Estrés postraumático: Incluyen desde la evitación (una persona sufre un accidente de auto y evita volver a manejar) hasta síntomas intrusivos (flashback de imágenes y sonidos del hecho vivido).
Depresión: Tristeza, falta general de voluntad, interés y displacer.
Ansiedad: Irritabilidad, insomnio y estado constante de alerta.
Síntomas psicosomáticos: Alteraciones en el organismo que en principio no se asocian al hecho vivido (alteraciones en el sueño sin estar soñando con lo que sucedió).
Es normal que después de haber vivido una situación crítica las personas presenten uno o más síntomas. Si son tratadas correctamente, en el lapso de 90 días los síntomas debieran desaparecer , puntualiza el psiquiatra Daniel Mosca, presidente de SAP y coordinador del equipo de factores humanos del SAME.
Hay quienes, sin embargo, no presentan síntomas.
Se trata del 30% de los casos. La falta de síntomas se asocia con la personalidad de cada uno, con el momento que está pasando y con la red social o afectiva que lo contiene, así como con el acontecimiento vivido. No es lo mismo haber estado bajo tierra tres horas, que tener algo encima de la cabeza unos minutos , advierte la psicóloga Liliana Sánchez, del equipo de recursos humanos de SAME.
Y aclara: Muchas veces la gente no hace síntoma en el momento pero un año después, a causa de otra situación, empieza con la sintomatología. Muchas enfermedades inmunológicas aparecen tiempo después de haber vivido una situación límite .Y así como hay quienes no expresan síntomas, hay otro grupo (uno de cada cinco de los que sí presentan síntomas) que sufren de síntomas postraumáticos durante años y en forma crónica. Esas personas muchas veces no pueden continuar desarrollando su vida social, laboral y familiar como lo hacían hasta entonces. Sin tratamiento adecuado es difícil superar esa situación , previene Mosca. Se trata de personalidades para las que el hecho traumático se convirtió en un antes y un después en su vida.

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