martes, 10 de marzo de 2009

La aparición de imágenes de la Virgen conmueve a Misiones


Los vecinos de Teófila Romero no salían de su asombro cuando la mujer, tímidamente, los llamó para mostrarles uno de los postes de pino que sirven de soporte al cerco perimetral de su humilde casa, en un barrio periférico de Wanda, a 254 kilómetros de Posadas.
Allí aparecen varias imágenes que hasta el propio sacerdote del pueblo admite que son de la Virgen María. Quien las descubrió fue uno de sus siete nietos, Carlos, un chico de diez años que jugaba a la bolita en el patio de tierra y al levantar la vista advirtió que en el poste había una figura parecida a la que tenía estampada en su remera: la de la Virgen de Caacupé, entronizada en un cerro, cerca de Asunción del Paraguay.
El chico tuvo que insistir mucho para que su abuela se acercara al lugar. La mujer, de 71 años, no podía creer lo que sus ojos veían. La noticia corrió rápidamente en el barrio y al día siguiente cientos de personas llegaron hasta el lugar para presenciar lo que ellos consideran "una manifestación de la Virgen".
El miércoles, el sacerdote del pueblo, Domingo Gacek, se sorprendió al ver que la capilla del Barrio Belgrano desbordaba de feligreses, algo poco habitual. Los vecinos habían concurrido a misa para acompañar a Teófila y a su nieto, pero también para saber qué opinaba el religioso sobre un tema tan sensible.
En diálogo con Clarín, el cura Domingo contó que al finalizar el oficio religioso fue hasta la casa de la anciana y allí vio "cuatro imágenes claras de la Virgen", aunque algunos ya hablan de siete figuras. Sin embargo, se mostró cauto: "Hay que esperar el mensaje de nuestra Madre", le dijo a los vecinos, y pidió que se junten todos los días en el lugar para rezar.
"Es la primera vez que vivo algo así", dijo Gacek, quien lleva 43 años de sacerdocio, todos en la zona del Alto Paraná misionero. El religioso dijo que "ya le informé al obispo Marcelo Martorell sobre la aparición y me dijo que va a venir" a observar el fenómeno. Gacek aprovechó para salir al cruce de los que anuncian catástrofes en el pueblo. "La Virgen no puede ser portadora de malas noticias", dijo con tono suave.
El cura, que desde hace nueve años reside en Wanda, contó dos hechos cuanto menos curiosos que ocurrieron en la vivienda donde se produjo la aparición. "En un primer momento, el nieto de Teófila tomó un machete y quiso extraer las imágenes del tronco, pero no pudo porque el machete no cortaba la madera y después sintió un entumecimiento en la mano que cesó cuando la abuela le dijo que dejara las imágenes en su lugar", relató el cura. Y agregó que "después fueron dos hombres los que quisieron sacar el poste con palas, pero a poco de empezar a cavar sintieron un enorme cansancio y tuvieron que desistir". Aunque no lo dice, para el religioso se trata de dos pruebas claras de una manifestación divina.
Según el sacerdote, "no hay explicación alguna" y le recomendó a los feligreses "esperar y rezar porque en cada aparición la Virgen siempre nos pide conversión, oración y penitencia".
Otro detalle que llama la atención de todos es que en el poste prácticamente el color de las imágenes es uniforme y en las fotografías se perciben distintas tonalidades, lo que termina de dar forma a la Virgen.
El peregrinar de los devotos por el humilde Barrio Belgrano es incesante y ya es común observar flores junto al poste de pino con las imágenes y velas encendidas en honor a la Virgen.



Antecedentes
En la región hubo algunas otras manifestaciones de íconos del cristianismo. En proximidades de la localidad paraguaya de Encarnación, frente a Posadas, se había anunciando a mediados de los 80 la aparición de una imagen de la Virgen en una piedra mora.

El sacerdote de Wanda, Domingo Gacek, fue hasta el lugar y ahora recordó que "la imagen era muy difusa y todo terminó en la nada".
También los posadeños se vieron conmocionados por la aparición del rostro de Jesús sobre la fachada de una casa del centro de la capital misionera. La imagen se formaba con la sombra que proyectaba sobre la pared uno de los gajos de un árbol. Todas las noches, cientos de personas se congregaban en el lugar. Hasta que una mano anónima hizo desaparecer la rama y con ello la curiosidad de la gente.
clarin.com

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