Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
ROMA.- Gran estupor provocó ayer en Italia el hallazgo en Milán de un hotel subterráneo clandestino manejado por chinos, cuya entrada era una alcantarilla en una vereda pública. Allí vivían, en condiciones espantosas, decenas de inmigrantes, incluso bebes, que dormían en improvisados nichos por 100 euros mensuales.
Crudo reflejo de la dramática realidad de miles de desesperados que llegan a Italia para trabajar y que se convierten en víctimas de criminales, el hotel-búnker fue descubierto por la policía de Milán, que irrumpió en el lugar tras ser alertada por los vecinos de un extraño ir y venir alrededor de una alcantarilla de la vía MacMahon, cercana al barrio chino.
Para bloquear la salida al exterior del hotel, la policía estacionó el patrullero sobre la alcantarilla. Adentro se topó con el horror: 60 colchones separados por paredes de madera terciada o viejos pedazos de tela; sólo dos baños, sucios; una cocinita con hornallas de gas; condiciones higiénicas nulas, y cables eléctricos al descubierto.
Los precios para dormir allí eran de 100 euros por mes por pareja, o 200 euros por mes para las familias. Baratos si se calcula que el alquiler de un cuarto en Milán alcanza alrededor de 700 euros mensuales.
En 300 metros cuadrados, el hotel alojaba a 60 personas. Pero la policía halló en el lugar a 28, todos chinos y entre ellos 12 clandestinos, dos niños de 11 y 6 años, y dos bebes. El más pequeño, que tenía tres meses, tenía como cuna un ropero destartalado.
Sin ventanas, el mísero "departamento" estaba conectado con un galpón. La policía irrumpió en el sitio a las 4 del lunes. Al parecer los inquilinos fueron traicionados por sus ganas de ver el sol en su único día de descanso. Hasta el domingo, de hecho, nadie en el vecindario se había dado cuenta de que la mayoría de los inquilinos salían de la alcantarilla al alba para ir a trabajar a los talleres clandestinos que hay en la zona, para volver a entrar en la noche.
"¿Un hotel clandestino?
ROMA.- Gran estupor provocó ayer en Italia el hallazgo en Milán de un hotel subterráneo clandestino manejado por chinos, cuya entrada era una alcantarilla en una vereda pública. Allí vivían, en condiciones espantosas, decenas de inmigrantes, incluso bebes, que dormían en improvisados nichos por 100 euros mensuales.
Crudo reflejo de la dramática realidad de miles de desesperados que llegan a Italia para trabajar y que se convierten en víctimas de criminales, el hotel-búnker fue descubierto por la policía de Milán, que irrumpió en el lugar tras ser alertada por los vecinos de un extraño ir y venir alrededor de una alcantarilla de la vía MacMahon, cercana al barrio chino.
Para bloquear la salida al exterior del hotel, la policía estacionó el patrullero sobre la alcantarilla. Adentro se topó con el horror: 60 colchones separados por paredes de madera terciada o viejos pedazos de tela; sólo dos baños, sucios; una cocinita con hornallas de gas; condiciones higiénicas nulas, y cables eléctricos al descubierto.
Los precios para dormir allí eran de 100 euros por mes por pareja, o 200 euros por mes para las familias. Baratos si se calcula que el alquiler de un cuarto en Milán alcanza alrededor de 700 euros mensuales.
En 300 metros cuadrados, el hotel alojaba a 60 personas. Pero la policía halló en el lugar a 28, todos chinos y entre ellos 12 clandestinos, dos niños de 11 y 6 años, y dos bebes. El más pequeño, que tenía tres meses, tenía como cuna un ropero destartalado.
Sin ventanas, el mísero "departamento" estaba conectado con un galpón. La policía irrumpió en el sitio a las 4 del lunes. Al parecer los inquilinos fueron traicionados por sus ganas de ver el sol en su único día de descanso. Hasta el domingo, de hecho, nadie en el vecindario se había dado cuenta de que la mayoría de los inquilinos salían de la alcantarilla al alba para ir a trabajar a los talleres clandestinos que hay en la zona, para volver a entrar en la noche.
"¿Un hotel clandestino?
Ahora entiendo por qué cada tanto encontrábamos la vereda invadida de colchones", contó una vecina. La policía interrogará en los próximos días a una mujer italiana dueña del predio donde está la alcantarilla.
Si bien el caso causó una honda impresión, el de los "departamentos-dormitorios" para inmigrantes clandestinos no es una novedad. Es un negocio que prospera no sólo en Milán, sino también en todas las grandes ciudades italianas. "El hallazgo del enésimo departamento-dormitorio confirma que los clandestinos ya se han vuelto un business de la criminalidad organizada", dijo el vicealcalde de Milán, Riccardo De Corato.
Si bien el caso causó una honda impresión, el de los "departamentos-dormitorios" para inmigrantes clandestinos no es una novedad. Es un negocio que prospera no sólo en Milán, sino también en todas las grandes ciudades italianas. "El hallazgo del enésimo departamento-dormitorio confirma que los clandestinos ya se han vuelto un business de la criminalidad organizada", dijo el vicealcalde de Milán, Riccardo De Corato.
Matteo Salvini, de la xenófoba Liga Norte, señaló por su parte que en los últimos tres días había recibido advertencias sobre cantinas, buhardillas y departamentos superpoblados. Al respecto advirtió que su agrupación estaba lista para hacer "rondas", es decir, patrullas para señalar esos casos a la policía.
lanacion.com
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