"Mi objetivo es demostrar que todos somos parientes, aunque no sepamos cómo. Armar un registro de conexiones humanas más allá de las razas, las religiones, el origen o las clases sociales." Si bien las palabras de Francisco Fernández Bell Fano parecen una utopía, él no se da por vencido. Su página de Internet Familias Argentinas (www.familias-argentinas.com.ar) alberga una inmensa base de datos con más de 180.000 personas interconectadas, que llega hasta el año 390 antes de Cristo, y en la que se pueden encontrar desde próceres como José de San Martín hasta estrellas del espectáculo como Susana Giménez, pasando por la mayoría de los presidentes argentinos y emperadores incaicos.
Ingeniero en petróleo y geólogo, Fernández Bell Fano descubrió la genealogía por azar. Una tarde de 1990, cuando estudiaba en Francia, por curiosidad instaló en su computadora un programa para armar árboles genealógicos que venía de regalo con una revista. En ese momento jamás imaginó que la búsqueda de lazos familiares se transformaría en una obsesión que lo acompañaría todos los días, hasta tal punto que cada vez que conoce a alguien se queda pensando un rato y recorre mentalmente los árboles que componen su base para ver si puede ubicarlo en alguno de ellos.
"De chico nunca tuve interés por la genealogía, pero siempre me gustaron los rompecabezas, y la genealogía es un rompecabezas que crece para todos lados, y lo mejor es que no tiene fin", explica.
"Me atrapó querer saber de quién descendíamos ?dice?. Mi papá me contó que mi quinto abuelo, Juan Antonio Fernández, fue uno de los fundadores de la Facultad de Medicina y el primer decano. Descubrí que descendíamos de Domingo Martínez de Irala, conquistador español que tuvo hijos con siete indias, y por esa rama también entró el Che Guevara."
Más tarde, este apasionado por las raíces llegó hasta los reyes de España, lo que le permitió remontarse mucho más atrás en el tiempo, ya que hay mucha genealogía escrita sobre ellos.
En 2000 subió el árbol a la Web con el nombre de Genealogía Fernández, y empezó a dedicarle un rato todos los días a su nuevo hobby. Hasta que en 2006 dio el gran salto: con la ayuda de la hija de un usuario de Mar del Plata, que es programadora informática, cambió el formato HTML por el de una base de datos.
En la actualidad, carga personalmente, uno por uno, todos los nombres que entran en esta base, que, sostiene, es la más grande del país, con la particularidad de tener todas las personas interconectadas. "Me levanto a las 5.30, una hora antes de salir para el trabajo, para cargar datos. Cuando vuelvo a la noche, después de acostar a los chicos, me quedo otro rato", explica. Pero la tarea es de nunca acabar, Fernández Bell Fano tiene en espera 50.000 personas.
Cuando se le pregunta por las equivocaciones en las que se puede incurrir cuando uno se basa en la información que le manda la gente, responde: "Puede haber errores. A veces me mandan dos datos opuestos, entonces cargo el que creo más seguro, e incluso le pregunto a la persona que me lo mandó sobre la seguridad de esa información. Pero la base se va depurando sola porque los usuarios también escriben para decirme que hay incorrecciones".
Mercedes Monti
Ingeniero en petróleo y geólogo, Fernández Bell Fano descubrió la genealogía por azar. Una tarde de 1990, cuando estudiaba en Francia, por curiosidad instaló en su computadora un programa para armar árboles genealógicos que venía de regalo con una revista. En ese momento jamás imaginó que la búsqueda de lazos familiares se transformaría en una obsesión que lo acompañaría todos los días, hasta tal punto que cada vez que conoce a alguien se queda pensando un rato y recorre mentalmente los árboles que componen su base para ver si puede ubicarlo en alguno de ellos.
"De chico nunca tuve interés por la genealogía, pero siempre me gustaron los rompecabezas, y la genealogía es un rompecabezas que crece para todos lados, y lo mejor es que no tiene fin", explica.
"Me atrapó querer saber de quién descendíamos ?dice?. Mi papá me contó que mi quinto abuelo, Juan Antonio Fernández, fue uno de los fundadores de la Facultad de Medicina y el primer decano. Descubrí que descendíamos de Domingo Martínez de Irala, conquistador español que tuvo hijos con siete indias, y por esa rama también entró el Che Guevara."
Más tarde, este apasionado por las raíces llegó hasta los reyes de España, lo que le permitió remontarse mucho más atrás en el tiempo, ya que hay mucha genealogía escrita sobre ellos.
En 2000 subió el árbol a la Web con el nombre de Genealogía Fernández, y empezó a dedicarle un rato todos los días a su nuevo hobby. Hasta que en 2006 dio el gran salto: con la ayuda de la hija de un usuario de Mar del Plata, que es programadora informática, cambió el formato HTML por el de una base de datos.
En la actualidad, carga personalmente, uno por uno, todos los nombres que entran en esta base, que, sostiene, es la más grande del país, con la particularidad de tener todas las personas interconectadas. "Me levanto a las 5.30, una hora antes de salir para el trabajo, para cargar datos. Cuando vuelvo a la noche, después de acostar a los chicos, me quedo otro rato", explica. Pero la tarea es de nunca acabar, Fernández Bell Fano tiene en espera 50.000 personas.
Cuando se le pregunta por las equivocaciones en las que se puede incurrir cuando uno se basa en la información que le manda la gente, responde: "Puede haber errores. A veces me mandan dos datos opuestos, entonces cargo el que creo más seguro, e incluso le pregunto a la persona que me lo mandó sobre la seguridad de esa información. Pero la base se va depurando sola porque los usuarios también escriben para decirme que hay incorrecciones".
Mercedes Monti
lanacion.com
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