A los 39 años y con un embarazo de 15 semanas en curso, una mujer española, cuyo nombre no ha sido dado a conocer, es la primera en el mundo en haber sido sometida a un autotrasplante de tejido ovárico (realizado para preservar la fertilidad ante la necesidad de tener que ser sometida a una terapia oncológica) seguido de un procedimiento de vitrificación de óvulos.
"Lograr este primer embarazo no sólo reafirma la validez científica de nuestro trabajo, sino que abre una puerta a la esperanza de las mujeres que han confiado en nosotros tras recibir dos malas noticias: que tenían cáncer y que probablemente el tratamiento para curarlas las dejaría infértiles", declaró ayer la doctora María Sánchez, responsable del programa de preservación de la fertilidad y ginecóloga del Hospital Universitario Doctor Peset, de Valencia, España, que, junto con el instituto IVI-Valencia, llevó adelante el tratamiento.
En 2007, al recibir un diagnóstico de cáncer de mama, la paciente decidió criopreservar parte de su tejido ovárico, para que luego le fuera reimplantado una vez superado el tratamiento oncológico. A la fecha, sólo existen cinco casos en todo el mundo de niños nacidos a partir del reimplante de corteza ovárica.
Una vez finalizado el tratamiento, en enero de 2008 se procedió a reimplantar el tejido ovárico. "Pero ésta era una paciente con una muy baja respuesta a la estimulación ovárica, lo que hizo necesario recurrir a la vitrificación de los óvulos obtenidos durante varios ciclos de estimulación ovárica", explicó a LA NACION el doctor Fernando Neuspiller, director del IVI-Argentina.
Esos óvulos que fueron inicialmente congelados (vitrificados) hasta conseguirse un número suficiente como para realizar un tratamiento de fertilización asistida fueron los que permitieron obtener un embarazo de gemelos, los primeros del mundo que se obtienen con esta técnica de preservación de la fertilidad.
"Lograr este primer embarazo no sólo reafirma la validez científica de nuestro trabajo, sino que abre una puerta a la esperanza de las mujeres que han confiado en nosotros tras recibir dos malas noticias: que tenían cáncer y que probablemente el tratamiento para curarlas las dejaría infértiles", declaró ayer la doctora María Sánchez, responsable del programa de preservación de la fertilidad y ginecóloga del Hospital Universitario Doctor Peset, de Valencia, España, que, junto con el instituto IVI-Valencia, llevó adelante el tratamiento.
En 2007, al recibir un diagnóstico de cáncer de mama, la paciente decidió criopreservar parte de su tejido ovárico, para que luego le fuera reimplantado una vez superado el tratamiento oncológico. A la fecha, sólo existen cinco casos en todo el mundo de niños nacidos a partir del reimplante de corteza ovárica.
Una vez finalizado el tratamiento, en enero de 2008 se procedió a reimplantar el tejido ovárico. "Pero ésta era una paciente con una muy baja respuesta a la estimulación ovárica, lo que hizo necesario recurrir a la vitrificación de los óvulos obtenidos durante varios ciclos de estimulación ovárica", explicó a LA NACION el doctor Fernando Neuspiller, director del IVI-Argentina.
Esos óvulos que fueron inicialmente congelados (vitrificados) hasta conseguirse un número suficiente como para realizar un tratamiento de fertilización asistida fueron los que permitieron obtener un embarazo de gemelos, los primeros del mundo que se obtienen con esta técnica de preservación de la fertilidad.
lanacion.com
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