Habilidades mentales como hablar, escribir, memorizar, procesar, comprender o abstraer, entre otras, ya tienen su ubicación en el mapa cerebral más completo realizado hasta el momento. Fue diseñado por neurocientíficos del Instituto de Tecnología de California, Estados Unidos, y permitirá tratar con más precisión a pacientes con daños neurológicos o determinar el cociente intelectual (IQ).
De todos modos, la respuesta a si la inteligencia es medible en su totalidad sigue siendo objeto de debate: hasta el momento no ha sido posible darle una definición unánime.
¿Existe en el ser humano una dimensión a la que se pueda denominar inteligencia? ¿O bien, se incluyen tantas habilidades bajo este término que se hace difícil, si no imposible, poder definirla? ¿Son inteligentes aquellos prodigios académicos o aquel que con menos recursos intelectuales puede llevar una vida plenamente feliz?
Son algunas de las preguntas que siguen buscando respuestas. Para algunos especialistas, este mapa es muy valioso pero representa solamente la dimensión cognitiva (que engloba la capacidad para hablar, escribir, memorizar) de la inteligencia. Para desarrollarlo, los expertos se basaron en el estudio de 241 pacientes con lesiones cerebrales que presentaban dificultades cognitivas. El jefe del equipo de Califonia, Ralph Adolphs, dijo a Clarín que la principal herramienta utilizada fue el test de inteligencia WAIS (Wechsler Adults Intelligence Scale), a través del cual es posible medir el cociente intelectual (IQ). De esa manera, se cruzaron el resultado de los tests realizados a los pacientes con imágenes computarizadas obtenidas de las zonas dañadas de sus cerebros. El resultado fue revelador, Adolphs explicó a Clarín que pudieron determinar que hay algunas partes clave del cerebro cuyas fallas podían determinarse en los indicadores del examen de IQ.
El mapa cerebral resultante, que según el neurocientífico demandó la recopilación de información durante 10 años, "podría suministrar información que ayude a los médicos a establecer qué partes del cerebro son disfuncionales". O a la inversa, se podría usar el mapeo cerebral para predecir el coeficiente intelectual de un paciente.
Para el especialista Esteban Vaucheret Paz, coordinador de Neurología de la Conducta y Neuropsicología Infantil del Hospital Italiano, el mapa representa " un cambio de paradigma porque contempla capacidades relacionadas con el aprendizaje que siempre estuvieron en manos de la psicología, y que ahora en cambio se pueden analizar desde una óptica neuropsiquiátrica". Entrando en detalles, Vaucheret Paz aclara que el desarrollo de este estudio "sólo evalúa la inteligencia desde el punto de vista del rendimiento académico de una persona, no contempla capacidades de cognición social y emocional".
Desde el psicoanálisis se sostiene que los intentos por cuantificar la inteligencia sólo configuran una delimitación en aspectos mucho más complejos de la mente humana. Para el psicoanalista Hugo Pisanelli, presidente de la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires, es "llamativo el esfuerzo de la ciencia por mapear, dimensionar y clasificar funciones del hombre sin tenerlo en cuenta. Pareciera que el ideal científico es medir la ianteligencia con prescindencia del inteligente".
Pisanelli sostiene que "para los que trabajamos con pacientes con déficit cognitivo sabemos que esto dista mucho de ser terapéutico. A mí me parece más importante saber la manera y la forma tratar a las personas". Más lapidaria es la postura de Roberto E. Sica, jefe de la División Neurología del hospital Ramos Mejía, para quien "las funciones cognitivas deben ser estudiadas en cerebros normales, porque ello permite una mejor comprensión del cerebro humano". Y agrega, "los hallazgos que se hagan en cerebros enfermos (como este mapa) sólo sirven para obtener conclusiones acerca de cerebros enfermos". El debate sigue abierto, incluso la Real Academia Española define el término "inteligencia" de siete maneras distintas.
clarin.com
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