sábado, 28 de marzo de 2009

Toxocariasis, un peligro que acecha en las plazas


Una de las razones por las que en países como Francia las plazas y otros espacios públicos están diseñadas de modo que los perros no puedan tener acceso a los lugares donde juegan los chicos es la Toxocara canis, un gusano del tipo de los nemátodos. Un perro infectado por esta "lombriz solitaria" puede liberar, al defecar, entre 20 y 200 mil huevos de toxocara. Si lo hiciera en el arenero de una plaza y un chico accidentalmente se llevara la mano contaminada a la boca, se puede infectar.
Según la doctora Viviana Abudi, médica del Hospital de Pediatría Juan Garrahan, si se hiciera un análisis de eosinófilos en sangre y el correspondiente estudio ELISA a todos los chicos, se vería que hasta en un 30% podrían dar positivo el test de toxocariasis. Es cierto que en la gran mayoría de los casos esto no llega a tener consecuencias, pero también es cierto que una minoría de ellos sufre las consecuencias, que son gravísimas e irreversibles. Cuando la larva se introduce en la sangre, la toxocariasis puede volverse sistémica y atacar órganos vitales como el cerebro, los pulmones, el hígado o el corazón, o dañar la retina en forma irreversible y particularmente cruel.
La doctora Abudi, que es oftalmóloga y vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil, asegura que en ese hospital se atienden alrededor de 40 casos al año en que la toxocariasis afecta al ojo: "Una vez que eso sucede no hay mucho que se pueda hacer; y la verdad es que en más de la mitad de esos casos el chico pierde el ojo afectado. Por eso es necesario seguir insistiendo en la medida de desparasitar a todas las mascotas como forma de prevención", remarca la oftalmopediatra.
Un parásito temible
Este nematodo en su estado adulto puede llegar a medir entre 8 y 15 centímetros. Vive en el intestino delgado del perro, pero sus huevos viajan por el intestino y son liberados en las heces del animal. Así es como pueden pasar a otros perros y, eventualmente, al hombre. Los adultos pueden infectarse si comen verduras cultivadas en tierra contaminada por los huevos y mal lavadas, por ejemplo. Pero lo más frecuente es que les suceda a los chicos, especialmente los más chicos que practican la geofagia (que comen tierra) y los que tienen costumbre de besarse con las mascotas.
Del huevo nacen las larvas de toxocara, capaces de penetrar las paredes del intestino y así transmitirse al resto del organismo humano, a través del torrente sanguíneo. Allí las larvas no encuentran el ambiente propicio para su desarrollo, por lo que se mantienen en estado larval y nunca llegan a ser adultas. Por eso a la toxocariasis se la conoce como larva migrans, en sus formas visceral, sistémica u ocular.
La toxocariasis puede remitir prontamente sin síntomas o volverse crónica. Detectada, puede tratarse con algunos antiparasitarios (diatricarbamacina, albendazol, mebendazol). Pero cuando adquiere la forma sistémica es capaz de provocar unas lesiones llamadas granulomas. Un granuloma cerebral puede causar un serio daño neurológico e incluso ser fatal. En el hígado, el corazón o los pulmones puede causar un daño irreversible.
En la forma ocular, explica la doctora Abudi, la larva llega hasta las células de la retina,, que constituyen una terminal arterial, y allí quedan depositadas, causando una lesión irreversible que puede llevar al desprendimiento de retina.
Efectos irreversibles en el ojo
Una vez que el parásito se ha alojado en el ojo, lamentablemente no hay mucho que se pueda hacer. Sólo cabe esperar que el daño no llegue a sus formas más graves. Al morir las larvas producen una toxina que es la que causa las peores lesiones. "Se intentó el tratamiento del parásito en la retina con láser, pero justamente al morir el parásito libera una toxina que hace que los resultados sean aún peores".
Estas lesiones suelen ser además muy dolorosas, y por su carácter irreversible pueden llevar incluso a la necesidad de extirpar el ojo. El único atenuante, si cabe expresarlo de esa forma, es que generalmente afecta un solo ojo; prácticamente no se conocen casos en que suceda en ambos, asegura la médica.
La forma sistémica y la ocular se presentan por lo común en forma separada, aunque también pueden darse ambas a la vez. Cuando se detecta infección por toxocara, se debe realizar urgentemente un examen de fondo de ojo para ver la retina. La mayoría de los pacientes que ingresan por problemas oculares tienen entre 8 y 12 años.
Un problema de salud pública
Los relevamientos epidemiológicos más recientes hechos por diversas universidades del país habían encontrado que en la ciudad de Resistencia un 33% de la plazas públicas estaba contaminada por Toxocara canis y en Mar del Plata, un 22%. En la ciudad de Santa Fe, entre un 60 y un 70% de las plazas tiene algún tipo de contaminación en el suelo y un 30% de ella es por Toxocara canis. Pero de la mayoría del país no hay datos fehacientes.
Existe también la Toxocara cati, que habita en el intestino de los gatos: también representa los mismos riesgos, aunque su incidencia clínica se considera mucho menos significante que la de la versión canina.
En la Universidad Nacional de La Plata se está estudiando el empleo de una especie de hongos capaces de fagocitar los huevos de toxocara. No obstante, la medida de prevención imprescindible es la visita periódica de todas las mascotas al veterinario para mantener a todos los animales desparasitados.
Es verdad que en la mayoría de los casos la infección por toxocara es asintomática y remite espontáneamente sin causar mayores problemas. Pero sin duda la gravedad del problema cuando la larva migrante se vuelve agresiva merece que se tenga esta cuestión en el mayor de los cuidados
Marcelo Rodríguez
Síntomas
En la mayoría de los casos la parasitosis por toxocara no da síntomas y remite espontáneamente.
La existencia de tos con sibilancia y dificultad para respirar, fiebre, urticaria, inflamación de ganglios pueden ser, entre otras cosas, signos que conviene tener en cuenta para detectar la forma sistémica.
La forma visceral de la infección puede estar indicada mediante un aumento de los glóbulos blancos o inflamación hepática con manifestaciones cutáneas.
En la forma ocular puede notarse estrabismo y pérdida de la visión.
lanacion.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi nombre es Elena soy una madre argentina y necesito que por favor si pueden me informe o me pasen algun contacto para dirigirme tengo una hija de 15 años que padece Toxocariosis ocular, con una perdida total del ojo izquierdo y un 70% del derecho, necesito saber si ustedes saben de algun instituto que cure esta enfermedad en cualquier parte del mundo.
Mi direccion de mail para pasarme la informacion solicitada es fplv2@hotmail.com
Me contacte con ustedes porque vi una noticia sobre esta enfermedad en su pagina web.



MUCHISIMAS GRACIAS

Unknown dijo...

Mi estimada dama, que pena no haber leído antes este mail. el mejor consejo y lo único que en realidad puede ayudar es la infalible terapia del biomagnetismo, no hay otra medicina que pueda ayudar con un toxocara migrans ocular, excepto el biomagnetismo, y esto porque está absolutamente probado. Que Dios la bendiga. Reinaldo de Chile.

Anónimo dijo...

soy enfermera de pediatria y en este momento tenemos un caso de estos en el que esta alojado en el cerebro y le produce al niño reiteradas convulsiones y los medicos mediante una resonancia lo confundian con un tumor

Anónimo dijo...

Soy una chica de 19 años y me detectaron la toxocarosis ocular a los 13 años mas o menos...
Afortunadamente me trate a tiempo y puede recuperar gran visión en mi ojo derecho aunque aun asi veo como una especie de ''bolitas'' o ''manchas''.
Suelo ir a revisión cada año para tener el tema controlado...
Un fuerte abrazo y que Dios los bendiga.