lunes, 9 de marzo de 2009

El 62% de los alumnos fracasa en el polimodal bonaerense


Mariano De Vedia
LA NACION
De cada 100 alumnos que hoy comenzarán el polimodal en las escuelas bonaerenses, sólo 38 lo terminarán en tiempo y forma. Al cabo de tres años, unos 30 habrán repetido (la mayor parte en el primer año) y se retrasarán, y otros 32 terminarán abandonando.
Esa inquietante secuencia se basa en datos oficiales y es advertida por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) en un informe que denuncia signos de grandes desigualdades en el acceso a la educación en la provincia de Buenos Aires. Y revela que desde 2002 se duplicó el número de chicos que repiten el primer año del polimodal bonaerense, que equivale al clásico tercer año del secundario.
Ese curso se ha convertido en uno de los filtros más excluyentes de la enseñanza media bonaerense. Las dos terceras partes se pierden en el camino: cada año ingresan 162.000 alumnos y unos 25.500 (16,9%) son chicos repetidores. Otros 15.980 fracasan en los dos años siguientes.
"La repitencia es la antesala del abandono y de la exclusión", advirtió a LA NACION la licenciada Paula Pogré, profesora en las universidades de General Sarmiento y Torcuato Di Tella y una de las asesoras pedagógicas de la investigación. El estudio fue coordinado por Mariela Belsky, directora del área de Educación de la ADC, y también colaboró la licenciada Flavia Terigi.
El informe certifica la tendencia en alza que tiene desde 2002 el porcentaje de alumnos que repiten en primer año del polimodal. Ese año repetía el 8,4% de los alumnos. Ahora la cifra trepó al 16,9 por ciento.
El crecimiento se explica, en parte, por la expansión de la matrícula. Antes el índice era más bajo porque el fracaso escolar se concentraba más en el clásico primer año del secundario (actual octavo) y muchos no llegaban a tercer año", estimó Pogré. Sin embargo, el índice de repitencia al comenzar el secundario sigue siendo muy alto: 19,9 por ciento.
El informe de la ADC analiza cuatro situaciones relevantes en el diseño de políticas públicas que, por acción u omisión, violan el derecho de los chicos a la educación en la provincia de Buenos Aires,.
Esas situaciones son la insuficiente oferta de jardines de infantes, la situación que viven muchos adolescentes en el primer año del polimodal, el incumplimiento de los 180 días de clases y la desigualdad que padecen en el acceso a la educación los hijos de madres presas.
"Falta mucha información en el Estado para poder verificar si efectivamente se cumplen las disposiciones o se incurre en violaciones en el acceso a la educación", advirtió Belski.
Y agregó: "Si un alumno de Florencio Varela o de San Isidro quiere reclamar en la Justicia por no haber tenido 180 los días de clases garantizados por ley, no puede. El gobierno bonaerense desconoce cuántos días de clases tuvo cada escuela".
La única información disponible es la cantidad de días de paros. Pero no se registran en forma sistemática las jornadas perdidas por inundaciones, lluvias, falta de gas, problemas edilicios, desinfecciones, jornadas pedagógicas para los docentes o el día del patrono del partido.

El drama de las vacantes
Uno de los problemas más acuciantes que enfrentan los chicos que repiten es el de conseguir vacantes.
La investigadora Pogré advirtió sobre dos tipos de escuelas. Unas tienen la política encubierta de no matricular a los chicos que repiten, mediante normas que habilitan a los directores a ejercer maniobras discrecionales. "Hasta hace poco rigió una norma que obligaba a las escuelas del polimodal a reservar un 5% de vacantes en primer año para los que repiten, cuando el índice de repitencia supera el 15%", advirtió Pogré. Ahora la norma se modificó, pero igual se tiende a agrupar a los repetidores en una misma división o pasarlos a otro turno.
Así se va formando el segundo grupo de colegios, que son más receptivos, pero son vistos como escuelas de repetidores. "Cargan con un estigma y son poco deseados por otras familias. Terminan segregando y segmentando el sistema educativo", dijo Pogré.
Los datos oficiales muestran que sobre unas 1000 escuelas del nivel polimodal en el territorio bonaerense, una de cada tres (339) tiene en primer año más del 20 % de alumnos repetidores. Otros 153 colegios sólo admiten hasta un 5% de alumnos que repiten, lo que genera dos circuitos claramente diferenciados en el trayecto escolar de la provincia.
Razones históricas contribuyen a explicar el fenómeno de la creciente repitencia. "Cuando se creó, la escuela media no estaba pensada para todos. Era muy frecuente encontrar en un mismo colegio ocho divisiones en primer año y sólo cuatro en quinto. No todos llegaban. Muchos quedaban en el camino", explicó la investigadora. En los últimos 25 años, señaló, la cobertura creció significativamente y el secundario se hizo obligatorio. "Pero las prácticas no cambian", afirmó.
Pogré atribuyó las deficiencias a una lógica de funcionamiento de la escuela media, hoy en revisión. La cantidad de materias, el número de profesores, el dispositivo escolar, el tipo de trabajo en el aula y el régimen de evaluación, entre otros, son aspectos que conviene revisar, coinciden las responsables del informe.
"En muchos casos del conurbano, el chico que llega a esta etapa del secundario es la primera generación de su familia en hacerlo", advirtió.
También es nueva en las aulas la presencia de alumnas embarazadas y madres ("antes eran una situación de excepción y ya no lo es", dijo) y la necesidad de estudiar y trabajar. "La estructura del secundario siempre exigió una dedicación full time. Hoy es distinto. Muchos tienen el trabajo encubierto de quedarse a cargo de los hermanos cuando sus padres trabajan", reflexionó la educadora.

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