A fines de 2008 murió en Montevideo la actriz Jébele Sand. Había nacido 90 años atrás, en Bahía Blanca, Argentina. Pero fue en Uruguay donde cobró fama su personaje de radio Marieta Caramba.
Fue una mujer adelantada a su tiempo que en el curso de su intensa vida conoció en profundidad a figuras clave de las artes y la política. Fue amante de John William Cooke, inspiró el poema "Blues de las adolescentes" de Raúl González Tuñón y por dos años fue secretaria y mano derecha de nada menos que Pablo Neruda a quien desacraliza en esta entrevista póstuma que forma parte del libro Jébele. El cálido blus de los mediodías (Ediciones Estuario) que Clarín adelanta en exclusiva.
¿Recordás cómo se inició tu relación con Neruda?
Perfectamente. Fue en su casa de Los Guindos, ni bien llegamos con mi marido a vivir a Santiago. En un momento de esa reunión se cayó un florero que mojó el piso. Entonces Neruda me miró y me dijo: "Jébele, ¿por qué no traes un trapo de la cocina y limpias?". ¿Por qué no le dice a su hermana o a su mujer?, le contesté yo. El sonrió, le pidió a su hermana Laura que trajera un trapo, y comentó: "Arisca, la argentina...". Así empezó mi relación con él, que fue tensa, que no es lo mismo que mala.
¿Y cómo surgió lo de convertirte en su secretaria?
Fue cuando era Senador. Le preguntó a mi esposo, a quien conocía de años atrás, si yo no podía darle una mano como secretaria ad honorem, no formal. Acepté, creía en la causa comunista. ¿Qué tareas realizabas?
Le pasaba a máquina textos que escribía a mano, siempre con tinta verde. Trabajaba un par de horas al día, en el escritorio de su casa, hasta que abandoné. Me cansó que me mandara el auto a las dos de la mañana para que fuera a copiarle algún poema.
¿Era de hacer ese tipo de cosas?
Sí, era maniático. Esa fue una de sus características más notorias.
¿Solía visitarlo mucha gente vinculada al Partido Comunista?
Sí, pero también intelectuales de toda clase. El era comunista, pero no sabía nada de comunismo. Me acuerdo una vez cuando un exiliado argentino quedó admirado con su biblioteca y, entre sorprendido e incrédulo, le dijo: "Pero Don Pablo, acá no veo ningún libro marxista". "Es que los poetas extraemos el marxismo del aire", le respondió.
El juvenil entusiasmo de Jébele con el comunismo, la vinculó con importantes figuras del partido en Uruguay, tal el caso de Rodney Arismendi. "Con él tengo muy grabado un encuentro casual en el que, luego de saludarme, me dijo: "¿No compraste el libro Juancito Caminador? Hay un poema, Blues de las adolescentes, dedicado a ti".
¿Por qué habrá escrito González Tuñón este poema?
Me habrá encontrado muy fresca, bonita...no lo sé. Él siempre decía que yo era el espejo de la adolescencia. Pero, a pesar de haber sido muy amiga de él, nunca le pregunté por qué lo escribió. ¿Y cómo lo recordás?
Como un tipo encantador: cariñoso, sensible, y muy bohemio. Además era macaneador. Me acuerdo de una vez que yo estaba enferma y me dijo: "Te mandé todos los días un ramo de rosas blancas, ¿no las recibiste?. ¡Nunca me había mandado nada!, era de decirte ese tipo de cosas.
En "El heredero maldito de Perón. Una biografía de John William Cooke", escrita por Franco Lindner, el autor la presenta como amante de Cooke ¿Es cierto eso?
(Duda un momento antes de responder) Bueno. Sí, es verdad. Aunque algunas partes el autor las aderezó un poco a su gusto...
¿Qué cosas de John William Cooke la sedujeron?
Su cultura, su simpatía, su lucidez; era un hombre muy afectuoso. Recuerdo que cuando empezó a salir conmigo venía bastante golpeado en lo sentimental. Si bien estaba siempre rodeado de gente, se sentía muy solo. Me decía que estaba decepcionado con el gobierno peronista, porque advirtió que no estaba dispuesto a hacer la revolución como él supuso.
clarin.com
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