sábado, 14 de marzo de 2009

Hoy cambia la hora, y dicen que ahora se podrá dormir mejor

Esta noche, medio país deberá atrasar una hora los relojes. A la medianoche, los habitantes de la Capital y 11 provincias tendrán que correr las agujas hasta las 23. Es la misma gente, salvo San Luis, que el 19 de octubre pasado tuvo que adelantar una hora, tal como lo dispuso el plan del Gobierno que busca ahorrar energía.
Hace cinco meses, el país se había dividido en dos husos horarios: 13 provincias, las del Oeste, no modificaron la hora. Pero el cambio de hoy no alineará la hora oficial del país: San Luis, que no adelantó la hora en octubre, esta noche la atrasará. Así la Argentina volverá a tener dos husos horarios.
Entre estas idas y vueltas, no está claro cuál es el impacto de la medida en el ahorro de energía. A las apuradas, anoche el Gobierno difundió un escueto balance del cambio de huso horario durante el verano: "se ahorró un 2% en la demanda de potencia de las horas pico".
Pero hay algo que sí se sabe: esta vez el cambio es beneficioso para la salud. Dicen los especialistas que al reloj biológico le resulta más difícil adelantarse que atrasarse. Con el anochecer tardío durante el verano, al organismo le costó sentir sueño a una hora razonable como para dormir lo necesario.
"Es más fácil esperar una hora para dormir que dormirse una hora antes. Nuestro organismo está diseñado para dormir mejor cuando se va el sol; que la luz se vaya antes nos ayuda porque nos acerca a un ritmo de sueño y vigilia más normal", explica a Clarín el director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, Alejandro Andersson.
Durante el verano, en una parte del país amaneció más tarde y los atardeceres fueron más largos porque se adoptó el huso horario -2 (al Oeste del meridiano de Greenwich). La otra mitad siguió sin cambios en el huso horario -3. Esta noche, salvo San Luis que pasó al huso horario -4, la Capital y el resto de las provincias retornarán al huso horario -3 .
El esquema regirá hasta el tercer domingo de octubre cuando se vuelva a adelantar la hora, como lo dispone el decreto 1693 del Ejecutivo Nacional.
"En el verano se alargó el día y eso generó que estuviéramos más expuestos a la luz solar; esto estimula la glándula pineal y por lo tanto también la vigilia", apunta Andersson.
Esta glándula, agrega, "acomoda en cierto sentido el reloj externo al reloj interno, que está en el hipotálamo".
La gente empezó a cenar más tarde y a acostarse más tarde, con lo cual le costaba más despertarse. "Dormir bien hace a la calidad de vida de una sociedad: la gente rinde más en sus trabajos y se evitan accidentes", destaca Andersson.
Tristán Beckinstein, biólogo argentino que investiga en el Consejo de Investigación Médica de Cambridge, en Inglaterra, señala que más de 60 países en el mundo -Gran Bretaña lo hace desde la primera guerra mundial- implementan cambios de hora desde hace muchos años. Dice que "esas poblaciones ya están acostumbradas y se preparan para los cambios que tienen más influencia en las dinámicas sociales que en el funcionamiento del cuerpo. Nos adaptamos rápidamente. Es mucho más fuerte para el organismo acostarse a la madrugada después de una fiesta, ahí la recuperación lleva más tiempo", dice con cierta ironía.
La jefa de Medicina del Sueño de la Fundación Favaloro, Mirta Averbuch, advierte que los que más pueden sufrir los cambios son los adultos mayores y los bebés. Y aconseja: ajustar el horario de las comidas, tomar mucha agua, evitar el café y el alcohol por la noche y dormir cuando se sienta la necesidad de hacerlo. "Una forma excelente de adelantar el reloj interno y propiciar la llega del sueño es caminar 15 minutos a la mañana de cara al sol sin anteojos".
clarin.com

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