martes, 7 de septiembre de 2010

Demasiado cansados para tener sexo

Por Juan Yesnik
lanacion.com
Muchos hombres y mujeres creen "haber perdido el deseo y la pasión", cuando en realidad lo que tienen es sueño. No duermen o duermen sin descansar por vivir obsesionados, sobreexigidos, presos del consumo o víctimas de la insatisfacción.
Así es como muchos van por la vida sospechando que sus parejas -o creyendo que ellos mismos- se han convertido en asexuados, deserotizados, menopáusicos o andropáusicos precoces, y otras tantas patologías sexuales que se resolverían, simplemente, con bajar los niveles de estrés y recuperar espacios destinados y tan necesarios para el descanso y el placer. El sueño es un reparador primordial de la energía física y psíquica.
Un reciente estudio realizado por la Fundación Nacional del Sueño revela que 1 de cada 4 norteamericanos dicen estar "demasiado cansados para tener sexo". Esta falta de sueño, tal como revela el informe, publicado por New York Times , también los inhabilita para cumplir con otras funciones familiares y laborales; pero sorprenden la cantidad de respuestas del cuestionario que relacionan directamente el sexo con el cansancio.

¿Acaso el sexo perdió protagonismo en la vida moderna?, ¿ya no tiene prioridad?, ¿cuál es nuestra escala de deseos hoy día?.
Si bien "esta noche, no; estoy cansada" suele ser una excusa muy femenina, el estrés y las exigencias de estos tiempos hicieron que los hombres disminuyeran también las rutinas sexuales. La diferencia está en que ellos, por temor a ver cuestionada su potencia y virilidad, no se animan a decirlo. Simplemente, evitan la situación; caen dormidos en el sillón, se evaden con más trabajo, la PC u otras tareas que llevan a la casa, usan como escudo silencioso a los chicos, el perro, el programa favorito en la televisión, etc.
Este fenómeno de "menos sexo por estrés o falta de descanso" no sólo es tema de preocupación o consulta de los americanos. Estudios previos demostraron que el 68% de los argentinos tienen importantes dificultades dormir.
Bruxismo, apneas de sueño, elevado consumo de cafeína y ansiolíticos, sobredosis de televisión y tecnología, exceso de trabajo, preocupaciones reales (y otras sin filtro) son, en escala y acorde a la realidad de cada quién, algunos de los tantos síntomas cotidianos de quienes hoy no logran descansar (de "tener sexo" ni hablamos, ¿no?).

Lo que se quiere y lo que se puede
Es comprensible que hoy muchos tengan otras prioridades antes que entregarse al placer. Pero, lo aconsejable en estos casos, es que estén al tanto y, de ser posible, convencidos de la decisión que han tomado. Si es a conciencia, adelante. Cada uno es dueño de su vida.
Pero para los que se preguntan "¿a dónde fue a parar mi vida sexual?", es bueno saber que siempre -o casi siempre- se está a tiempo de volver a las pistas. ¿Cómo?:
- Darse cuenta sobre los motivos reales por los cuales no están descansando bien (siempre hay quien puede brindar ayuda, ya sea porque se perdió el deseo por culpa del estrés o por otros motivos)
- Consultar a un psicoterapeuta y/o médico experto en trastornos de sueño (más allá de no poder disfrutar del sexo, la falta de descanso nos inhabilita y desajusta en la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana)
- Seguir los consejos del profesional para recuperar los circuitos de sueño y vigilia

Cómo dormir mejor
Una buena higiene del sueño incluye ordenar los horarios, evitar las comidas pesadas, el exceso de café y alcohol y generar un reposo productivo.
Hay ocho reglas básicas que recomienda el Club del Sueño de la Argentina:
1) A la hora de dormir, hacerlo solamente en la habitación que se tiene destinada para ello
2) Evitar comer, leer, mirar televisión y trabajar en el dormitorio
3) Establecer una cantidad regular de horas para permanecer en la cama durante la noche y levantarse a la misma hora
4) No es útil acostarse mucho antes de lo habitual para recuperar el sueño perdido
5) Tratar de no dormir la siesta o no dormir más de 20-30 minutos, porque es el tiempo adecuado para reponerse y no interferir al sueño nocturno
6) Observar periódicamente las condiciones del colchón, de modo de garantizar bienestar a la hora de ir a dormir
7) Efectuar caminatas diarias, preferentemente en los extremos del día y siempre que haya luz diurna: después del desayuno o antes de la cena.
8) Acordarse de uno mismo y tratar de estar alerta durante el día. Ocuparse lo más pacíficamente posible de lo que sucede durante las horas de vigilia, ya que es un modo de alcanzar a la noche un buen dormir.

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