martes, 6 de enero de 2009

El 35 por ciento de los chicos tiene algún problema auditivo


Fabiola Czubaj LA NACION
Una nueva prueba rápida y sencilla diseñada en la Argentina para detectar disfunciones auditivas reveló que el 35% de los chicos de entre 6 y 13 años que concurren a escuelas porteñas y bonaerenses tienen alguna disfunción que les impediría oír bien en un lugar con ruido ambiente, como en el aula.
"Es un porcentaje altísimo de hipoacusia moderada para nuestros chicos y adolescentes, ya que el promedio de dificultades que se debería esperar en un estudio de campo de este tipo es de entre 10 y 14%, ¡pero no 35%...! Realmente no lo esperábamos", explicó Elba Cantero, directora de la ONG que hizo la pesquisa escolar junto con el Laboratorio de Investigaciones Sensoriales (LIS), del Conicet.
Según especialistas, las principales causas son resfríos mal curados y el uso de aparatos electrónicos a volúmenes excesivamente altos.
El bajo costo y el fácil acceso son las principales características de esta nueva prueba. Sólo se necesita una persona capacitada para el uso del MP4 que se emplea para realizarla. El test permite derivar al chico a un centro de salud para hacerle el diagnóstico con una audiometría tonal y una logoaudiometría. De hecho, esos dos estudios confirmaron que los chicos derivados necesitaban asistencia otorrinolaringológica.
"Es una prueba masiva de detección muy útil y suficientemente compleja en su diseño como para poder decirles a los maestros o las autoridades escolares que les envíen una nota a los padres para que consulten con un profesional", explicó el ingeniero Jorge Gurlekián, del LIS.
Además de ser el director científico del estudio, cuyos resultados se publicaron en la Revista de Logopedia Foniatría y Audiología , de la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología, Gurlekián diseñó la prueba a pedido de la Asociación Civil Comunitaria Independiente para la Opción desde la Niñez (Accion), que dirige Cantero.
"[El test] demostró la necesidad de la evaluación masiva en las escuelas -agregó el director del Grupo de Comunicación Verbal del Instituto de Neurociencias. Hospital de Clínicas-UBA-. Esperábamos un porcentaje de alrededor del 10% de niños con problemas auditivos diversos. Sin embargo, encontramos hasta más del 40% en algunas escuelas."
El test es, básicamente, una prueba de inteligibilidad del habla en ambientes ruidosos destinada a alumnos de escuelas primarias "sin instalaciones preparadas para controlar el ruido ambiente", precisa el equipo integrado también por Erica Babnik, de Accion, y Humberto Torres, del LIS, en su artículo.
Este primer estudio para poner en práctica la prueba diseñada en 2007 incluyó a 450 alumnos de nivel socioeconómico bajo, medio y alto de seis escuelas privadas porteñas y bonaerenses (Isidro Casanova, San Martín y González Catán).
Con ayuda de un MP4, y en el ambiente con menor contaminación sonora de la escuela, se les hizo escuchar y repetir cuatro oraciones en dos etapas distintas de evaluación. En la primera, las frases no incluían ruido alguno que pudiera enmascararlas. Se emitían a la intensidad máxima a la que cada participante podía escucharlas con comodidad y repetirlas correctamente en un 100 por ciento. En la segunda etapa, se les reprodujeron otras cuatro oraciones con una intensidad de ruido de entre 20 y -5 decibeles (dB).
"Los chicos con audición normal empiezan a dejar de escuchar el 50% de las oraciones sólo cuando la relación señal-ruido es de 0 dB -explicó Gurlekián-, mientras que los que tienen problemas auditivos ya empiezan a tener dificultades para repetir las oraciones en los 15 dB."
La prueba permitió conocer también que el nivel de audibilidad promedio de los chicos y los adolescentes evaluados era de 47 dB, es decir, una pérdida auditiva (hipoacusia) moderada. El nivel de audibilidad indica cuánto más intenso debe llegarle el sonido a una persona para que pueda identificarlo correctamente.
Para la fonoaudióloga Diana Laurnagaray, que no participó del estudio, la prueba es una herramienta complementaria en la práctica clínica diaria, que, a diferencia de los estudios diagnósticos estandarizados, "habla del desempeño de una persona en el mundo real, lo que a veces no reproducen las pruebas en condiciones más controladas".
Laurnagaray utilizó la prueba en chicos y adultos. En diálogo telefónico con LA NACION, consideró que su valor está en su aplicación en la escuela. "Es muy importante como una primer pesquisa escolar, porque es rápida y detecta problemas auditivos leves que pasan desapercibidos para los padres, los docentes y los pediatras. Es un paso que acelera la derivación clínica a tiempo y evita que un chico arrastre un problema escolar o de aprendizaje debido a problemas auditivos leves", dijo Laurnagaray, que dirige el Programa de Screening Auditivo en Recién Nacidos del Hospital Privado del Sur, de Bahía Blanca, y es investigadora con la Universidad de Western Ontario, Canadá, en tratamiento de las hipoacusias.
La mayoría de esas pérdidas auditivas, comentó, ocurren por otitis del oído medio que van dejando secuelas (los llamados resfríos mal curados), las hiperadenoides (adenoides muy grandes) y el uso de dispositivos electrónicos a muy alto volumen.
Muy pocos padres mostraron interés
La pesquisa auditiva dio a conocer también un dato social preocupante para los investigadores: el 52% de los padres de chicos con alguna disfunción auditiva que recibieron la nota de la escuela con el resultado de la prueba no respondió, mientras que sólo un 5% de esos alumnos completaron los estudios diagnósticos. "Les ofrecimos a los padres gestionarles los turnos en hospitales públicos para realizar todos los estudios gratis y hasta el director de una escuela les ofreció darles el dinero para los viáticos, pero ni así los padres de todos los niveles socioeconómicos manifestaron interés ?dijo Elba Cantero?. Todavía estamos azorados. Evidentemente, la prevención no es un valor en nuestra sociedad."

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