Los sobrinos son una extensión de los hermanos. Por ese motivo los psicólogos de familia insisten en que, en buena medida, el tipo de relación entre los hermanos determina el vínculo que las tías solteras establecen con sus sobrinos. Si la relación entre los hermanos es buena, el beneficio que las tías aportan a la pareja con hijos es invalorable. Acompañarán a sus sobrinos en el acto escolar cuando ni la madre ni el padre puedan escaparse del trabajo; los llevarán a conocer ese museo al que la familia jamás irá; se quedarán a dormir con ellos la noche en que la mejor amiga de la mamá festeje los 40. Y los chicos conocerán temas, lugares y gente a través de la tía. En tiempos en que no hay tiempo, las horas que las tías se ocupan de los sobrinos cotiza en alza, entre otros motivos porque son más confiables (y económicas) que cualquier niñera.
Hasta hace algunas décadas muchas familias de clase media eran extendidas. Es decir, en una casa vivían, por ejemplo, una pareja con sus tres hijos, la madre de la esposa y sus dos hermanas solteras. Eran tías que cocinaban para todos, bordaban los manteles, cosían los ruedos, tejían suéteres y cocinaban tortas, galletas y panes caseros. Hoy, mayormente, las solteras de clase media se despiden de sus padres al concluir la universidad y alquilan un departamento para compartir con amigas. Son tías que cuentan con poco espacio libre de lunes a viernes. De modo que "vale oro" el tiempo que dedican a los sobrinos. "Hoy se valora más el tiempo que las tías dedican a los sobrinos porque el esfuerzo que hacen las tías es consciente. En las familias de antes ese esfuerzo de las tías formaba parte de una organización natural", analiza la terapeuta familiar María Esther De Palma.
En general, las relaciones afectivas entre los parientes son complejas. Pero la relación de cariño y de ternura que crece entre las tías solteras y sus sobrinos es relativamente sencilla. Los padres tienen la responsabilidad de velar por la vida y la felicidad de sus hijos. Esa responsabilidad genera presiones y angustias (si no, ¡¿cómo se explica que cuando se reúnen a comer un asado el fin de semana las parejas continúen intercambiando información sobre pañales, chupetes y el perfil de niñera que es mejor contratar?!). La realidad es que los padres viven presiones que no siempre les permite disfrutar de su paternidad.
Sin embargo, con las tías solteras las cosas son más livianas. Ellas están para disfrutar de los sobrinos. Y los sobrinos están para disfrutar de ellas. "Los padres están muy presionados porque tienen que criar y educar. Una tía puede dar comprensión, amor, y participar de la vida de ese sobrino o sobrina sin la obligación de ser responsable de tantas cosas. La preocupación no es la misma. La gente hoy está cercada de obligaciones y no siempre tiene la posibilidad de amores poco complejos", enfatiza la psicóloga de familia Haydeé Toronchik.
Dentro del planeta de las tías solteras hay variedad. Están las que aún no se casaron y que son más jóvenes que sus hermanas que ya tienen varios hijos. Para ellas, cumplir el rol de tías también juega las veces de "entrenamiento" para una potencial maternidad. "Las hermanas menores muchas veces pasan a ser como hermanas mayores y cómplices de los sobrinos adolescentes. Con los más chicos, en cambio, esas tías jóvenes están atentas a los cuidados, los paseos y las invitaciones. Los papás salen un viernes porque saben que cuentan con la tía, alguien de súper confianza, que cuidará a los chicos como si fuera su madre", señala la psicopedagoga de la Fundación Proyecto Padres, Pía del Castillo. También están las tías solteras que no tienen hijos pero que son mayores que hermanas o hermanos que ya fueron madres o padres. Son tías que trabajan todo el día, con casa y auto propios, que quizá viajan al exterior todos los años y no necesitan gastar todo su dinero en ellas porque cuentan con casi todo lo que necesitan. "Pueden dedicar más tiempo, más regalos y más atención a los sobrinos", dice Del Castillo.
"Mi hermana se jubiló y tiene otros dos trabajos. Estudia francés y hace cuanto curso aparece en la facultad. Siempre estuvo apoyándonos a mi mujer y a mí. A mis hijos los ama profundamente. Ahora se llevó a dos de mis nietos (sus sobrinos nietos) de vacaciones a Córdoba. Para mi hija, mi hermana es como otra madre más", dice Juan Alberto Campomar de su única hermana: una mujer de 62 años, vital, llena de entusiasmo y generosidad con quien él siempre tuvo una relación estupenda.
"Mucho de la relación entre tías solteras y sobrinos depende de cómo es la interacción de los hermanos antes de cambiar de rol. Las tías solteras no se van a comportar igual en una familia donde circuló el afecto, la consideración y la solidaridad que en una familia donde se alentó la competitividad", explica De Palma, también presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar. Y así como la relación con los sobrinos está marcada por la relación previa entre esos dos o más hermanos, también está definida por la salud de cada uno de ellos. "Uno puede ser generoso cuando tiene resto psíquico y económico", advierte De Palma.
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