Los enamorados tendrán que aguantarse las ganas. Por lo menos, en la ciudad de Guanajuato, México, donde acaban de prohibir besarse y acariciarse apasionadamente en público.
Los arrumacos y los mimos "subidos de tono" serán sancionados con multas de hasta unos 120 dólares y sus protagonistas podrían terminar en la cárcel si se pasan -demasiado- de la raya.
El Ayuntamiento de esa ciudad, ubicada en el centro del páis y gobernada por el conservador Partido de Acción Nacional (PAN), aprobó una serie de normas que incluyen esta prohibición. Según el alcalde, Romero Hicks, hay diferencia entre un simple beso y "un agarrón de olimpiada con caricias sexuales y donde las parejas empiezan a desabrocharse la ropa".
Hicks aclaró que este reglamento se realizó porque en las plazas, a donde los enamorados suelen ir a "matarse" a besos, también hay niños y personas mayores. No es la única prohibición que aprobaron. Tampoco se podrá pedir limosna, insultar y vender en la calle.
Las personas que violen estas normas serán castigadas con 36 horas de cárcel o multas de hasta treinta salarios mínimos (unos 120 dólares). Para el alcalde, el reglamento no es excesivo ni persecutorio y su finalidad es "inculcar valores y civismo" entre la población ya que "si no lo prohíbes, si no lo contemplas, la gente lo va a hacer".
Apenas se aprobaron estas normas, la oposición puso el grito en el cielo. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), a través de uno de sus líderes, Jorge Luis Hernández, calificó la propuesta del PAN como una "vuelta a la Edad Media" y definió a las medidas, conocidas como el "Bando de Buen Gobierno", como "de mal gobierno". Guanajuato es una ciudad universitaria que tiene una intensa vida cultural y es uno de los territorios con mayor influencia de la derecha ultracatólica.
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