domingo, 4 de enero de 2009

La edad de jugar con juguetes se acortó tres años en dos décadas

El mundo de los chicos cambia. Ganan las luces, el vértigo y las pantallas. El éxito de lo virtual relegó el papel de los juguetes tradicionales, los que se pueden construir, tocar, oler. Hay menos tiempo de la infancia dedicado a jugar con juguetes.
Los expertos advierten que la niñez se acaba más rápido. Si hasta fines de los '80 era común ver a nenas de 10 años jugando con las muñecas o cocinando en la casita; ahora a los 7 ya quieren una computadora o el mp3.
Los varones no se quedan atrás: se enganchan más con la playstation que con los autitos o las bolitas.
Si trasladáramos este proceso a los números, la edad de jugar con juguetes se acortó tres años en las últimas dos décadas, coinciden los especialistas consultados por Clarín.
Mañana a la noche llegan los Reyes Magos y los chicos cumplirán el ritual de dejar sus zapatos para recibir los regalos. Es una buena oportunidad, aseguran los expertos, para que los papás incentiven a los chicos a desarrollar la actividad más importante de la infancia: jugar. "Les permite expresarse, crear, compartir, respetar al otro y sentir el placer de jugar", afirma Rosa Planas, titular del Centro Yuguets Argentina.
¿Por qué los chicos de hoy casi no juegan con muñecas, la rayuela o el balero?
"Porque crecen antes", responde Norma Pollán, psicóloga especialista en familia y niñez. "Socialmente hay una exigencia para que crezcan más rápido. Los chicos de hoy tienen más obligaciones y menos ocio que los de generaciones anteriores (doble escolaridad, idiomas, deportes, colonia de verano) y están expuestos a modelos de chicos más grandes que ofrecen los programas de televisión.
Pero es sólo un crecimiento exterior.
A los 11 años ya no son nenas: se visten y se producen como chicas más grandes; hace 15 años las de 11 eran nenitas".
Claro que en muchos cuartos infantiles suelen convivir la PC y la playstation con la muñeca o los ladrillos para armar. "Pero, por ejemplo, a las nenas les cuesta mostrar que a los 11 aún juegan con muñecas. A veces cuando están en grupo una empieza a jugar y las otras se aflojan un poco y se enganchan", comenta Pollán.
Son excepciones.
Lo cierto es que los juguetes tradicionales están más tiempo en los estantes que en las manos de los chicos. "Cada año los chicos dejan más rápido los juguetes y se embarcan en una carrera electrónica, con sus ventajas y desventajas. Están mucho tiempo con juegos que transmiten violencia, no interactuan, no compiten sanamente y después tienen dificultades para comunicarse. Van tan rápido que no 'queman' la etapa de niños", describe Miguel Faraoni, tesorero de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete. "Los padres deben respetar el tiempo interno de los chicos porque es clave que cierren etapas evolutivas y evitar así futuros trastornos de aprendizaje, de sociabilidad y hasta de drogadependencia", señala la psicopedagoga y psicoterapeuta de juego, Marta Tessari, presidenta de la Fundación Procesos de Estudio e Investigación del Aprendizaje.
Videojuegos, muñecos robotizados, autos a batería, internet, celulares, mp4 y el huracán de publicidades de chiches masificados que ofrece la televisión. La tecnología incide cada vez más en la infancia. "Era esperable que los juguetes también cambiaran. Y en este proceso la tecnología no siempre es el cuco: hay juegos que ofrecen un espacio de creación y otros que sólo reproducen lo bélico y la conducta de matar", sostiene la psicóloga Paulette de Racco, coordinadora del Laboratorio de Investigación del Juego y del Juguete.
¿Qué hacer entonces?
"Ante todo, los padres no deben convertirse en esclavos de los pedidos de los chicos", coinciden los especialistas. Y apuntan que la cuestión pasa por elegir juguetes menos estructurados, alejarse un poco del esquema de los personajes de televisión y motivar a los chicos a dibujar, crear con masa o armar castillos al aire libre. "Es un trabajo lento pero da resultado", alienta Pollán. La llegada de los Reyes Magos puede ser el punto de partida.
"Hay que desterrar la idea de que lo caro es mejor"
Los chicos piden, piden y piden juguetes estandarizados, estereotipados, los mismos que se ofrecen en los medios de comunicación que ven. Pero al final, coinciden los especialistas consultados por Clarín, la decisión está en los padres, porque son ellos quienes ofrecen el producto.
Por eso recomiendan tratar de dar algo que al chico le permita utilizar todo su potencial imaginativo. Aquí, psicólogos y psicopedagogos brindan más consejos para ayudar a los chicos a descubrir su propio juego.Buscar alternativas. "Sin caer en prohibiciones de la oferta comercial, porque los chicos se sienten fuera del entorno de sus compañeros, los padres pueden ofrecer a sus hijos juegos y juguetes que no repitan el esquema de los personajes de la televisión. Pueden ser artesanales, de madera, que motiven el desarrollo mental", propone Norma Pollán, psicóloga especialista en familia y niñez.
Crear juguetes.
"Hay que desterrar la idea de que el juguete caro es el mejor. Una caja de cartón puede ser una gran juguete, lo mismo que dos sillas y un mantel simulando una casita. Cuando los chicos son motivados a hacer otras cosas se enganchan y lo disfrutan mucho", apunta Pollán.
Incentivarlos con objetos no electrónicos.
Existe la posibilidad de que los chicos disfruten actividades tanto o más estimulantes que las electrónicas, que le aporten sentido y se desplieguen en el tiempo, como leer un cuento, pintar o compartir la preparación de una comida.
Pensar qué se quiere regalar.
"Los juguetes son para las personas y, como regaladores, los padres pueden preguntarse qué quieren provocar en los chicos", señala la psicopedagoga Paulette de Racco, "Puede surgir la idea de que nuestro hijo herede un hábito de cuando éramos chicos. No importa si después el chico no lo adquiere; el gesto ya vale la pena".
Dialogar con los chicos.
Explicarles por qué tal juguete es bueno para ellos o no. "Hay que dedicarles tiempo para jugar y para hablar", resume Pollán.

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