sábado, 3 de enero de 2009

Adiós a los anteojos


Así como se disimulan las arrugas y se tiñen las canas, la presbicia -esa repentina dificultad para ver de cerca que suele llegar con los años- también puede corregirse. Y, afortunadamente, cada vez son más las opciones terapéuticas.
Los anteojos de lectura constituyen su tratamiento convencional y, vale aclarar, son muy efectivos. El problema es que, con los años, esa incapacidad de enfocar los objetos cercanos también alcanza a los que se encuentran alejados, lo que obliga a recurrir a lentes bifocales o multifocales.
En la actualidad, existen tratamientos quirúrgicos que permiten que la persona no tenga que utilizar anteojos. Uno de los más novedosos es la queratoplastia conductiva, técnica mínimamente invasiva que permite modificar la curvatura de la córnea mediante ondas de radiofrecuencia.
Ojo dominante
La queratoplastia se aplica en un solo ojo, ya que se basa en el concepto de monovisión. "Todas las personas tenemos un ojo dominante, que es el que envía al cerebro el primer impulso visual, una fracción de segundo antes que el otro", explica el doctor Ernesto Rinenberg, del Centro Oftalmológico Integral.
Por eso, basta con que la técnica se aplique en el ojo no dominante, que se corrige para ver de cerca, mientras que el ojo dominante se encarga de enfocar los objetos distantes. "Luego el cerebro junta las imágenes y esto resulta imperceptible para la mayoría de las personas", dice Rinenberg.
La intervención, que dura entre dos y tres minutos, se realiza con anestesia en gotas y el paciente se va unas horas después caminando a su casa. Su costo oscila entre los 2000 y los 4000 pesos, y por ahora no es cubierta por prepagas ni obras sociales.
"A diferencia de otras intervenciones con láser, esta técnica no trabaja sobre el eje visual ni quita tejido", aclara el oftalmólogo. Sin embargo, tiene sus contraindicaciones: no todas las personas se adaptan a la visión monoocular (para comprobarlo hay que colocar durante algunos días una lente de contacto para ver de cerca y evaluar si el paciente se siente cómodo). Por otra parte, la queratoplastia no está indicada en pacientes con miopía, cataratas o con córneas muy delgadas. Lentes intraoculares
Otra de las opciones para corregir la presbicia son las lentes intraoculares, similares a las de contacto, pero que se colocan dentro del ojo y reemplazan el cristalino. La intervención dura en este caso entre 10 y 15 minutos, y se realiza en ambos ojos con diferencia de dos o tres días.
"Este método corrige la presbicia en lugar de crear una miopía artificial en un ojo", explica el oftalmólogo Robert Kaufer, director de la clínica de ojos que lleva su nombre. La técnica está especialmente indicada para personas con cataratas (a los 75 años, el 75% de los pacientes tiene cataratas), ya que deben reemplazar el cristalino sí o sí. En este caso, se colocan lentes multifocales acomodativas.
Las primeras son similares al anteojo multifocal. Tienen una superficie tallada de distinto poder bioptrópico (la bioptría es una unidad para medir la agudeza visual). "Con ellas se ve bien de lejos, pero se pierde una o dos líneas de visión de cerca", advierte el doctor Oscar Mallo, titular del Consultorio Oftalmológico Mallo.
Por su parte, las lentes acomodativas tienen la superficie tallada de un solo poder bioptrópico, pero permiten un movimiento que simula el del cristalino en el momento de enfocar la visión. Para ver de cerca, el cristalino se ensancha hacia adelante y se estira para ver de lejos.
Las lentes intraoculares tienen 6 milímetros de diámetro (el tamaño de una lenteja) y son similares a las de contacto, salvo por unos pequeños ganchitos de acrílico con los que se sujetan al músculo ciliar, que es el responsable de la acomodación del cristalino.
La intervención de cataratas está cubierta por las obras sociales y prepagas, pero la diferencia de costos entre las lentes intraoculares convencionales y las que corrigen la presbicia es de alrededor de 600 dólares.
La opción láser
La corrección de la presbicia también puede hacerse mediante una cirugía en la esclera (la parte blanca del ojo), que consiste en la sustracción de tejido escleral mediante un láser, el Erbio Yag. La operación dura diez minutos y alcanza los dos ojos. Trabaja expandiendo la esclera, lo que permite generar nuevamente la distancia perdida entre el borde del cristalino y el músculo ciliar.
"A diferencia de la monovisión, esta técnica en ningún momento compromete la agudeza visual de lejos", dice Mallo. También se puede usar el lasic hipermetrópico o excimer láser, que corrige la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. Al igual que la radiofrecuencia, está técnica utiliza la monovisión.
El costo del tratamiento láser se calcula entre 2500 y 3000 pesos por ojo.
"Podemos decir que existe una técnica más apropiada para cada tipo de paciente. La elección de una u otra depende de las necesidades y su estado general de visión", concluye el oftalmólogo.
Por Gabriela Ensinck
Para LA NACION
"Hay muchos métodos, pero ninguno es el ideal"
En la Argentina, los procedimientos quirúrgicos para la presbicia se realizan únicamente en el ámbito privado. En los hospitales públicos, el tratamiento habitual son los anteojos. "Hay muchos métodos, pero ninguno es ideal", advierte Carlos Plotkin, presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología y jefe del Departamento de Docencia e Investigación del Hospital Santa Lucía.
"En general, los motivos para las intervenciones quirúrgicas son estéticos, porque se trata de un defecto funcional que se corrige fácilmente con anteojos. Por otra parte, ninguno de los tratamientos que existen hoy solucionan el problema, sino que lo corrigen transitoriamente", destaca el especialista.
Las opciones quirúrgicas no ofrecen riesgos en sí mismas, pero sí tienen indicaciones y contraindicaciones. "Las lentes intraoculares son buenas para los pacientes con cataratas, pero es controvertido su uso en personas que tienen un cristalino normal. Por otra parte, la radiofrecuencia, que está muy en boga en los Estados Unidos, provoca una miopía artificial en un ojo para ver con él de cerca, lo cual no es tolerado por todos los pacientes", subraya Plotkin. Consulta temprana
Lo importante es visitar al oftalmólogo apenas se empiezan a notar dificultades para ver de cerca. Si el problema se presenta antes de los 40 años, hay que evaluar la posibilidad de un glaucoma o diabetes. También puede tratarse de hipermetropía, una alteración muy diferente que obedece a un vicio de refracción (la imagen se forma por detrás de la retina); se corrige con láser o lentes convergentes.
En algunos casos, cuando la persona tiene una miopía moderada, la presbicia compensa su dificultad para ver de lejos, y no necesita más anteojos. Pero de todos modos es conveniente consultar al especialista, dado que a partir de los 40 aumenta la incidencia de otras patologías, como la degeneración macular, que pueden provocar ceguera.
Es fundamental hacer un examen oftalmológico periódico, cada uno o dos años, en el que además de la agudeza visual, se mida la presión del globo ocular y se incluya un fondo de ojo.
Un proceso natural
La presbicia es un proceso natural de envejecimiento que afecta al cristalino, la lente del ojo que sirve para enfocar, quitándole su elasticidad original e impidiendo ver con claridad los objetos cercanos.
Suele aparecer entre los 40 y 45 años, y hace que personas que hasta ese entonces veían perfecto y nunca habían usado anteojos de pronto tengan que alejar de su cara el diario para poder leer.
Dónde consultar
Sociedad Argentina de Oftalmología: http://www.sao.org.ar/ .
Hospital Santa Lucía: (011) 4941-5555.

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