KISMAYU, Somalia (Reuters).- Un grupo de islamistas somalíes lapidó a una mujer acusada de cometer adulterio, en la primera ejecución pública de estas características en casi dos años. En tanto, otro niño falleció cuando un guardia disparó contra un familiar que intentó salvar a la mujer.
La mujer, de 23 años, fue ejecutada ayer por la noche frente a cientos de personas en el puerto de Kismayu, en el sur del país, que los insurgentes somalíes tomaron el control en agosto.
"Trajeron en un automóvil a una mujer con un velo verde y una máscara negra, mientras nosotros esperábamos para ver el despiadado acto de la lapidación", dijo un residente local, Abdullahi Aden.
"Nos dijeron que ella accedió a ser castigada, pero aún así pudimos escucharla gritar mientras era atada a la fuerza por las piernas y manos. Un familiar corrió hacia ella, pero los islamistas abrieron fuego y mataron a un niño", agregó.
Los islamistas llevaron a cabo una ejecución pública por última vez cuando gobernaban en Mogadiscio y la mayor parte del sur de Somalia a mediados del 2006.
En ese entonces, fuerzas gubernamentales aliadas de Somalia y Etiopía los expulsaron a finales de ese año, pero desde entonces han emprendido una campaña de guerrillas, al estilo de Irak, ganando territorio de forma gradual.
Al igual que cuando gobernaban en Mogadiscio en el 2006, los islamistas que ahora controlan el área de Kismayu aportan una seguridad muy necesitada, pero también imponen prácticas fundamentalistas como prohibir el ocio, considerado anti islámico.
En tanto, familiares de la mujer ejecutada, a quien identificaron como Asha Ibrahim Dhuhulow, dijeron que fue tratada injustamente. "La lapidación fue totalmente irreligiosa e ilógica", dijo su hermana, que pidió no ser identificada. "El Islam no ejecuta a una mujer por adulterio a menos que existan cuatro testigos y el hombre con el que mantuvo relaciones se identifique públicamente", agregó la mujer.
Los líderes islamistas de la ejecución dijeron que la mujer había quebrantado la ley islámica, mientras que prometieron castigar al guardia que disparó al niño durante el tumulto producido en la ejecución.
"Pedimos disculpas por la muerte del niño y prometemos que llevaremos al que abrió fuego ante los tribunales y se le tratará como corresponde", dijo un líder islamista no identificado a la multitud.
La mujer, de 23 años, fue ejecutada ayer por la noche frente a cientos de personas en el puerto de Kismayu, en el sur del país, que los insurgentes somalíes tomaron el control en agosto.
"Trajeron en un automóvil a una mujer con un velo verde y una máscara negra, mientras nosotros esperábamos para ver el despiadado acto de la lapidación", dijo un residente local, Abdullahi Aden.
"Nos dijeron que ella accedió a ser castigada, pero aún así pudimos escucharla gritar mientras era atada a la fuerza por las piernas y manos. Un familiar corrió hacia ella, pero los islamistas abrieron fuego y mataron a un niño", agregó.
Los islamistas llevaron a cabo una ejecución pública por última vez cuando gobernaban en Mogadiscio y la mayor parte del sur de Somalia a mediados del 2006.
En ese entonces, fuerzas gubernamentales aliadas de Somalia y Etiopía los expulsaron a finales de ese año, pero desde entonces han emprendido una campaña de guerrillas, al estilo de Irak, ganando territorio de forma gradual.
Al igual que cuando gobernaban en Mogadiscio en el 2006, los islamistas que ahora controlan el área de Kismayu aportan una seguridad muy necesitada, pero también imponen prácticas fundamentalistas como prohibir el ocio, considerado anti islámico.
En tanto, familiares de la mujer ejecutada, a quien identificaron como Asha Ibrahim Dhuhulow, dijeron que fue tratada injustamente. "La lapidación fue totalmente irreligiosa e ilógica", dijo su hermana, que pidió no ser identificada. "El Islam no ejecuta a una mujer por adulterio a menos que existan cuatro testigos y el hombre con el que mantuvo relaciones se identifique públicamente", agregó la mujer.
Los líderes islamistas de la ejecución dijeron que la mujer había quebrantado la ley islámica, mientras que prometieron castigar al guardia que disparó al niño durante el tumulto producido en la ejecución.
"Pedimos disculpas por la muerte del niño y prometemos que llevaremos al que abrió fuego ante los tribunales y se le tratará como corresponde", dijo un líder islamista no identificado a la multitud.
Somalia-Africa
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