Comentar, criticar, copiar o analizar el look de una mujer importante no es algo que suceda sólo en la Argentina. Desde Coco Chanel en adelante, pasando por Eva Perón, Grace Kelly, Brigitte Bardot, Sofía Loren, Jackie Kennedy o Lady Di, siempre hubo personajes que dieron la nota, que inspiraron a otras mujeres y se transformaron en icono.
La política no es la excepción, especialmente ahora con tantas mujeres ejerciendo el poder o caminando ese sendero de la mano de sus maridos. El año último, en Estados Unidos, hubo centenares de artículos analizando peinado y trajes de Hillary Clinton, una mujer correcta en su aspecto, pero que más de una vez confesó ser un desastre en el rubro fashion. De todas formas nunca desentona con sus tailleurs repetidos y el infaltable collar de perlas no creó estilo, pero salió airosa, al menos en este aspecto de la campaña.
¿Pero cuándo un personaje hace escuela? ¿Por qué ahora todos los ojos están puestos en Carla Bruni? ¿Habrá mujeres que imitan a nuestra presidenta? Según la diseñadora Carolina Aubele, Cristina Fernández de Kirchner no hará escuela porque para eso hace falta innovación, y el suyo no es el caso. "El look presidencial es producto de una cultura, refleja el estilo de un tipo aspiracional de cierta clase de argentina. Una mujer conocida se transforma en icono cuando tiene estilo propio. Icono es cuando decimos que tal prenda o estilo es muy tal persona. Tiene que ser algo característico y diferente, que rompe con la media y arriesga. Es lo que en moda llamamos tener garbo, un don que se tiene o no se tiene. Personalmente me encantan Carla Bruni y Michelle Bachelet, y Hillary Clinton y la mujer de (Cindy) McCain no son exactamente el estilo que más me atrae, pero representan el ideal de algunas mujeres norteamericanas."
En sintonía, la fotógrafa Andy Cherniavsky aplaude a la mujer de Nicolas Sarkozy, ya que "rompe con el estereotipo de la primera dama". Con respecto a Kirchner, reflexiona: "Es bastante clásica, no sale de eso, por lo tanto no hace escuela. Creo que su look es arreglado, sobresale con respecto a otras políticas y, más allá de que guste o no, es coherente con ella misma. Pero ser icono es otra cosa. Tiene que ver con un estilo muy personal, como el de Lady Di".
La política no es la excepción, especialmente ahora con tantas mujeres ejerciendo el poder o caminando ese sendero de la mano de sus maridos. El año último, en Estados Unidos, hubo centenares de artículos analizando peinado y trajes de Hillary Clinton, una mujer correcta en su aspecto, pero que más de una vez confesó ser un desastre en el rubro fashion. De todas formas nunca desentona con sus tailleurs repetidos y el infaltable collar de perlas no creó estilo, pero salió airosa, al menos en este aspecto de la campaña.
¿Pero cuándo un personaje hace escuela? ¿Por qué ahora todos los ojos están puestos en Carla Bruni? ¿Habrá mujeres que imitan a nuestra presidenta? Según la diseñadora Carolina Aubele, Cristina Fernández de Kirchner no hará escuela porque para eso hace falta innovación, y el suyo no es el caso. "El look presidencial es producto de una cultura, refleja el estilo de un tipo aspiracional de cierta clase de argentina. Una mujer conocida se transforma en icono cuando tiene estilo propio. Icono es cuando decimos que tal prenda o estilo es muy tal persona. Tiene que ser algo característico y diferente, que rompe con la media y arriesga. Es lo que en moda llamamos tener garbo, un don que se tiene o no se tiene. Personalmente me encantan Carla Bruni y Michelle Bachelet, y Hillary Clinton y la mujer de (Cindy) McCain no son exactamente el estilo que más me atrae, pero representan el ideal de algunas mujeres norteamericanas."
En sintonía, la fotógrafa Andy Cherniavsky aplaude a la mujer de Nicolas Sarkozy, ya que "rompe con el estereotipo de la primera dama". Con respecto a Kirchner, reflexiona: "Es bastante clásica, no sale de eso, por lo tanto no hace escuela. Creo que su look es arreglado, sobresale con respecto a otras políticas y, más allá de que guste o no, es coherente con ella misma. Pero ser icono es otra cosa. Tiene que ver con un estilo muy personal, como el de Lady Di".
El Jackie style
Rose Galfione, especialista en protocolo y asesora de imagen, dice que marcar estilo como lo hicieron Carolina de Mónaco o Jackie O no es nada fácil, ya que se trata de un explosivo cóctel que combina personalidad, picardía y charme. "Para generar una influencia en la sociedad hay que tener todo eso y mucho más. Por eso a Cristina no la veo. Ella juega a ser una mujer paqueta, pero su arrogancia la convierte en el modelo opuesto. Por eso hoy, muy a pesar de su Kelly bag, nadie quiere parecerse a ella."
Inspirada en algunas frases de Coco Chanel, Evangelina Bomparola decreta que el estilo no se hace (se tiene o no se tiene), y que el peor pecado es pretender tenerlo. "Algunas políticas, como Bachelet o Angela Merkel, usan la vestimenta con un sentido utilitario, para trabajar. Los casos de Bruni, Letizia Ortiz o Máxima Zorreguieta son diferentes porque su tarea es acompañar a los maridos. Cada una tiene su estilo. La primera dama francesa maneja muy bien los trucos de imagen. Ortiz está demasiado pendiente de la perfección, mientras que la princesa de Holanda se destaca por lo natural", explica.
"Los líderes naturales contagian su estilo, su manera de hablar, pensar y vestirse. Elvis Presley, los Beatles, The Doors, Coco, Bardot y otros hicieron escuela. En el ámbito local, la mujer con más influencia (estética, histórica y social) fue Evita. Siempre impecable, con sus trajes Dior, el pelo tirante, las uñas coloradas. Supo hacerse notar e inspiró tanto a diseñadores como a sus pares en todo el mundo. Hoy, si bien Cristina tiene una impronta definida y un estilo muy diferenciado, no creo que llegue a transformarse en icono de moda ni haga escuela. Igualmente cabe destacar que mejoró muchísimo su look (peinado y maquillaje, sobre todo) y todavía puede estar mejor. Es una linda mujer, con buena presencia. Pero para marcar tendencias y transformarse en una aspiración se necesita muchísimo", opina el relacionista público Wally Diamante.
La artista plástica Dalila Puzzovio dice que el Cristina style es absolutamente propio. "Me impresiona que su elegancia dependa de las inclemencias del tiempo, de los flashes, las escaleras. Y esas pashminas tan inmanejables Tocarse el pelo todo el tiempo tampoco da la sensación de que el peinado elegido sea acertado ya que nunca puede desentenderse de él. Creo que los estampados, las telas con brillo y tanto accesorio atentan contra el mensaje. Ella debería saber que la ropa no sólo nos presenta, sino que nos hace vulnerables."Angela Merkel, Hillary Clinton y Cindy McCain tienen a favor una supersastrería. Bachelet es absolutamente neutra, correcta, uno diría que se tapiza.
"La Bruni da la sensación de conocer todos los secretos, pero así y todo uno no le cree. Su imagen es como la de un disfraz temporario. Tuvo que guardar en el ropero sus stilettos y plataformas, pero sabe mucho de moda, así que su look actual le sienta bien."
Sofía Neimann adhiere a la teoría de Puzzovio de que Bruni corre con ventaja. "Obviamente pesa mucho su pasado como mannequin. Por eso no se la puede comparar con nadie, es un fenómeno diferente. Para mí quien realmente impuso un estilo fue Jackie Kennedy, y después Lady Di. Personalmente, no creo que a nuestra presidenta le interese hacer escuela en este aspecto. Para ser único hay que traspasar barreras, pero también saber detenerse a tiempo", dice la relacionista pública.
Por Flavia Fernández
Rose Galfione, especialista en protocolo y asesora de imagen, dice que marcar estilo como lo hicieron Carolina de Mónaco o Jackie O no es nada fácil, ya que se trata de un explosivo cóctel que combina personalidad, picardía y charme. "Para generar una influencia en la sociedad hay que tener todo eso y mucho más. Por eso a Cristina no la veo. Ella juega a ser una mujer paqueta, pero su arrogancia la convierte en el modelo opuesto. Por eso hoy, muy a pesar de su Kelly bag, nadie quiere parecerse a ella."
Inspirada en algunas frases de Coco Chanel, Evangelina Bomparola decreta que el estilo no se hace (se tiene o no se tiene), y que el peor pecado es pretender tenerlo. "Algunas políticas, como Bachelet o Angela Merkel, usan la vestimenta con un sentido utilitario, para trabajar. Los casos de Bruni, Letizia Ortiz o Máxima Zorreguieta son diferentes porque su tarea es acompañar a los maridos. Cada una tiene su estilo. La primera dama francesa maneja muy bien los trucos de imagen. Ortiz está demasiado pendiente de la perfección, mientras que la princesa de Holanda se destaca por lo natural", explica.
"Los líderes naturales contagian su estilo, su manera de hablar, pensar y vestirse. Elvis Presley, los Beatles, The Doors, Coco, Bardot y otros hicieron escuela. En el ámbito local, la mujer con más influencia (estética, histórica y social) fue Evita. Siempre impecable, con sus trajes Dior, el pelo tirante, las uñas coloradas. Supo hacerse notar e inspiró tanto a diseñadores como a sus pares en todo el mundo. Hoy, si bien Cristina tiene una impronta definida y un estilo muy diferenciado, no creo que llegue a transformarse en icono de moda ni haga escuela. Igualmente cabe destacar que mejoró muchísimo su look (peinado y maquillaje, sobre todo) y todavía puede estar mejor. Es una linda mujer, con buena presencia. Pero para marcar tendencias y transformarse en una aspiración se necesita muchísimo", opina el relacionista público Wally Diamante.
La artista plástica Dalila Puzzovio dice que el Cristina style es absolutamente propio. "Me impresiona que su elegancia dependa de las inclemencias del tiempo, de los flashes, las escaleras. Y esas pashminas tan inmanejables Tocarse el pelo todo el tiempo tampoco da la sensación de que el peinado elegido sea acertado ya que nunca puede desentenderse de él. Creo que los estampados, las telas con brillo y tanto accesorio atentan contra el mensaje. Ella debería saber que la ropa no sólo nos presenta, sino que nos hace vulnerables."Angela Merkel, Hillary Clinton y Cindy McCain tienen a favor una supersastrería. Bachelet es absolutamente neutra, correcta, uno diría que se tapiza.
"La Bruni da la sensación de conocer todos los secretos, pero así y todo uno no le cree. Su imagen es como la de un disfraz temporario. Tuvo que guardar en el ropero sus stilettos y plataformas, pero sabe mucho de moda, así que su look actual le sienta bien."
Sofía Neimann adhiere a la teoría de Puzzovio de que Bruni corre con ventaja. "Obviamente pesa mucho su pasado como mannequin. Por eso no se la puede comparar con nadie, es un fenómeno diferente. Para mí quien realmente impuso un estilo fue Jackie Kennedy, y después Lady Di. Personalmente, no creo que a nuestra presidenta le interese hacer escuela en este aspecto. Para ser único hay que traspasar barreras, pero también saber detenerse a tiempo", dice la relacionista pública.
Por Flavia Fernández
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