Aunque solamente sea una hora, tal vez una diferencia despreciable para muchos, el reloj biológico acusará recibo de ese cambio.
Según los especialistas, la modificación del huso horario vendrá acompañada de algunas complicaciones, como irritación, falta de concentración, trastornos del sueño, e incluso puede ser causa de una mayor frecuencia de accidentes de tránsito.
Las mismas advertencias ya las habían realizado los expertos el año último, cuando también se decidió adelantar los relojes una hora durante el período de verano.
Distintos estudios han demostrado que los efectos del cambio de horario se manifiestan más fuertemente entre los 15 y los 20 días subsiguientes, pero al mismo tiempo existe siempre un subgrupo de la población que nunca llega a acostumbrarse, dijo a LA NACION el doctor Daniel Cardinali, cronobiólogo e investigador superior del Conicet, que insistió en recordar: En la Argentina, ya estamos en un huso horario que geográficamente no nos corresponde. Deberíamos estar en el huso -4 [cuatro horas al oeste de Greenwich], pero estamos en el -3 y, de esta manera, ahora pasaremos al -2. Es decir, a dos husos del que sería el correcto, lo cual tendrá consecuencias directas para la salud.
Entre otros trastornos, el experto menciona una forma especial de depresión, como sucede en los países escandinavos, donde la noche se extiende demasiado. Algunos tienen somnolencia o falta de energía. Pero avisa: También se está reduciendo el horario de descanso en una sociedad que, ya de por sí, está privada de sueño, y eso puede provocar más accidentes de tránsito.
Según los especialistas, la modificación del huso horario vendrá acompañada de algunas complicaciones, como irritación, falta de concentración, trastornos del sueño, e incluso puede ser causa de una mayor frecuencia de accidentes de tránsito.
Las mismas advertencias ya las habían realizado los expertos el año último, cuando también se decidió adelantar los relojes una hora durante el período de verano.
Distintos estudios han demostrado que los efectos del cambio de horario se manifiestan más fuertemente entre los 15 y los 20 días subsiguientes, pero al mismo tiempo existe siempre un subgrupo de la población que nunca llega a acostumbrarse, dijo a LA NACION el doctor Daniel Cardinali, cronobiólogo e investigador superior del Conicet, que insistió en recordar: En la Argentina, ya estamos en un huso horario que geográficamente no nos corresponde. Deberíamos estar en el huso -4 [cuatro horas al oeste de Greenwich], pero estamos en el -3 y, de esta manera, ahora pasaremos al -2. Es decir, a dos husos del que sería el correcto, lo cual tendrá consecuencias directas para la salud.
Entre otros trastornos, el experto menciona una forma especial de depresión, como sucede en los países escandinavos, donde la noche se extiende demasiado. Algunos tienen somnolencia o falta de energía. Pero avisa: También se está reduciendo el horario de descanso en una sociedad que, ya de por sí, está privada de sueño, y eso puede provocar más accidentes de tránsito.
Otra visión
Sin embargo, la doctora Margarita Blanco, directora del Club del Sueño, disiente de esta teoría y advierte: Los temas relacionados con la medicina del sueño y la cronobiología son de muy reciente desarrollo.
En consecuencia, la especialista considera: El cambio de huso horario no tendrá mayores efectos adversos en nuestra calidad de vida.
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