martes, 14 de octubre de 2008

LOS REPRODUCTORES PORTATILES CAUSAN SORDERA


Un grupo de especialistas asesor de la Unión Europea asegura que los usuarios que escuchan su iPod o MP3 durante cinco horas a la semana a un volumen alto corren el riesgo de perder la audición de manera irreversible.
Así lo reveló un informe del Comité Científico de los Riesgos Sanitarios Emergentes y Recientemente Identificados, donde los expertos alertan que el volumen no debe superar los 89 decibeles por dos razones: primero, porque de 90 en adelante hace daño. Segundo, porque a partir de ahí excede los límites de ruido autorizados en lugares de trabajo.
Las ventas de reproductores de audio se dispararon mundialmente en los últimos años, especialmente en el caso de los MP3, aunque el peligro se investiga desde que los walkmans aparecieron en el mercado.
La fonoaudióloga Érica Postán explicó a Crítica de la Argentina que hay dos temas a tratar: “Por un lado, la polución auditiva a la que está sometida la sociedad, y por el otro, la agresión directa hecha por el propio sujeto sobre su órgano auditivo. Si una criatura viaja en un transporte público y a ese ruido se le suman los decibeles del auricular, se provoca mucho más daño en su oído”.
El comité especializado de la UE advirtió: “Hay una preocupación mayor por la exposición de las nuevas generaciones a los reproductores personales de música, que pueden reproducir sonidos a volúmenes muy altos sin pérdida de calidad”.
El dictamen subraya que los niños y los jóvenes no se dan cuenta del efecto hasta mucho tiempo después de que se haya producido, porque la pérdida se manifiesta a largo plazo. La Comisión Europea planteó la necesidad de modificar la legislación, que limita a 100 decibeles el nivel de ruido de los MP3 y los iPod.
Sobre la base de la investigación, tienen previsto organizar una conferencia en Bruselas a principios de 2009 para evaluar sus conclusiones con los Estados miembros, la industria, los consumidores y otras partes interesadas, y estudiar las medidas que pueden adoptarse.
Postán, por su parte, aseguró que el riesgo existe desde que el oído se expone a un volumen de 70 decibeles. “Es un daño irreversible, que por ahora no tiene ningún tipo de solución médica, quirúrgica o farmacológica”, sostuvo la especialista.
No hay cifras oficiales en Latinoamérica, pero esta realidad afecta a casi diez millones de europeos, de las más de 50 millones de personas que escuchan reproductores portátiles de música a diario. Se calcula que en los últimos cuatro años las unidades vendidas están entre los 184 y los 246 millones en toda Europa.
Los consejos para evitar la sordera no son muchos, pero sí contundentes: para los médicos, el límite está en que el sonido del reproductor no alcance a quien está al lado del que lo lleva puesto, es decir, que no supere la “confortabilidad auditiva”. Otras recomendaciones consisten en prestarle atención a la aparición reiterada de zumbidos o dolores de cabeza. Los científicos proponen concientizar al público difundiendo la información y revisar los controles existentes para adaptarlos a las nuevas tecnologías.
“Escuchar música es una de las cosas más hermosas –evaluó la fonoaudióloga Postán–. Perder ese goce es una lástima.”

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