sábado, 25 de octubre de 2008

EPOC, una forma lenta de matar



El 80% de las personas que sufren esta enfermedad respiratoria lo ignora
MADRID (Diario El País).- Ana Jaime Herreros, de 53 años, no podría vivir sin estar conectada al oxígeno. Lleva tres años sin salir de casa, enchufada a una máquina por un cable de cinco metros que se introduce por vía nasal y le permite moverse por su piso madrileño de 50 metros. Por las noches duerme con la careta de oxígeno. Tal es el deterioro de su función respiratoria por la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y tales son las limitaciones de su calidad de vida.
Todo empezó cuando tenía veintitantos años, fumaba dos paquetes de tabaco diarios, trabajaba muchas horas de cocinera "y tragando humos", como ella advierte. El primer aviso fue una neumonía que la llevó al hospital, y a los 18 meses tuvo que prejubilarse. "Al principio, los informes médicos decían que sufría asma por tabaquismo", cuenta. En poco tiempo empezó a costarle mucho respirar al mínimo esfuerzo y a los tres años le diagnosticaron una EPOC avanzada. "Admito que mi calidad de vida es cero. Yo diría a todas las personas que fuman que abandonen ese hábito", dice.
Por suerte, no todos los casos de EPOC son tan dramáticos como éste. Hay diferentes grados, hasta el punto de que un 80% de los europeos con esta patología en sus primeros estadios no está diagnosticado.
"La EPOC va lesionando paulatinamente los bronquios y los pulmones y va produciendo una alteración irreversible de la función respiratoria. La obstrucción bronquial en los fumadores, que afecta a uno de cada seis, es el principal factor de riesgo de cáncer de pulmón. Se trata de una de las enfermedades más ocultas e insidiosas por la inespecificidad y lenta progresión de sus síntomas, que hace consultar a los más de millón y medio de españoles afectados, fumadores y mayores de 40 años, cuando el proceso se encuentra en fases muy avanzadas", explica Julio Ancochea, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), coordinador de la Estrategia del Servicio Nacional de Salud en EPOC. La tos, la expectoración y la disnea o dificultad respiratoria al esfuerzo llegan a ser asumidas por el propio enfermo como "cosas normales del tabaco y de la edad". Esto, según Ancochea, explica en gran medida el infradiagnóstico.
En breve van a publicarse en Archivos de bronconeumología los resultados del estudio epidemiológico EPI-SCAM, promovido por la Separ para conocer la prevalencia de la EPOC, un ambicioso trabajo multicéntrico realizado en 2006 y 2007, en el que han participado 11 hospitales y 5.071 ciudadanos.
"Nuestros primeros datos van en el mismo sentido en cuanto al bajo diagnóstico. Se ha visto que el 78,2% de los casos no identificados se confirman en este trabajo mediante espirometría, que es una sencilla prueba para valorar la función pulmonar. Respecto a la prevalencia, si la idea era que afecta globalmente al 9,1% de los españoles, los nuevos hallazgos no se alejan. En función del hábito tabáquico, afecta al 15% de los fumadores, al 12,8% de los ex fumadores y al 4,1% de los no fumadores activos."
Para Germán Peces-Barba, coordinador del área de EPOC de la Separ y jefe asociado de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, esta realidad hace que muchos pacientes no se beneficien de los avances terapéuticos, farmacológicos y de otro tipo, para mejorar la calidad de vida y reducir el ritmo de agravamiento.
"Aun así, supone el 2% de gasto a la sanidad pública, ya que se le imputan 3.000 millones de euros anuales, de los que el 84% corresponden a hospitalizaciones. El coste anual medio por paciente sólo por la atención sanitaria es de 1.876 euros, sin contar los costes indirectos por baja laboral. El de un paciente grave puede ascender hasta 3.538 euros y en algunos casos multiplicarse por cinco. Con el otoño y el invierno se producen muchas exacerbaciones severas que requieren ingreso. La EPOC ocasiona el 12% de las consultas del médico de familia y hasta el 40% de las del especialista en neumología", admite Peces-Barba. En su opinión, la realización de una espirometría en atención primaria a todos los fumadores mayores de 40 años con algún síntoma respiratorio tendría un ´altísimo rendimiento diagnóstico y ése podría ser el primer paso para instaurar el tratamiento más adecuado a cada caso´.
Una de las terapias que más se está potenciando es la rehabilitación respiratoria, un abordaje integral que comprende, entre otras, la fisioterapia respiratoria. Los expertos de la Separ afirman que es de bajo coste, sin efectos secundarios y mejora notablemente la calidad de vida.
MAYKA SÁNCHEZ
© EL PAIS, SL.

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