Una firma brasileña lanzó al mercado lencería con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) incorporado... Sí, la misma tecnología que se usa para localizar autos robados. Esto permitirá que los hombres ('celosos?) sepan el lugar exacto donde está su pareja en cada momento del día. Claro, eso si las mujeres quieren: los corpiños se comercializan bajo el lema "Encuéntrame si puedes".
"La idea no es que la mujer sea rastreada por su compañero para controlarla sino que le ofrezca un nuevo juego, una suerte de fetiche erótico", explicó la diseñadora de la nueva línea, Lucia Iorio. El nuevo "juguete sexual" será controlado por la mujer que lo vista y no por su pareja, por lo que, "si quiere no estar controlada, lo único que tiene que hacer es desconectar el aparato", explicó Iorio. El objetivo de este "fetiche" puede ser, por ejemplo, "provocar un encuentro casual de la pareja". "Él puede seguir los pasos de su chica y, si quiere, puede darle una sorpresa y aparecer donde ella está", dijo.
La idea surgió para "satisfacer las necesidades de la mujer moderna" aunando "diseño y tecnología". La diseñadora subrayó que el sistema "no es machista" porque permite que "la mujer disponga de la independencia que necesita" al ser ella quien controla si su pareja puede saber o no sus coordenadas. El precio es alto; cada pieza se vende por Internet a 573 euros.
Según Iorio, los corpiños, bombachas y bodies se fabrican sólo por encargo.
Un cinturón de castidad posmoderno para una mujer de esta época. Tal vez sea difícil establecer una comparación medianamente lógica entre ese estereotipo de mujer y un dispositivo acoplado a la faja para que el novio controlador sepa dónde se encuentra en cada momento.
Por otra parte, un grupo de científicos canadienses diseñó un biquini "que advierte, a través de cambios de color en su tela, cuándo hay mucha radiación solar". A simple vista, el modelo es como cualquier otro pero tiene unas bandas que alertan a quien lo usa sobre la peligrosidad de los rayos ultravioleta en ese momento. Estas bandas cambian de color según la intensidad de esos rayos.
La prenda viene con una tabla de equivalencias donde se indica el tipo de protector solar indicado para cada color. El "biquini inteligente" cuesta 300 pesos y se vende en Gran Bretaña.
Estas son prendas que se suman al mercado de ropa inteligente: camperas con paneles solares que acumulan energía para recargar celulares o MP3 (hechos por la argentina Julieta Gayoso), conjuntitos de bebés que podrían salvarlos de la muerte súbita, camisetas y zapatillas que controlan la humedad y la temperatura, pantalón con joystick para el iPod y "remeras desodorante" con biofibra de bambú.
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