miércoles, 29 de octubre de 2008

Éxtasis: cada vez más adolescentes lo consumen y lo creen inofensivo

Según datos de la Secretaría de Programación para la Prevención de las Adicciones (Sedronar) basados en un relevamiento realizado con estudiantes secundarios el año pasado, el 7% de los alumnos de 12 a 17 años recibió oferta directa de éxtasis. Además, el 29,6 % de los estudiantes del nivel medio cree que probar una o dos veces esa droga no tiene riesgos para la salud o son muy leves e incluso un 10,7% sostiene que hacerlo frecuentemente tampoco trae aparejados daños.

"Muchas veces, su empleo se produce para seguir disfrutando de las fiestas y no registrar los signos de alarma y agotamiento que emite el organismo", explica la doctora Norma Vallejo, subsecretaria de Prevención y Asistencia del Sedronar a Infobae.com.

La especialista explica que el éxtasis forma parte de las denominadas "drogas de diseño", que son sustancias psicoactivas de origen sintético fabricadas por el hombre o creadas a partir de modificaciones de su estructura química en laboratorios clandestinos.

"Tengo que reconocer que el nombre de la pastilla es tentador, pero lo que más me atrajo es lo que escuché sobre sus efectos", señala Sebastián, que probó éxtasis a los 20 años. "Quería probar si era verdad todo lo que decían y la primera vez tomé en una disco, con amigos. Experimenté una sensibilidad muy fuerte, una sensación de amor y de conexión con todo el mundo", relata.

Según Pablo Nacthigall, psicólogo, "muchos jóvenes no saben como acceder a estados de de mayor relajación y autoestima, que trasciendan su cotidianeidad y optan por consumir éxtasis como una vía rápida hacia un estado emocional intenso. En el fondo, es una búsqueda de forma inadecuada para vivenciar estados de conciencia no ordinarios, que en vez de entrenarse para lograrlos por vía natural, terminan haciéndolo artificialmente por un químico. Y, lamentablemente, puede generar una adicción, con todos los efectos colaterales que eso trae aparejado".

Nachtigall subraya además que el problema principal entonces es que ese estado emocional inducido por una sustancia no lleva a ningún tipo de aprendizaje ni crecimiento, ya que el joven, luego de pasado los efectos, vuelve a sentir las mismas represiones que tenía antes. Por lo tanto, es probable que vuelva a consumir la pastilla "para entrar sin escalas a ese estado".

Sebastián coincide con la opinión del psicólogo consultado por Infobae.com y agrega: "Te deja en ese estado de 'amor con todo el mundo', pero cuando se termina el efecto vuelven todas las barreras".

Hoy pasaron siete años de que Sebastián probara éxtasis y ya no consume. Con cierta distancia sobre el tema, señala: "Ahora los chicos toman muchísimas pastillas en una noche porque cuando empezás a tomar, necesitás más para lograr la misma experiencia y eso me parece realmente peligroso".

Riesgos muy reales
El contenido promedio de una dosis única (sólo una pastilla de éxtasis) está entre los 75 y los 100 miligramos de 3-4 metilendioximetaanfetamina (MDMA). Sus primeros efectos se registran entre los 30 y los 45 minutos, el pico de acción se produce en una o dos horas, pero sus efectos persisten de cuatro a seis horas luego de su administración.

"Al tomar esta droga se busca aumento de la energía, sensación de bienestar, disminución del sueño y del apetito, resistencia al ejercicio y una mayor sociabilidad, lo que la ubica en el grupo denominado drogas empatógenas", señala Norma Vallejo.

Pero la especialista advierte que estos efectos, vienen acompañados de algunas manifestaciones químicas como el aumento de la frecuencia cardíaca y de la tensión arterial, arritmias cardíacas, alteraciones visuales, aumento del diámetro pupilar, alteraciones de la percepción temporal y táctil, bruxismo (castañeteo y/o fricción de dientes), irritabilidad, ansiedad, sudoración aumentada, aumento de la temperatura corporal, sequedad de las mucosas, lesión hepática y muscular con fallo renal. Además, todo esto se agrava por la presencia de un componente químico denominado metabolito (MDA), que tiene una acción selectiva neurotóxica asociada a complicaciones orgánicas graves.

Por otra parte, con el uso crónico producen manifestaciones neurológicas severas del tipo enfermedad de Parkinson.

"Todo consumidor de sustancias, independientemente del tipo de droga que utiliza, piensa 'que lo puede manejar' y sin embargo no es así para nada. En particular, el éxtasis, por tratarse de una droga derivada de las anfetaminas, produce una grave dependencia psíquica y física. Además, en un episodio agudo -dependiendo de la dosis ingerida y de los antecedentes clínicos de la persona- pueden aparecer complicaciones muy graves como el infarto de miocardio, hemorragia cerebral, insuficiencia renal y eventualmente la muerte. Por eso, de ninguna manera, el consumo de éxtasis 'es manejable'", concluye Vallejo.



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