jueves, 30 de octubre de 2008

Cáncer de cuello de útero: advierten que las vacunas solas no bastan para prevenir


El Ministerio de Salud de la Nación y especialistas del Instituto Malbrán advirtieron que las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) no son suficientes para prevenir el desarrollo del cáncer de cuello uterino.
Las mujeres que las reciban deben también hacerse periódicamente el test de Papanicolaou (PAP), que sirve para detectar las lesiones premalignas y malignas.
La aclaración se debe al mensaje que comunica una campaña publicitaria de la organización no gubernamental LALCEC, que fue financiada por uno de los laboratorios que elabora una de las vacunas contra el papiloma. La modelo y actriz Araceli González aparece en las publicidades con su hija, Florencia Torrente, e invita a las madres a vacunar a las chicas para prevenirlas contra el cáncer de cuello de útero.
La campaña dejó de lado la prueba del PAP y provocó la reacción del Ministerio. Porque si bien las vacunas son efectivas (hay dos disponibles en el mercado), no cubren todos los tipos de virus del papiloma que pueden causar el cáncer de cuello uterino.
El primero en salir al cruce fue el Ministerio de Salud, a cargo de Graciela Ocaña, que advirtió en un comunicado que "la vacuna sola no alcanza". Silvina Arrosi, coordinadora del Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cervicouterino del Ministerio de Salud de la Nación, precisó que "las vacunas existentes sólo protegen contra los tipos 16 y 18 del VPH, pero no contra otros tipos que producen entre el 30 y el 40 por ciento de estos tumores". Esto significa que es necesario también el PAP. El Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos da también esta misma recomendación.
Consultada por Clarín, Alejandra Picconi, jefa de Servicio de Virus Oncogénicos del Instituto Malbrán, contó que tres cuartos de la población se infecta con el virus del papiloma humano a partir de que inicia las relaciones sexuales. La mayoría de esas infecciones son transitorias: el 70 por ciento de los casos son controlados por el propio sistema inmune, sin necesidad de medicamentos. "Pero el resto de la población puede desarrollar una infección persistente, que suele no presentar síntomas -resaltó Picconi- y que puede conducir al cáncer de cuello uterino".
Desde hace unos dos años, empezaron a venderse las vacunas que apuntan a proteger a las mujeres contra los tipos virales 16 y 18, que generan gran parte de los casos de cáncer de cuello uterino.
"Los estudios científicos demuestran que se debe vacunar a las niñas antes de que inicien su actividad sexual. De esta manera, se está inmunizando a personas que todavía no fueron infectadas".
La investigadora del Malbrán, que no tiene relación con los laboratorios que producen las vacunas, agregó: "Aquellas mujeres adultas que no están infectadas con el papiloma o que están infectadas con sólo uno de los virus que componen la fórmula de la vacuna, también pueden ser beneficiadas con la vacuna. Porque podrían ser inmunizadas contra el tipo de virus con el que aún no están infectadas".
Con respecto a la campaña de LALCEC, la científica opinó que le parecía bien que una adulta (como Araceli González) figurase en la publicidad, pero no debía confundirse al público: "Las vacunas son preventivas. No curan la infección si el virus ya está en el organismo. Y no son la única estrategia para prevenirse: tras dos PAP anuales con resultado negativo, las mujeres deben hacerse uno cada tres años para prevenir el cáncer.
En diálogo con Clarín, la presidenta de LALCEC, María Inés Marchegiani de Ucke, acordó con que "el debate que disparó la publicidad es atendible", pero destacó la importancia de "instalar un tema que todo el mundo tiene olvidado. Nosotros quisimos dar a conocer que hay herramientas nuevas para tratar la enfermedad: todos tenemos derecho a saberlo. Y vamos a juntar firmas para que incluyan la vacuna en el vademecum, para que las obras sociales y prepagas cubran al menos un porcentaje de su costo".
Una de las vacunas contra el virus del papiloma cuesta más de 900 pesos cada una de las tres dosis. La otra tiene un precio de 400 pesos cada dosis. Sobre la financiación de la campaña publicitaria, Ucke aclaró que "siempre los laboratorios financian nuestras acciones, es la única manera que tenemos de seguir. Lo hacemos todo a pulmón".

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