A los 47 años y en una convivencia con el mal de Parkinson que ya lleva 17 años, el actor Michael J. Fox se define como un "optimista incurable" cada vez que puede. Como él, en la Argentina hay alrededor de 8000 personas con menos de 50 años que tienen la forma juvenil o precoz de un trastorno neurológico que en general suele asociarse sólo con la vejez.
"El concepto de que es una enfermedad de la tercera edad no es del todo acertado. Claro que a mayor edad se tienen más chances de padecerla, pero en uno de cada diez pacientes se diagnostica antes de los 50", comentó ayer a La Nacion la neuróloga Cecilia Peralta, que dirige la Clínica de Movimientos Anormales y Enfermedad de Parkinson del Hospital César Milstein y del Cemic.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que, básicamente, hace que la persona pierda el control de sus movimientos. Los síntomas motores son iguales a toda edad: lentitud de movimientos, dificultad al caminar o necesidad de hacerlo con pasos cortos, temblor y rigidez en el cuerpo.
"En el 70% de los casos, la rigidez afecta al miembro superior derecho", precisó Peralta. Pero en los últimos años se descubrieron otras señales que pueden preceder varios años a los síntomas motores: la depresión y la disminución del olfato.
"En general, la persona se da cuenta de que es más lenta en ciertos movimientos, como caminar, o que le cambió la letra. La familia, en cambio, tiende a advertir más los síntomas no motores", aclaró la especialista, que integra el Grupo de Movimientos Anormales de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA) que la próxima semana dará en el país charlas informativas gratuitas debido a que pasado mañana es el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson
Cuanto más temprano sea el diagnóstico, mejor. Los tratamientos permiten que los pacientes alcancen una mejor calidad de vida en el futuro. "La persona tiene que llevar una vida lo más normal posible y no debe ser discriminada ni tampoco victimizada. En los primeros años de la enfermedad no tiene limitaciones motoras ni intelectuales que justifiquen considerarla con discapacidad para su inserción social o laboral", finalizó Peralta.
Fabiola Czubaj
"El concepto de que es una enfermedad de la tercera edad no es del todo acertado. Claro que a mayor edad se tienen más chances de padecerla, pero en uno de cada diez pacientes se diagnostica antes de los 50", comentó ayer a La Nacion la neuróloga Cecilia Peralta, que dirige la Clínica de Movimientos Anormales y Enfermedad de Parkinson del Hospital César Milstein y del Cemic.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que, básicamente, hace que la persona pierda el control de sus movimientos. Los síntomas motores son iguales a toda edad: lentitud de movimientos, dificultad al caminar o necesidad de hacerlo con pasos cortos, temblor y rigidez en el cuerpo.
"En el 70% de los casos, la rigidez afecta al miembro superior derecho", precisó Peralta. Pero en los últimos años se descubrieron otras señales que pueden preceder varios años a los síntomas motores: la depresión y la disminución del olfato.
"En general, la persona se da cuenta de que es más lenta en ciertos movimientos, como caminar, o que le cambió la letra. La familia, en cambio, tiende a advertir más los síntomas no motores", aclaró la especialista, que integra el Grupo de Movimientos Anormales de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA) que la próxima semana dará en el país charlas informativas gratuitas debido a que pasado mañana es el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson
Cuanto más temprano sea el diagnóstico, mejor. Los tratamientos permiten que los pacientes alcancen una mejor calidad de vida en el futuro. "La persona tiene que llevar una vida lo más normal posible y no debe ser discriminada ni tampoco victimizada. En los primeros años de la enfermedad no tiene limitaciones motoras ni intelectuales que justifiquen considerarla con discapacidad para su inserción social o laboral", finalizó Peralta.
Fabiola Czubaj
lanacion.com
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