Investigadores del Imperial College de Londres están trabajando en un compuesto químico que produce sensación de embriaguez, pero que no deja la consecuencia adversa de la resaca y cuyo efecto se podría cancelar inmediatamente con un antídoto (permitiendo, por ejemplo, estar sobrio para conducir).
En concreto, se está investigando con un grupo de sustancias llamadas benzodiazepinas. La sustancia más conocida dentro de esta familia es el diazepam, principio activo del popular antidepresivo Valium. Dentro de todas estas sustancias, se busca alguna que además de producir los efectos deseados, sea incolora e insípida, al igual que el etanol (nombre del alcohol que contienen las bebidas).
El ‘problema’, comercialmente hablando, es que esta sustancia necesitaría autorización farmacéutica para su distribución y consumo. Aunque la venta de un compuesto tóxico como el alcohol está autorizada por la tradición de su consumo, es difícil que sustancias sintéticas de efectos similares sea autorizada sin restricciones. Otra gran barrera para el lanzamiento a gran escala del producto son los ensayos clínicos, costosos y complicados.
A pesar de todo, el equipo investigador, liderado por el profesor Nutt, cree que todo son ventajas. Esta sustancia no afecta a otras zonas del cerebro, y por tanto no tendría los cambios de humor asociados ni el efecto adictivo del alcohol. La existencia de antídotos eficaces supondría también la reducción de accidentes relacionados con el consumo de alcohol. Además, el etanol excedente se podría utilizar como combustible.
Las compañías productoras de bebidas alcohólicas no han mostrado ningún interés, ya que la investigación farmacéutica queda fuera de su campo de actividad, sin embargo podrían ser las autoridades las interesadas en tener un sustituto inocuo del alcohol.
Los costes asociados al consumo de alcohol son terribles. Sólo en el Reino Unido, se calcula que el coste de atenciones médicas directamente relacionadas con borracheras son de 2.700 millones de libras anuales, y las pérdidas por absentismo laboral debido a resacas podrían llegar a 20.000 millones. El alcohol está relacionado de alguna forma con el 65% de los suicidios, el 40% de los casos de violencia doméstica y el 15% de los ahogamientos, entre otros.
genciencia.com
En concreto, se está investigando con un grupo de sustancias llamadas benzodiazepinas. La sustancia más conocida dentro de esta familia es el diazepam, principio activo del popular antidepresivo Valium. Dentro de todas estas sustancias, se busca alguna que además de producir los efectos deseados, sea incolora e insípida, al igual que el etanol (nombre del alcohol que contienen las bebidas).
El ‘problema’, comercialmente hablando, es que esta sustancia necesitaría autorización farmacéutica para su distribución y consumo. Aunque la venta de un compuesto tóxico como el alcohol está autorizada por la tradición de su consumo, es difícil que sustancias sintéticas de efectos similares sea autorizada sin restricciones. Otra gran barrera para el lanzamiento a gran escala del producto son los ensayos clínicos, costosos y complicados.
A pesar de todo, el equipo investigador, liderado por el profesor Nutt, cree que todo son ventajas. Esta sustancia no afecta a otras zonas del cerebro, y por tanto no tendría los cambios de humor asociados ni el efecto adictivo del alcohol. La existencia de antídotos eficaces supondría también la reducción de accidentes relacionados con el consumo de alcohol. Además, el etanol excedente se podría utilizar como combustible.
Las compañías productoras de bebidas alcohólicas no han mostrado ningún interés, ya que la investigación farmacéutica queda fuera de su campo de actividad, sin embargo podrían ser las autoridades las interesadas en tener un sustituto inocuo del alcohol.
Los costes asociados al consumo de alcohol son terribles. Sólo en el Reino Unido, se calcula que el coste de atenciones médicas directamente relacionadas con borracheras son de 2.700 millones de libras anuales, y las pérdidas por absentismo laboral debido a resacas podrían llegar a 20.000 millones. El alcohol está relacionado de alguna forma con el 65% de los suicidios, el 40% de los casos de violencia doméstica y el 15% de los ahogamientos, entre otros.
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