Douglas Quenqua
The New York Times
¿Cómo suena un silencio incómodo en Facebook? Si usted tiene que preguntarlo es probablemente porque no tiene amigos como James Gower y Ashley Andrews, comprometidos para casarse en mayo. Gower escribió en enero: "¿Cómo es que mi cumpleaños es un solo día, pero el de mi mujer dura toda una semana?" Andrews, quien aparentemente no está dispuesta a contemplar cómo una flecha pasa sobre su cabeza, respondió con este comentario: "¡¡¡Supéralo!!! ¡Puaj!" Gower respondió calificando a su prometida con una palabra que no podemos imprimir aquí, hasta que el diálogo se convirtió en un equivalente, en la red social, de romper los platos.
Finalmente Skyler Hurt, una amiga y dama de honor de la novia, intervino: "Amigos, ¿saben que todos podemos ver lo que está ocurriendo entre ustedes?" Es una pregunta que se formula muchas veces en esta época dado que las parejas, que antes tenían que salir de casa para pelearse en público, ahora desarrollan sus disputas en Facebook.
Ya sea por medio de posteos llenos de reproches o mediante intercambios antagónicos respecto del "estatus de su relación", la red social está convirtiéndose en un lugar tan bueno para difundir la discordia marital como para compartir las fotos de las vacaciones. Con 400 millones de miembros y en crecimiento, Facebook puede llegar a reemplazar a los restaurantes como lugar favorito de las parejas para armar una escena. Hay personas, como Gower, para quienes Facebook ofrece una gran oportunidad: ¿qué mejor manera de mostrar a todos los disgustos que le da su futura esposa?
"Mis amigos tienen una opinión tendenciosa de ella, y sus amigas tienen una opinión tendenciosa de mí", dijo Gower. Para él, difundir quejas en Facebook es "una manera de que los demás vean tu versión de las cosas. Así, muchas personas no escuchan solamente la versión que les da ella". Andrews comparte la opinión de su prometido: "Mucha gente no está con nosotros cuando nos peleamos en casa", dijo, pero en Facebook, "todos nuestros amigos pueden hacer comentarios".
Leah Ackerman-Hurst, de 34 años, dijo que ocasionalmente usa Facebook para hablar mal de su esposo Caleb con sus amigos. En una actualización reciente, lo llamó "terrible tarado" después de que Caleb insistió en que ella se deshiciera de su bulldog enano. Dice que sus comentarios suelen ser en broma (casi siempre), aunque sus amigos acaban por tomar partido por uno o el otro. "Digo algo en broma sobre él, pero algunos toman mis comentarios en serio", dijo.
Algunos expertos matrimoniales dicen que llevar las peleas a Facebook, aun en broma, no es para reírse. El deseo de hacer públicas las diferencias íntimas representa una gradual pero significativa degradación de nuestra estima por el matrimonio. "Desde la época victoriana hasta 1950, el matrimonio fue considerado como la fuente de toda seguridad en un mundo depredador", dijo Michael Vincent Miller, psicólogo y autor del libro "Intimate Terrorism: The Crisis of Love in an Age of Disillusion" (Terrorismo íntimo: La crisis del amor en una época de desilusión). Luchar por ese ideal, agregó, significaba mantener todo desacuerdo en la intimidad.
Pero con la contracultura de las décadas de 1960 y 1970, "ese ideal matrimonial empezó a desaparecer", explicó. Muy pronto, la idea de que las parejas debían presentar un frente unido en todo momento llegó a parecer extraña e, incluso, ingenua. Hoy, la representación popular del matrimonio tiende a ser "la de dos egos que se protegen a sí mismos y que están en guerra entre sí", dijo Miller, y agregó que "cada uno de ellos anhela reconocimiento y estar en lo correcto demostrando que el otro es el que está equivocado".
Pero, en vez de ganar apoyo, pelear delante de los propios amigos probablemente los convenza de que ustedes dos no deberían estar juntos, según dicen los consejeros matrimoniales. Eso parece ser lo que ocurre entre los amigos de los peleadores de Facebook, quienes, como cualquier testigo de una reyerta pública, quedan atrapados en el medio, sin saber si deben intervenir u ocuparse de sus propios asuntos.
"Esta es la primera vez que intervengo en cómo interactúan ustedes dos, y no es bueno", dijo Hurt, la amiga de Gower y Andrews.
Probablemente habló por muchos espectadores de Facebook cuando dijo que todos sus intentos de pacificación entre sus amigos -ya sea online o en la vida real- se hicieron con la intención de avergonzarlos para que se comportaran mejor.
"Perder el apoyo de los amigos y los seres queridos no es un buen presagio para las perspectivas a largo plazo de una pareja. A las personas suele irles mejor en el matrimonio cuando sus amigos y su familia apoyan a la pareja. Cuando ese apoyo desaparece, eso puede ser un gran problema", dijo Brad Wilcox, director del National Marriage Project de la Universidad de Virginia.
Gower y Andrews insisten en que son una pareja estable, que irá al altar en mayo. Y eso, pese a los recientes cambios que Gower imprimió a su estado civil: de "comprometido" a "complicado" y nuevamente a "comprometido", todo en el mismo día.
"Eso fue tan sólo una broma para provocarla", aseguró.
Traducción de Mirta Rosenberg
The New York Times
¿Cómo suena un silencio incómodo en Facebook? Si usted tiene que preguntarlo es probablemente porque no tiene amigos como James Gower y Ashley Andrews, comprometidos para casarse en mayo. Gower escribió en enero: "¿Cómo es que mi cumpleaños es un solo día, pero el de mi mujer dura toda una semana?" Andrews, quien aparentemente no está dispuesta a contemplar cómo una flecha pasa sobre su cabeza, respondió con este comentario: "¡¡¡Supéralo!!! ¡Puaj!" Gower respondió calificando a su prometida con una palabra que no podemos imprimir aquí, hasta que el diálogo se convirtió en un equivalente, en la red social, de romper los platos.
Finalmente Skyler Hurt, una amiga y dama de honor de la novia, intervino: "Amigos, ¿saben que todos podemos ver lo que está ocurriendo entre ustedes?" Es una pregunta que se formula muchas veces en esta época dado que las parejas, que antes tenían que salir de casa para pelearse en público, ahora desarrollan sus disputas en Facebook.
Ya sea por medio de posteos llenos de reproches o mediante intercambios antagónicos respecto del "estatus de su relación", la red social está convirtiéndose en un lugar tan bueno para difundir la discordia marital como para compartir las fotos de las vacaciones. Con 400 millones de miembros y en crecimiento, Facebook puede llegar a reemplazar a los restaurantes como lugar favorito de las parejas para armar una escena. Hay personas, como Gower, para quienes Facebook ofrece una gran oportunidad: ¿qué mejor manera de mostrar a todos los disgustos que le da su futura esposa?
"Mis amigos tienen una opinión tendenciosa de ella, y sus amigas tienen una opinión tendenciosa de mí", dijo Gower. Para él, difundir quejas en Facebook es "una manera de que los demás vean tu versión de las cosas. Así, muchas personas no escuchan solamente la versión que les da ella". Andrews comparte la opinión de su prometido: "Mucha gente no está con nosotros cuando nos peleamos en casa", dijo, pero en Facebook, "todos nuestros amigos pueden hacer comentarios".
Leah Ackerman-Hurst, de 34 años, dijo que ocasionalmente usa Facebook para hablar mal de su esposo Caleb con sus amigos. En una actualización reciente, lo llamó "terrible tarado" después de que Caleb insistió en que ella se deshiciera de su bulldog enano. Dice que sus comentarios suelen ser en broma (casi siempre), aunque sus amigos acaban por tomar partido por uno o el otro. "Digo algo en broma sobre él, pero algunos toman mis comentarios en serio", dijo.
Algunos expertos matrimoniales dicen que llevar las peleas a Facebook, aun en broma, no es para reírse. El deseo de hacer públicas las diferencias íntimas representa una gradual pero significativa degradación de nuestra estima por el matrimonio. "Desde la época victoriana hasta 1950, el matrimonio fue considerado como la fuente de toda seguridad en un mundo depredador", dijo Michael Vincent Miller, psicólogo y autor del libro "Intimate Terrorism: The Crisis of Love in an Age of Disillusion" (Terrorismo íntimo: La crisis del amor en una época de desilusión). Luchar por ese ideal, agregó, significaba mantener todo desacuerdo en la intimidad.
Pero con la contracultura de las décadas de 1960 y 1970, "ese ideal matrimonial empezó a desaparecer", explicó. Muy pronto, la idea de que las parejas debían presentar un frente unido en todo momento llegó a parecer extraña e, incluso, ingenua. Hoy, la representación popular del matrimonio tiende a ser "la de dos egos que se protegen a sí mismos y que están en guerra entre sí", dijo Miller, y agregó que "cada uno de ellos anhela reconocimiento y estar en lo correcto demostrando que el otro es el que está equivocado".
Pero, en vez de ganar apoyo, pelear delante de los propios amigos probablemente los convenza de que ustedes dos no deberían estar juntos, según dicen los consejeros matrimoniales. Eso parece ser lo que ocurre entre los amigos de los peleadores de Facebook, quienes, como cualquier testigo de una reyerta pública, quedan atrapados en el medio, sin saber si deben intervenir u ocuparse de sus propios asuntos.
"Esta es la primera vez que intervengo en cómo interactúan ustedes dos, y no es bueno", dijo Hurt, la amiga de Gower y Andrews.
Probablemente habló por muchos espectadores de Facebook cuando dijo que todos sus intentos de pacificación entre sus amigos -ya sea online o en la vida real- se hicieron con la intención de avergonzarlos para que se comportaran mejor.
"Perder el apoyo de los amigos y los seres queridos no es un buen presagio para las perspectivas a largo plazo de una pareja. A las personas suele irles mejor en el matrimonio cuando sus amigos y su familia apoyan a la pareja. Cuando ese apoyo desaparece, eso puede ser un gran problema", dijo Brad Wilcox, director del National Marriage Project de la Universidad de Virginia.
Gower y Andrews insisten en que son una pareja estable, que irá al altar en mayo. Y eso, pese a los recientes cambios que Gower imprimió a su estado civil: de "comprometido" a "complicado" y nuevamente a "comprometido", todo en el mismo día.
"Eso fue tan sólo una broma para provocarla", aseguró.
Traducción de Mirta Rosenberg
Borrar al ex, una máxima en la Red
Sol Amaya
Cuando a Alejandro le ofrecieron un trabajo temporal en otro país, la decisión de irse lejos de su pareja le costó mucho. La relación siguió, pero la distancia la fue enfriando y, finalmente, ambos decidieron terminarla. ¿Cómo se enteraron todos sus amigos en la Argentina? Por Facebook.
"Alejandro está soltero", fue lo que se publicó en su "muro" cuando cambió su estado civil. Inmediatamente, empezaron a lloverle comentarios de amigas y conocidas, todas mujeres. "Qué lástima, Ale, ¿cuándo volvés?"; "Llamame cuando estés acá" y frases por el estilo comenzaron a aparecer cada vez más seguido en su muro.
Distinto fue lo que le sucedió a Natalia. Cuando cortó con Hernán, nunca pensó en cambiar su estado en Facebook, simplemente porque no creía que fuera necesario difundir algo que ella consideraba una situación íntima. Sin embargo, se vio obligada a "modificar su estado civil" en la Red tras una llamada de su ex, que le advirtió que, si no aclaraba que ya no estaban juntos, estaba "faltando a la verdad".
Estar presente, ya sea por foto o por nombre, en la cuenta de Facebook de una ex pareja, es insostenible para algunas personas. Como el caso de Agustina y Marcos que, después de casi tres años juntos, terminaron su relación y lo primero que hicieron fue borrarse mutuamente de sus contactos en la red social.
Edgardo, para evitar cualquier tipo de discusión, decidió cortar por lo sano: "A mi mujer le tengo prohibido crearse un usuario en Facebook", aseguró. Sin embargo, no dudó en aclarar que él sí tiene una cuenta. La mayoría, amigas mujeres.
lanacion.com
Cuando a Alejandro le ofrecieron un trabajo temporal en otro país, la decisión de irse lejos de su pareja le costó mucho. La relación siguió, pero la distancia la fue enfriando y, finalmente, ambos decidieron terminarla. ¿Cómo se enteraron todos sus amigos en la Argentina? Por Facebook.
"Alejandro está soltero", fue lo que se publicó en su "muro" cuando cambió su estado civil. Inmediatamente, empezaron a lloverle comentarios de amigas y conocidas, todas mujeres. "Qué lástima, Ale, ¿cuándo volvés?"; "Llamame cuando estés acá" y frases por el estilo comenzaron a aparecer cada vez más seguido en su muro.
Distinto fue lo que le sucedió a Natalia. Cuando cortó con Hernán, nunca pensó en cambiar su estado en Facebook, simplemente porque no creía que fuera necesario difundir algo que ella consideraba una situación íntima. Sin embargo, se vio obligada a "modificar su estado civil" en la Red tras una llamada de su ex, que le advirtió que, si no aclaraba que ya no estaban juntos, estaba "faltando a la verdad".
Estar presente, ya sea por foto o por nombre, en la cuenta de Facebook de una ex pareja, es insostenible para algunas personas. Como el caso de Agustina y Marcos que, después de casi tres años juntos, terminaron su relación y lo primero que hicieron fue borrarse mutuamente de sus contactos en la red social.
Edgardo, para evitar cualquier tipo de discusión, decidió cortar por lo sano: "A mi mujer le tengo prohibido crearse un usuario en Facebook", aseguró. Sin embargo, no dudó en aclarar que él sí tiene una cuenta. La mayoría, amigas mujeres.
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