lunes, 22 de marzo de 2010

Ego sexual

El sexo puede ser muy placentero, pero cuando se mezcla con un inseguro ego puede provocar serios dolores de cabeza. El tiempo y la experiencia pueden influir positivamente para que la vida sexual sea más plena. Cuanto más seguro se esté de sí mismo, mejor capacitado se puede estar para disfrutar del sexo. Pero a veces el sexo se utiliza como sustituto para alimentar un maltrecho ego. Los desencantos y las frustraciones amorosas pueden llevar a la búsqueda de sexo para paliar la sensación de soledad.
A las personas sin pareja la sensación de vacío puede llevarles a una constante búsqueda de sexo. Van saltando de cama en cama intentando paliar su soledad de esa manera. Quizás en el fondo lo que buscan es cariño y compañía humana, más que placer genital. El miedo al compromiso puede estar jugando un papel importante. Puede ser que no profundicen adecuadamente en sus necesidades y no tengan suficiente conciencia de sus deseos. Tal vez incluso llegan a obsesionarse por su aspecto superficial y consideran que eso las situará en una mejor posición a la hora de ligar.
No queremos decir que la búsqueda de sexo sea algo negativo en todos los casos. El problema surge cuando se confunden las necesidades. Si se desean satisfacer necesidades emocionales más complejas con el sexo, probablemente el objetivo no se verá cumplido. En esos casos, el deseo se convierte en un impulso neurótico. Si la persona no se percata de ello, seguirá actuando del mismo modo, una y otra vez y se sentirá frustrada a pesar de tener una vida sexual aparentemente rica y variada, pero emocionalmente insatisfactoria.
¿Te has visto en alguna situación en la que el sexo era un pretexto para intentar cubrir otras necesidades? ¿Te has sentido vacío o vacía después de encuentros sexuales? ¿Cuándo has terminado de hacer el amor has tenido ganas de salir corriendo?

elmundo.es

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