PATRICIA MATEY
MADRID.- Seguramente usted nunca se lo haya planteado. Pero deténgase un par de minutos a reflexionar si su hijo tiene problemas de conducta y, además, es estreñido. Pues, aunque aparentemente nada tenga que ver una cosa con la otra, lo cierto es que ambos factores están relacionados.
Los comportamientos problemáticos son más frecuentes en los niños y en los adolescentes con estreñimiento funcional que entre los que acuden con 'normalidad' al aseo.
"El estreñimiento funcional en menores es un motivo frecuente de consulta (3% de las visitas al pediatra) y consiste en una alteración en la frecuencia, volumen, consistencia o facilidad de expulsión de heces. Su asociación con problemas de conducta está "descrita en estudios previos en los que se ha indicado que en niños con estreñimiento funcional se observa la existencia de alteraciones del comportamiento. Sin embargo, se desconoce si éstas son consecuencia del problema del estreñimiento o viceversa", comenta Juan José Carballo, psiquiatría infantil de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Ahora nuevos datos se suman a esta evidencia científica. Son los procedentes de una investigación dirigida por Marieke van Dijk, de la Universidad de Amsterdam (Holanda), en la que se constata la elevada prevalencia de problemas emocionales y de comportamiento en los menores que no pueden o no quieren (en algunos casos es el propio niño el que retiene las heces) ir al 'retrete'.
La investigación, publicada en la revista 'Pediatrics', ha contado con la participación de 133 niños y adolescentes holandeses de cuatro a 18 años con estreñimiento funcional del Hospital Infantil Emman. Ninguno de los pacientes había recibido tratamiento psiquiátrico ni psicológico en el año anterior al trabajo.
Tipos de problemas
Los científicos recogieron información sobre los problemas de conducta internalizantes (síntomas de ansiedad y depresión) y los externalizantes (conductas oposicionistas, desafiantes, de hiperactividad y conducta antisocial) a través de un cuestionario que hicieron llegar a los padres.
Los datos revelan que hasta un 36,8% de chicos y chicas estreñidos presentaba problemas de conducta. La duración de su estreñimiento se relacionaba también con un aumento del riesgo de padecer estas alteraciones.
"La presencia de incontinencia fecal y una extensa producción de defecaciones (dos características del estreñimiento) se asoció asimismo con estos problemas, pero sólo con trastornos externalizantes y no con los internalizantes. Los menores con estreñimiento funcional que también presentaban incontinencia urinaria nocturna son los que mayores puntuaciones obtuvieron en comportamiento problemático", aclaran los autores en su investigación.
Para ellos, "la elevada prevalencia de estos trastornos en menores con estreñimiento justifican que el equipo médico que los atiende incorpore al diagnóstico el chequeo de estos trastornos.... Porque aquéllos con problemas de conducta y sus padres podrían beneficiarse de tratamientos como la psicoterapia de comportamiento", defienden los investigadores.
El doctor Carballo cree que pese a los datos hay que destacar algunas limitaciones del estudio. "Debido a su diseño no pueden establecerse relaciones de causalidad. La selección de los pacientes en un hospital hace que los resultados no puedan generalizarse a todos los pacientes con estreñimiento funcional. Por otro lado, la valoración de los trastornos de conducta únicamente a través de un cuestionario y no mediante una entrevista clínica con los propios pacientes es una importante limitación. La obtención de más información, como del funcionamiento escolar, favorecería la obtención de una valoración de la situación socioemocional del menor más completa".
elmundo.es
MADRID.- Seguramente usted nunca se lo haya planteado. Pero deténgase un par de minutos a reflexionar si su hijo tiene problemas de conducta y, además, es estreñido. Pues, aunque aparentemente nada tenga que ver una cosa con la otra, lo cierto es que ambos factores están relacionados.
Los comportamientos problemáticos son más frecuentes en los niños y en los adolescentes con estreñimiento funcional que entre los que acuden con 'normalidad' al aseo.
"El estreñimiento funcional en menores es un motivo frecuente de consulta (3% de las visitas al pediatra) y consiste en una alteración en la frecuencia, volumen, consistencia o facilidad de expulsión de heces. Su asociación con problemas de conducta está "descrita en estudios previos en los que se ha indicado que en niños con estreñimiento funcional se observa la existencia de alteraciones del comportamiento. Sin embargo, se desconoce si éstas son consecuencia del problema del estreñimiento o viceversa", comenta Juan José Carballo, psiquiatría infantil de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Ahora nuevos datos se suman a esta evidencia científica. Son los procedentes de una investigación dirigida por Marieke van Dijk, de la Universidad de Amsterdam (Holanda), en la que se constata la elevada prevalencia de problemas emocionales y de comportamiento en los menores que no pueden o no quieren (en algunos casos es el propio niño el que retiene las heces) ir al 'retrete'.
La investigación, publicada en la revista 'Pediatrics', ha contado con la participación de 133 niños y adolescentes holandeses de cuatro a 18 años con estreñimiento funcional del Hospital Infantil Emman. Ninguno de los pacientes había recibido tratamiento psiquiátrico ni psicológico en el año anterior al trabajo.
Tipos de problemas
Los científicos recogieron información sobre los problemas de conducta internalizantes (síntomas de ansiedad y depresión) y los externalizantes (conductas oposicionistas, desafiantes, de hiperactividad y conducta antisocial) a través de un cuestionario que hicieron llegar a los padres.
Los datos revelan que hasta un 36,8% de chicos y chicas estreñidos presentaba problemas de conducta. La duración de su estreñimiento se relacionaba también con un aumento del riesgo de padecer estas alteraciones.
"La presencia de incontinencia fecal y una extensa producción de defecaciones (dos características del estreñimiento) se asoció asimismo con estos problemas, pero sólo con trastornos externalizantes y no con los internalizantes. Los menores con estreñimiento funcional que también presentaban incontinencia urinaria nocturna son los que mayores puntuaciones obtuvieron en comportamiento problemático", aclaran los autores en su investigación.
Para ellos, "la elevada prevalencia de estos trastornos en menores con estreñimiento justifican que el equipo médico que los atiende incorpore al diagnóstico el chequeo de estos trastornos.... Porque aquéllos con problemas de conducta y sus padres podrían beneficiarse de tratamientos como la psicoterapia de comportamiento", defienden los investigadores.
El doctor Carballo cree que pese a los datos hay que destacar algunas limitaciones del estudio. "Debido a su diseño no pueden establecerse relaciones de causalidad. La selección de los pacientes en un hospital hace que los resultados no puedan generalizarse a todos los pacientes con estreñimiento funcional. Por otro lado, la valoración de los trastornos de conducta únicamente a través de un cuestionario y no mediante una entrevista clínica con los propios pacientes es una importante limitación. La obtención de más información, como del funcionamiento escolar, favorecería la obtención de una valoración de la situación socioemocional del menor más completa".
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