La promesa de vivir con plena seguridad parece quedar atrás. Cada vez son más los habitantes de countries que consultan a psicólogos por el estrés provocado por la ola de robos en barrios cerrados.
La licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastorno de Ansiedad (Ceeta), afirmó que desde septiembre del año pasado aumentaron 40% las consultas de moradores de countries con ansiedad generalizada y trastorno de pánico ocasionado por un violento episodio de inseguridad.
Antonio Gorrini, médico psiquiatra que atiende en Pilar, también coincide en que hay un incremento de pacientes y resalta que hace cinco años no había este tipo de consultas. Además, sostiene que "la sensación que transmiten los pacientes desde el año pasado es distinta de la que transmitían antes, porque los episodios de violencia en countries eran vistos como desafortunados, aleatorios. Pero durante 2009, en los barrios privados hay una sensación de inseguridad que genera estrés y daños frente a la preocupación constante".
Los relatos de los pacientes, generalmente, comienzan explicando que fueron a vivir al country en busca de seguridad y tranquilidad porque hay vigilancia, según Martínez Castro, quien, además, asegura que en su consultorio de Capital no recibe tantas consultas por el tema de la inseguridad.
La médica psiquiatra Graciela Moreschi explica esta idea cuando dice: "El hecho violento rompe la ilusión de protección que tenían los que viven en countries. Sienten que su mundo se resquebraja, y esto puede significar una sensación de vulnerabilidad mucho mayor que la vivida por la gente de Capital o del conurbano, que está preparada psicológicamente o al menos desarrolla defensas para semejante eventualidad".
A la ola de inseguridad que se viene registrando, se sumó un nuevo golpe en las últimas horas. Un ladrón entró en una casa del country Santa Bárbara, en General Pacheco, partido de Tigre, y sorprendió a una empleada doméstica en la cocina. Con un cuchillo la amenazó y le pidió dinero. Luego la violó. Era la tercera vez que robaban esa propiedad.
Muchas de las personas que consultan vivieron una situación real de violencia, física y/o psicológica, o fueron testigos de estas situaciones. También hay gente que a partir de relatos termina presentando síntomas. "Las edades de los pacientes empezaron a variar. Básicamente, son adultos, pero cada vez vienen más niños, o porque viven situaciones de inseguridad o porque ven a los padres temerosos con respecto al tema o por relatos que escuchan", señala Martínez Castro.
"Las víctimas de un hecho violento están expuestas a un estrés postraumático, que será más o menos graves según el grado de violencia de la situación y de la personalidad previa de las personas. Hay individuos que pueden volver a la normalidad y aprender de la experiencia. Otros, en cambio, pueden llegar a desestructurarse, lo que implica una grave consecuencia", dice Moreschi.
Los síntomas del estrés postraumático son gran ansiedad; dificultad para dormirse, para concentrarse; sobresaltarse con facilidad; ataques de ira; entumecimiento emocional; sentimiento de distancia o alienación con respecto a los otros, y pérdida de interés en actividades que solían dar placer. Si estos duran menos de un mes, el diagnóstico posible sería el de trastorno de estrés agudo, que es un estado normal debido a la situación.
Ahora, Moreschi alerta que, si estos se extienden, "se diagnostica trastorno de estrés postraumático, que tiende a causar una angustia importante en la persona e interfiere con su actividad social y vocacional. A veces, ella misma se sorprende actuando de manera impulsiva, mudándose repentinamente o emprendiendo un viaje que apenas ha sido planeado".
La licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastorno de Ansiedad (Ceeta), afirmó que desde septiembre del año pasado aumentaron 40% las consultas de moradores de countries con ansiedad generalizada y trastorno de pánico ocasionado por un violento episodio de inseguridad.
Antonio Gorrini, médico psiquiatra que atiende en Pilar, también coincide en que hay un incremento de pacientes y resalta que hace cinco años no había este tipo de consultas. Además, sostiene que "la sensación que transmiten los pacientes desde el año pasado es distinta de la que transmitían antes, porque los episodios de violencia en countries eran vistos como desafortunados, aleatorios. Pero durante 2009, en los barrios privados hay una sensación de inseguridad que genera estrés y daños frente a la preocupación constante".
Los relatos de los pacientes, generalmente, comienzan explicando que fueron a vivir al country en busca de seguridad y tranquilidad porque hay vigilancia, según Martínez Castro, quien, además, asegura que en su consultorio de Capital no recibe tantas consultas por el tema de la inseguridad.
La médica psiquiatra Graciela Moreschi explica esta idea cuando dice: "El hecho violento rompe la ilusión de protección que tenían los que viven en countries. Sienten que su mundo se resquebraja, y esto puede significar una sensación de vulnerabilidad mucho mayor que la vivida por la gente de Capital o del conurbano, que está preparada psicológicamente o al menos desarrolla defensas para semejante eventualidad".
A la ola de inseguridad que se viene registrando, se sumó un nuevo golpe en las últimas horas. Un ladrón entró en una casa del country Santa Bárbara, en General Pacheco, partido de Tigre, y sorprendió a una empleada doméstica en la cocina. Con un cuchillo la amenazó y le pidió dinero. Luego la violó. Era la tercera vez que robaban esa propiedad.
Muchas de las personas que consultan vivieron una situación real de violencia, física y/o psicológica, o fueron testigos de estas situaciones. También hay gente que a partir de relatos termina presentando síntomas. "Las edades de los pacientes empezaron a variar. Básicamente, son adultos, pero cada vez vienen más niños, o porque viven situaciones de inseguridad o porque ven a los padres temerosos con respecto al tema o por relatos que escuchan", señala Martínez Castro.
"Las víctimas de un hecho violento están expuestas a un estrés postraumático, que será más o menos graves según el grado de violencia de la situación y de la personalidad previa de las personas. Hay individuos que pueden volver a la normalidad y aprender de la experiencia. Otros, en cambio, pueden llegar a desestructurarse, lo que implica una grave consecuencia", dice Moreschi.
Los síntomas del estrés postraumático son gran ansiedad; dificultad para dormirse, para concentrarse; sobresaltarse con facilidad; ataques de ira; entumecimiento emocional; sentimiento de distancia o alienación con respecto a los otros, y pérdida de interés en actividades que solían dar placer. Si estos duran menos de un mes, el diagnóstico posible sería el de trastorno de estrés agudo, que es un estado normal debido a la situación.
Ahora, Moreschi alerta que, si estos se extienden, "se diagnostica trastorno de estrés postraumático, que tiende a causar una angustia importante en la persona e interfiere con su actividad social y vocacional. A veces, ella misma se sorprende actuando de manera impulsiva, mudándose repentinamente o emprendiendo un viaje que apenas ha sido planeado".
Cambios de hábitos
En el caso de los niños, también sufren síntomas, dado que se ponen más agresivos; tienen dificultades para dormir; tienen pesadillas; se resisten a ir al colegio; tienen cefalea, fobia escolar; no quieren estar solos con nenes por temor a que pase algo; se quedan en la casa encerrados; cambian la forma de jugar, dado que repiten la situación traumática a través del juego, según explicó Martínez Castro.
Los chicos, al igual que los padres, se verán afectados según la personalidad de base y, sobre todo, del impacto que este hecho haya tenido en los padres. No es lo mismo si los adultos se desestructuran o si responden con capacidad de reparación de lo dañado, según explica la médica psiquiatra. Por eso, recomienda que los padres les hablen a sus hijos sin dramatizar.
"Es fundamental que las víctimas no queden con absoluta vulnerabilidad, en cuyo caso deberán comenzar una terapia de manera urgente", indica Moreschi.
El tratamiento suele durar entre unos pocos meses y un año. "El objetivo final siempre es que el paciente recupere la calidad de vida anterior al tratamiento", asegura la directora del Ceeta. ROBOS EN 2010
Martindale Country Club, Derqui. Un delincuente irrumpió en una casa del barrio y robó mientras sus dueños dormían.
CUBA, sede Fátima, Pilar. Un grupo de ladrones encapuchados entraron en horas de la madrugada en dos casas.
Los Lagartos Country Club, Del Viso. Asaltantes encapuchados ingresaron en una propiedad y robaron 70.000 dólares.
Highland Park Country Club, Del Viso. Ingresaron ladrones en una vivienda, mientras sus propietarios estaban de vacaciones. Se llevaron 20.000 pesos.
Country Santa Bárbara, General Pacheco. Un grupo de delincuentes robó una consola de videojuegos y una computadora portátil en una casa cuyos dueños estaban de vacaciones. En otro caso, un hombre entró en una casa y abusó de una empleada doméstica.
Buenos Aires Golf Club, Bella Vista. Se detuvo a un grupo de ladrones armados en la puerta del barrio privado.
Barrio Privado Santa Catalina, Benavídez. Varios hombres atacaron a un hombre cuando abría la puerta de su casa y le robaron 40.000 pesos:
Club de Campo Grand Bell, City Bell. Unos delincuentes ingresaron en una vivienda por una ventana, cuando la familia dormía.
En el caso de los niños, también sufren síntomas, dado que se ponen más agresivos; tienen dificultades para dormir; tienen pesadillas; se resisten a ir al colegio; tienen cefalea, fobia escolar; no quieren estar solos con nenes por temor a que pase algo; se quedan en la casa encerrados; cambian la forma de jugar, dado que repiten la situación traumática a través del juego, según explicó Martínez Castro.
Los chicos, al igual que los padres, se verán afectados según la personalidad de base y, sobre todo, del impacto que este hecho haya tenido en los padres. No es lo mismo si los adultos se desestructuran o si responden con capacidad de reparación de lo dañado, según explica la médica psiquiatra. Por eso, recomienda que los padres les hablen a sus hijos sin dramatizar.
"Es fundamental que las víctimas no queden con absoluta vulnerabilidad, en cuyo caso deberán comenzar una terapia de manera urgente", indica Moreschi.
El tratamiento suele durar entre unos pocos meses y un año. "El objetivo final siempre es que el paciente recupere la calidad de vida anterior al tratamiento", asegura la directora del Ceeta. ROBOS EN 2010
Martindale Country Club, Derqui. Un delincuente irrumpió en una casa del barrio y robó mientras sus dueños dormían.
CUBA, sede Fátima, Pilar. Un grupo de ladrones encapuchados entraron en horas de la madrugada en dos casas.
Los Lagartos Country Club, Del Viso. Asaltantes encapuchados ingresaron en una propiedad y robaron 70.000 dólares.
Highland Park Country Club, Del Viso. Ingresaron ladrones en una vivienda, mientras sus propietarios estaban de vacaciones. Se llevaron 20.000 pesos.
Country Santa Bárbara, General Pacheco. Un grupo de delincuentes robó una consola de videojuegos y una computadora portátil en una casa cuyos dueños estaban de vacaciones. En otro caso, un hombre entró en una casa y abusó de una empleada doméstica.
Buenos Aires Golf Club, Bella Vista. Se detuvo a un grupo de ladrones armados en la puerta del barrio privado.
Barrio Privado Santa Catalina, Benavídez. Varios hombres atacaron a un hombre cuando abría la puerta de su casa y le robaron 40.000 pesos:
Club de Campo Grand Bell, City Bell. Unos delincuentes ingresaron en una vivienda por una ventana, cuando la familia dormía.
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