miércoles, 10 de febrero de 2010

Mitos y verdades sobre la actividad sexual y los problemas del corazón

“Después de hacer el amor, tuvo convulsiones y falleció en mis brazos”. El relato de la modelo Liz Solari sobre los últimos minutos de vida de su novio, Leonardo Verhagen, que falleció por un paro cardíaco a los 28 años, hizo revivir uno de los fantasmas que más desvelan a hombres y mujeres: el de sufrir un paro cardíaco en pleno acto sexual: ¿Puede alguien infartarse sólo por su vigoroso desempeño en la cama? ¿Los pacientes con una enfermedad cardiovascular pueden tomar Viagra? Aquí, mitos y verdades sobre los problemas cardíacos, el sexo y el consumo de medicamentos.
Sexo y riesgo de infarto.
Hacer el amor equivale a una actividad física de moderada a liviana: es como caminar un kilómetro y medio en 15 minutos. Los expertos aseguran que el riesgo de sufrir un infarto en pleno acto sexual es bastante pequeño y no supera el 1%. “En el caso de los pacientes cardíacos, el consejo es que se hagan una ergometría o prueba de esfuerzo para ver qué actividad física pueden realizar en un marco de seguridad para su corazón”, dijo Enrique Gurfinkel, jefe de la Unidad Coronaria de la Fundación Favaloro. Se recomienda que a partir de los 40 años hombres y mujeres se realicen un control médico anual para ver cómo está su corazón; también los jóvenes con antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular.
Después de un ataque cardíaco.
Tras un evento coronario, mucha gente teme volver a tener relaciones sexuales. Lo cierto es que, por lo general, un paciente puede retomar la actividad sexual entre dos y seis semanas después del paro cardíaco, siempre que introduzca algunos cambios en su estilo de vida (dejar de fumar, seguir una dieta sana y hacer ejercicio). “El gasto energético del sexo es escaso: si la persona puede subir dos pisos por escalera sin síntomas de agitación o dolor en el pecho, puede tener relaciones sin preocupaciones. Más aún, si lo lleva a cabo con una pareja estable”, explicó el sexólogo León Gindín, profesor titular de Sexualidad y Salud de la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
Viagra y corazón.
Cuando en 1998 salió al mercado el sildenafil (nombre técnico del Viagra) la muerte de seis hombres que lo habían tomado sin atender las contraindicaciones generó el mito de que puede causar problemas cardíacos. Sin embargo, los expertos aseguran que no está demostrado que el Viagra ocasione eventos coronarios, aun en enfermos del corazón. Según Gurfinkel, la única contraindicación es si este medicamento se consume mezclado con nitratos o nitritos (vasodilatadores): la combinación causa una bajada extrema de la presión arterial que puede causar la muerte. Por eso se recomienda tomar la “pastilla azul” sólo con prescripción médica e informar al profesional todos los medicamentos que se están consumiendo.
Sexo, drogas y alcohol.
El Viagra es un vasodilatador, por lo cual es incorrecto pensar que si se toman dos o tres pastillas juntas mejorará el rendimiento sexual. “Como permanece 72 horas en la sangre, el riesgo de tomar varias pastillas juntas es que se potencian sus efectos secundarios, como enrojecimiento de la cara, acidez gástrica y baja de la presión arterial”, dijo Gindín. Se recomienda no mezclarlo con alcohol (un depresor del sistema nervioso central) ni con otras drogas psicoactivas, como el nitrito de amilo, (conocido como popper) porque puede provocar problemas respiratorios o cardíacos.
diarioperfil.com.ar

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