jueves, 4 de febrero de 2010

'El bótox se usa medicamente en el 50% de los casos'

LAURA TARDÓN
MADRID.- Probablemente sea la técnica estética antienvejecimiento más utilizada en todo el mundo y es posible que "tampoco exista un fármaco con tantas aplicaciones médicas". La toxina botulínica (o el bótox) lleva más de 25 años utilizándose en distintas especialidades de la medicina, como Oftalmología, Neurología o Dermatología. Sus virtudes las conoce muy bien Ricardo Ruiz Rodríguez (Madrid, 1963), autor de numerosos trabajos científicos y jefe de Dermatología de la Clínica Ruber de Madrid.
Pregunta.- ¿Cuáles son los usos más importantes del bótox?
Respuesta.- En España, más del 50% de las aplicaciones son por indicaciones médicas. En Dermatología la utilizamos mucho para la hiperhidrosis, es decir, para aquellas personas con sudoración excesiva. La toxina actúa sobre las glándulas sudoríparas, disminuyendo así la producción de sudor de forma rápida y segura durante ocho o nueve meses. La aplicamos en axilas, manos, pies, cuero cabelludo, espalda...
P.- ¿Qué aplicaciones tiene en otras especialidades médicas?
R.- Se usa con frecuencia en personas que tienen parálisis facial por un tumor o una cirugía. Hay muchas enfermedades que responden a la toxina, como las distonías, que son movimientos no controlados de los músculos (por ejemplo, los tics de los párpados). El bótox se inyecta en la musculatura que produce esta contracción involuntaria y se relaja, facilitando así el movimiento en casos de espasmos y trombosis cerebrales. También cumple una importante función en el tratamiento del estrabismo y en el manejo del dolor. Además, ayuda en el abordaje de determinadas alteraciones de la vegija, fisuras anales...
P.- Existe
cierta polémica en cuanto a la idoneidad de inyectar la toxina en distintas partes de la cara. ¿Dónde está permitido?
R.- Hasta ahora, en España sólo hay una toxina indicada para fines estéticos y está aprobada para las arrugas de expresión de la zona del entrecejo. Sin embargo, está demostrado científicamente que se puede inyectar de forma segura y eficaz en otra musculatura de la cara, como la implicada en las patas de gallo. El uso de fármacos en patologías que no están incluidas entre las indicaciones se hace de forma habitual en Medicina, por ejemplo, con aspirina y su papel en la prevención de trombos.
P.- Se van a aprobar dos nuevas toxinas en España con fines estéticos, ¿qué novedades aportarán?
R.- Los estudios dicen que no hay gran diferencia entre ellas. De hecho, equiparando las dosis de forma adecuada se podrán conseguir resultados similares. El hecho de que aparezcan nuevas toxinas es bueno para todos. Significa que la técnica tiene gran futuro.
P.- Una de las confusiones más habituales es creer que el bótox es un relleno. ¿Actúa como tal?
R.- La toxina no rellena ninguna arruga. Lo que hace es relajar el músculo para conseguir eliminar un tipo determinado de arrugas, no todas; sólo las de expresión, que se producen por contracción muscular, como las situadas en el entrecejo. Para tratar las que son estáticas (es decir, las originadas por el envejecimieno), hay que utilizar otras técnicas como los rellenos.
P.- Se habla mucho de los efectos secundarios y del mal uso de la técnica. ¿Cuáles son las principales complicaciones?
R.- La mayor parte de los riesgos derivan de una mala técnica. La caída del párpado es el más temido. La asimetría de las cejas y la boca también son un posible riesgo. La buena noticia es que estas complicaciones se pueden controlar y, si no, se resolverán espontáneamente. Además, si aparecen hematomas, en cuatro o cinco días desaparecen.
P.- ¿Qué requisitos debe cumplir el profesional responsable?
R.- Los efectos secundarios y el resultado natural dependen, fundamentalmente, de la experiencia y la capacidad del médico que inyecta la toxina. Es muy importante que éste tenga un profundo conocimiento de la anatomía de los músculos de la cara, un buen manejo de la toxina y de las posibles complicaciones.

elmundo.es

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