En la Argentina, la idea de “cuidarse” no responde a una conducta, sino a un discurso que no se lleva a la práctica, o que es llevado de modo espasmódico. Los argentinos nunca se cuidaron. Los datos comparativos de obesidad permiten ver que está en aumento.
El 25% de la gente tiene colesterol y el 33% es hipertensa. Por eso, no es una buena señal que la gente no se cuide, aunque sí es alentador que la gente deje de hacer dietas.
¿Por qué?
Porque uno entra y sale de las dietas de un modo compulsivo –cuando uno se asusta porque llega el verano o porque se vio la panza- y en cambio una modificación en los hábitos alimenticios es para siempre.
Ahora bien: no podemos culpabilizar a la gente por que no haga dietas. La industria genera productos cada vez más ricos, los publicita cada vez más y los muestra en kioscos y supermercados de modo cada vez más atractivo.
En segundo lugar, el ser humano está preparado para defenderse de la carencia, no de la abundancia, de ahí que tienda a comer de más antes que de menos.
En tercer lugar, nadie limita la publicidad de productos engordantes para chicos.
Y, por último, hay una inacción del Estado, que no regula el problema de la obesidad con el mismo ímpetu que usa para actuar ante epidemias como la gripe o el dengue. Cada año mueren diez veces más personas por obesidad que por gripe y dengue juntos. Pero hasta el momento, lamentablemente, éste no parece ser un tema relevante.
Dr. Alberto Cormillot.
criticadigital.com
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