sábado, 6 de febrero de 2010

Los celos: sexuales en ellos, afectivos en ellas

NURIA BAENA
MADRID.- ¿Existen diferencias en los elementos que desencadenan los celos de hombres y mujeres? Diversos estudios han revelado que, por lo general, los varones son más intransigentes ante la infidelidad sexual que frente a la emocional, mientras que las mujeres perdonan antes los deslices carnales que los que implican sentimientos. Un estudio, publicado en la revista
'Psychological Science' indica que estas diferencias van más allá de los géneros y las teorías evolutivas y están más relacionadas con el tipo de vínculo (sexual o afectivo) por el que se rigen los miembros de la pareja.
El motivo de que a la mayoría de los hombres les ponga más celoso una traición sexual que una sentimental se explica, según muchas investigaciones, por razones evolutivas. Según éstas, los varones habrían desplegado durante miles de años una vigilancia extrema sobre el comportamiento sexual de su pareja debido a la imposibilidad de estar seguros al 100% de la paternidad de los hijos. Por su parte, las mujeres habrían estado más preocupadas de que su compañero se comprometiese en la crianza de la familia.
Sin embargo, los psicólogos científicos Kenneth Levy y Kristen Kelly, autores del nuevo estudio, y miembros de la Universidad Estatal de Pennsylvania (EEUU), han puesto en duda esta explicación, debido al gran número de varones que, al igual que la mayoría de las mujeres, encuentran más angustiosa la traición emocional que la sexual.
Para realizar su trabajo los especialistas contaron con una muestra de 416 individuos (99 hombres y 317 mujeres) a los que sometieron a una serie de cuestionarios y pruebas para valorar ante qué tipo de infidelidad se sentirían más heridos. Además, también se determinó el nivel de vinculación o de implicación emocional de los participantes en las relaciones románticas.
Al analizar los datos, los científicos observaron que mientras un 53,5% de los hombres se sentía más angustiado ante una traición sexual que por una sentimental, un 75,7% de las mujeres se mostró más preocupada por las infidelidades sentimentales que por las carnales.
Grado de confianza
Además, los especialistas llegaron a la conclusión de que el grado de confianza en la pareja y los lazos emocionales establecidos entre sus miembros determinaban la vulnerabilidad, tanto de hombres como de mujeres, respecto a una u otra clase de traición.
Mientras algunas personas establecen relaciones basadas en la seguridad otras tienden a rehuir la necesidad de establecer vínculos estrechos. Los psicólogos consideran esta confianza en sí mismos, casi compulsiva, como una estrategia defensiva contra la vulnerabilidad que les provocarían unos sentimientos profundamente arraigados.
Al analizar los cuestionarios, los autores llegaron a la conclusión de que quienes anteponían su autonomía frente al compromiso (mayoritariamente hombres), se mostraban más angustiados por las infidelidades sexuales que por las emocionales, mientras que las mujeres y hombres que se entregaban de forma estable a las relaciones, revelaban un mayor sufrimiento ante una traición afectiva que a causa de una infidelidad carnal.
"Aunque las diferencias entre géneros existen claramente en los celos los contrastes dentro del mismo sexo sugieren la existencia de procesos adicionales más allá del modelo propuesto de inversión parental [por razones evolutivas]", concluyen los autores.
Los celos, termómetro de la pareja
Por su parte, Mónica Pereira, psicóloga del gabinete Haztúa Psicología Positiva, ha explicado a ELMUNDO.ES que las mujeres se quejan en consulta en mayor proporción que los hombres de que su pareja ha tenido relación con otra persona. Esta especialista considera que los celos, más que causa, son síntoma de que una pareja 'marcha' mal o de que existe una relación de dependencia respecto a la otra persona.
"Los celos son señal de inseguridad y el que los siente suele tener incertidumbre respecto a la relación", aclara. "Hay quien se pone celoso de una mirada o de una no mirada. Todos podemos sentir celos y estos pueden motivarnos a cuidar más de la relación, pero cuando se convierten en el centro pasan a ser un problema y signo de que la pareja no funciona", expone Pereira.

elmundo.es

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