Lejos, lejísimo, quedaron aquellos tiempos en que el consumo de Viagra era vergonzante. Ahora la novedad es que muchos varones jóvenes y sin problemas de disfunción eréctil dejaron de tomar la mágica pastilla a escondidas y empezaron a usarla a pedido de sus parejas. Es una tendencia que parece estar volviéndose cada vez más común, según confirmaron a Clarín diferentes sexólogos.
"Las mujeres tienen hoy otras demandas, exigencias, necesidades y conocimientos. Y saben que si su pareja toma Viagra van a poder aguantar 2 o 3 rounds, que van a durar más y que van a tener una erección más prologada", enumeró Adrián Sapetti, sexólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.
Diana Resnicoff, psicóloga y sexóloga clínica, atiende habitualmente en su consultorio mujeres que reconocen que impulsan a sus parejas a consumir Viagra. "Son mujeres de 35 para arriba con parejas jóvenes que carecen de problemas orgánicos. Ellas saben que la pastilla permite que la autoestima de ellos suba y que los hará sentirse más tranquilos. Y, así, ellas van a tener más tiempo para alcanzar el orgasmo, o a veces incluso varios orgasmos". El miércoles pasado, día en que Clarín la entrevistó, Resnicoff acababa de atender a una pareja. "Ella es un bombón pero él tiene problemas en el trabajo y eso repercute en su vida sexual. Por eso, ella lo alentó a que tomara la pastilla y viniera a la consulta", recordó la especialista.
Esther Buchholz, licenciada en Psicología y especialista en sexualidad, apuntó: "El acto amoroso deviene de una relación de amor, no de la cantidad de veces que mi pareja esté erecta. Puede estar ocurriendo que el varón ya no tenga más ganas de seguir pero lo estén obligando a continuar".
De acuerdo a Buchholz, una de las razones que pueden estar llevando a algunas mujeres a impulsar a sus parejas a tomar la pastilla es que "si eyacula precozmente, él de todas maneras va a poder seguir prolongando el acto sexual y tratando de que ella llegue al orgasmo".
Para Guillermo Vilaseca, psicólogo especialista en masculinidad, lo novedoso es "que la mujer va al frente y manifiesta su deseo de pasarla bien. Las mujeres de esta generación, en general, no se resignan: quieren llegar sí o sí al orgasmo".
Irene Meler, coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, no condena que algunas mujeres les pidan a los varones que tomen Viagra. Pero subrayó: "Hay una actitud voraz por conseguir, en lo inmediato, el máximo de placer".
Pregunta: ¿Puede una simple pastilla transformar a un varón en un hábil amante?
Los especialistas coinciden en que no. Pero Buchholz apuntó: "También es cierto que un gran amante podrá sacar mejor partido de sus cualidades gracias a la medicación".
Otra pregunta: ¿No hiere la autoestima de las mujeres que sus parejas tomen Viagra para tener sexo con ellas?
Parece que no es algo que debería ocurrir. "En mis tiempos, ante algún contratiempo, algunas mujeres decíamos 'ya no te excito'. Pero ahora las mujeres saben que para que la pastilla haga efecto debe haber deseo, que el varón tiene que tener ganas de estar con ella", dijo la licenciada Buchholz.
Los números, también en alza
"Cada vez se ven más mujeres que van a la farmacia y no tienen ninguna vergüenza de llevar Viagra. La desinhibición que tienen al pedirlo es absoluta", describió a Clarín Marcelo Peretta, directivo del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal.
20
millones de pastillas de productos contra la disfunción eréctil se venden por año en la Argentina, según cifras de la industria farmacéutica.
5,46
pesos cuesta cada pastilla en la presentación de 0,50 miligramos de una de las marcas más económicas de Sildenafil masticable.
56
marcas diferentes de Sildenafil (principio activo del Viagra) se comercializan en el país. Es la cantidad más alta de América Latina.
30
por ciento de los que consumen Viagra son menores de edad. Muchos jóvenes usan el fármaco para tener un debut sexual sin contratiempos.
Los argentinos, "dependientes psicológicos"
El alto consumo de Viagra en la Argentina generó un fenómeno que es seguido con atención por los especialistas: aquí hay cada vez más hombres jóvenes que no pueden tener sexo si no toman la pastilla.
Así es, en el país ya hay adictos a este fármaco. Muchos hombres comenzaron a consumirlo regularmente porque creen que permite mejorar el handicap en la cama y obtener una erección más firme. Y terminaron sufriendo de "dependencia psicológica".
Según los expertos, como en cualquier adicción, la persona se termina volviendo "esclava". "Se desespera si no tiene la pastilla y directamente no puede funcionar", explicó el sexólogo Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.
De acuerdo con los laboratorios que lo comercializan, no hace mal enviciarse con el Viagra. Eso sí: siempre es mejor abstenerse de tomarlo junto con otra medicación.
Otro riesgo a tener en cuenta es que el consumo cotidiano de este fármaco puede terminar tapando una dolencia real. Un problema de erección, por ejemplo, podría ocultar hipertensión o azúcar alto en sangre. Inconvenientes que debe tratar un médico.
clarin.com
"Las mujeres tienen hoy otras demandas, exigencias, necesidades y conocimientos. Y saben que si su pareja toma Viagra van a poder aguantar 2 o 3 rounds, que van a durar más y que van a tener una erección más prologada", enumeró Adrián Sapetti, sexólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.
Diana Resnicoff, psicóloga y sexóloga clínica, atiende habitualmente en su consultorio mujeres que reconocen que impulsan a sus parejas a consumir Viagra. "Son mujeres de 35 para arriba con parejas jóvenes que carecen de problemas orgánicos. Ellas saben que la pastilla permite que la autoestima de ellos suba y que los hará sentirse más tranquilos. Y, así, ellas van a tener más tiempo para alcanzar el orgasmo, o a veces incluso varios orgasmos". El miércoles pasado, día en que Clarín la entrevistó, Resnicoff acababa de atender a una pareja. "Ella es un bombón pero él tiene problemas en el trabajo y eso repercute en su vida sexual. Por eso, ella lo alentó a que tomara la pastilla y viniera a la consulta", recordó la especialista.
Esther Buchholz, licenciada en Psicología y especialista en sexualidad, apuntó: "El acto amoroso deviene de una relación de amor, no de la cantidad de veces que mi pareja esté erecta. Puede estar ocurriendo que el varón ya no tenga más ganas de seguir pero lo estén obligando a continuar".
De acuerdo a Buchholz, una de las razones que pueden estar llevando a algunas mujeres a impulsar a sus parejas a tomar la pastilla es que "si eyacula precozmente, él de todas maneras va a poder seguir prolongando el acto sexual y tratando de que ella llegue al orgasmo".
Para Guillermo Vilaseca, psicólogo especialista en masculinidad, lo novedoso es "que la mujer va al frente y manifiesta su deseo de pasarla bien. Las mujeres de esta generación, en general, no se resignan: quieren llegar sí o sí al orgasmo".
Irene Meler, coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, no condena que algunas mujeres les pidan a los varones que tomen Viagra. Pero subrayó: "Hay una actitud voraz por conseguir, en lo inmediato, el máximo de placer".
Pregunta: ¿Puede una simple pastilla transformar a un varón en un hábil amante?
Los especialistas coinciden en que no. Pero Buchholz apuntó: "También es cierto que un gran amante podrá sacar mejor partido de sus cualidades gracias a la medicación".
Otra pregunta: ¿No hiere la autoestima de las mujeres que sus parejas tomen Viagra para tener sexo con ellas?
Parece que no es algo que debería ocurrir. "En mis tiempos, ante algún contratiempo, algunas mujeres decíamos 'ya no te excito'. Pero ahora las mujeres saben que para que la pastilla haga efecto debe haber deseo, que el varón tiene que tener ganas de estar con ella", dijo la licenciada Buchholz.
Los números, también en alza
"Cada vez se ven más mujeres que van a la farmacia y no tienen ninguna vergüenza de llevar Viagra. La desinhibición que tienen al pedirlo es absoluta", describió a Clarín Marcelo Peretta, directivo del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal.
20
millones de pastillas de productos contra la disfunción eréctil se venden por año en la Argentina, según cifras de la industria farmacéutica.
5,46
pesos cuesta cada pastilla en la presentación de 0,50 miligramos de una de las marcas más económicas de Sildenafil masticable.
56
marcas diferentes de Sildenafil (principio activo del Viagra) se comercializan en el país. Es la cantidad más alta de América Latina.
30
por ciento de los que consumen Viagra son menores de edad. Muchos jóvenes usan el fármaco para tener un debut sexual sin contratiempos.
Los argentinos, "dependientes psicológicos"
El alto consumo de Viagra en la Argentina generó un fenómeno que es seguido con atención por los especialistas: aquí hay cada vez más hombres jóvenes que no pueden tener sexo si no toman la pastilla.
Así es, en el país ya hay adictos a este fármaco. Muchos hombres comenzaron a consumirlo regularmente porque creen que permite mejorar el handicap en la cama y obtener una erección más firme. Y terminaron sufriendo de "dependencia psicológica".
Según los expertos, como en cualquier adicción, la persona se termina volviendo "esclava". "Se desespera si no tiene la pastilla y directamente no puede funcionar", explicó el sexólogo Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana.
De acuerdo con los laboratorios que lo comercializan, no hace mal enviciarse con el Viagra. Eso sí: siempre es mejor abstenerse de tomarlo junto con otra medicación.
Otro riesgo a tener en cuenta es que el consumo cotidiano de este fármaco puede terminar tapando una dolencia real. Un problema de erección, por ejemplo, podría ocultar hipertensión o azúcar alto en sangre. Inconvenientes que debe tratar un médico.
clarin.com
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