jueves, 21 de enero de 2010

Descubren una civilización avanzada en el Amazonas

A mediados de los 80, el doctor Alceu Ranzi, geólogo y paleontólogo de la Universidad de Acre, miraba por la ventanilla de un avión esa deforestada zona del oeste del Amazonas, cuando lo descubrió: un círculo doble, que parecía grabado en la tierra. En 1999, en otro vuelo comercial, avistó otra gigantesca estructura similar. Se acordó de las líneas de Nazca. Y cayó en la cuenta de que sólo una civilización avanzada podía haber tallado formas geométricas tan perfectas. Ahora, esa civilización precolombina desconocida intriga a los arqueólogos de todo el mundo.
Algunas de esas estructuras habían sido descubiertas en 1977 por el profesor Ondemar Dias. Pero únicamente desde el aire, ya mediante sobrevuelos, Ranzi pudo percibir la real dimensión y extensión del hallazgo. Era evidente que, como los de Nazca, se trataba de geoglifos: grandes diseños labrados en el suelo -geométricos, zoomorfos o antropomorfos-, que pueden ser mejor observados desde lo alto, y a veces sólo así.
La tala y la tecnología de Google Earth permitieron detectar 210 geoglifos en 200 sitios, en una franja de 250 kilómetros por 10 kilómetros de ancho, a lo largo de la ruta BR-317. En esa zona cercana a Bolivia -el alto río Purús, importante afluente del Amazonas-, "se desarrolló ganadería, pero bajo la selva podría haber muchos geoglifos más", reveló Ranzi a Clarín.
Se trata de prolijas zanjas o fosos de 1 a 4 metros de profundidad, y 11 a 12 metros de ancho. Los hay de diferentes formatos y diseños: círculos, cuadrados, rectángulos, figuras compuestas, rectas, paralelas. Las cunetas están reforzadas por muros en ambos márgenes, construidos con la tierra de la excavación. Además, las figuras están conectadas entre sí por lo que parecen ser "caminos: dos líneas paralelas, más elevadas, como si estuvieran protegidos", describe Ranzi.
¿Qué función cumplieron los fosos?
En algunos casos, tal vez defensiva, ya que en otras zonas de Brasil hay evidencias de que hubo levas de esclavos. Otros, dentro de los muros, quizá sirvieron "como reservas de agua para productos básicos, como peces, tortugas y almejas", señala el profesor Martti Pärssinen, del Instituto Iberoamericano de Finlandia, quien comparte la investigación con Ranzi y con Denise Schaan, de la Universidad Federal de Pará (Brasil). Pero además, "su perfecta geometría habla de su significado simbólico", destacan los investigadores en un artículo recién publicado en Antiquity.
El dominio de la geometría y las dimensiones de los geoglifos -hay círculos de hasta 300 metros de diámetro- revelan algo más fascinante, y que revoluciona la historia del Amazonas: "Se creía que sólo hubo cazadores y recolectores, nómades. Pero por el número y el tamaño de las estructuras, tenían que ser sedentarios y organizados, haciendo trabajos en cooperación", deduce Ranzi. Calcula que, al menos en los sitios descubiertos, la población rondaba las 70.000 personas.
Es poco lo que se extrajo hasta ahora: alfarería, utensilios de piedra y carbón, que permitieron datar en el año 1270 el fin de esta civilización, que habría permanecido en la zona desde un milenio antes. Ahora, los investigadores buscan dar a conocer su hallazgo, "para que el progreso no dañe esos monumentos históricos -alerta Ranzi-. Posiblemente pueda desarrollarse en el área una industria turística sustentable, como en Nazca, basada en los sobrevuelos".
El paso siguiente será el trabajo de campo, excavar para identificar cocinas, cementerios o enterramientos. En el Amazonas, la humedad y el calor destruyen los restos orgánicos (textiles, cestos, objetos de madera y de cuero); por eso, para descifrar su contexto intervendrá un equipo multidisciplinario de expertos en paleoclima, paleobotánica, palinología (estudio del polen y las esporas), geografía y geomorfología.
¿No había selva cuando existía esa civilización? ¿O la talaron, como hicieron los mayas? ¿Cómo vivieron? "No sabemos quiénes fueron. Hasta ahora -confiesa Ranzi- hay más preguntas que respuestas".
Otras imágenes desde el aire
Conocidos como "las líneas de Nazca", los geoglifos de Nazca y Palma fueron descubiertos en 1926. Son 30 formas animales, vegetales y humanas, y más de 200 figuras geométricas, trazadas a 30 centímetros de profundidad. Fueron realizadas por la cultura Nazca (0-800 d.C.) en la pampa de Jumana (Perú), a 330 metros sobre el nivel del mar, una de las zonas más secas del mundo.
Se cree que formaron un paisaje ritual para propiciar la invocación del agua. Sin embargo, dieron lugar a hipótesis disparatadas, que incluyeron a visitantes extraterrestres.
clarin.com

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