jueves, 16 de febrero de 2012

Los riesgos de aliviar el dolor muscular con agua fría

Agua en bañera
Sumergirse en un baño de agua fría después del ejercicio puede aliviar el dolor y la rigidez muscular pero no es claro si es una estrategia segura para el organismo, afirman expertos.
El agua fría sí alivia el dolor e inflamación muscular pero puede causar una respuesta de choque.
Los investigadores del Centro Cochrane del Reino Unido llevaron a cabo una revisión de 17 estudios en los que habían participado 366 personas.
Según los investigadores, no hay suficiente evidencia que apoye el uso extendido de la técnica.
Y puede haber mejores formas de aliviar la rigidez muscular, agregan, por ejemplo, una carrera corta y ligera o sumergirse en un baño de agua templada.
La estrategia de sumergirse en agua fría o helada, una técnica llamada crioterapia, se usa para reducir la inflamación, rigidez y dolor que se producen después del uso muscular intensivo.
Se trata del llamado dolor muscular de aparición tardía (DMAT), el cual suele aparecer al día siguiente de haber realizado el ejercicio.
La técnica comenzó con los deportistas de élite pero cada vez es más popular entre los atletas aficionados.
Se dice que la inmersión en agua fría reduce la inflamación muscular y sus efectos asociados.
Los investigadores del Cochrane querían comprobar si existe evidencia clínica que apoye estas afirmaciones y si la técnica realmente funciona o es dañina.

No para todos

En los ensayos clínicos que revisaron se había pedido a los participantes que se sumergieran en una bañera o recipiente con agua fría después de correr, andar en bicicleta o realizar un entrenamiento de resistencia.
En la mayoría de los ensayos los sujetos pasaron entre 5 y 24 minutos en agua que tenía una temperatura de entre 10 y 15º C, aunque en algunos casos la temperatura era más baja o se pidió a los participantes que salieran y entraran del agua en períodos establecidos.
En los estudios que compararon la inmersión en agua fría con el descanso o con no hacer nada para aliviar el dolor se encontró que con la inmersión hubo una "reducción significativa" en el dolor muscular hasta cuatro días después de haber hecho ejercicio.
Pero muy pocos estudios compararon la inmersión con otras estrategias, por lo cual, dicen los investigadores, es muy prematuro afirmar que ésta es la mejor estrategia para el dolor de extremidades.
"Encontramos cierta evidencia de que sumergirse en agua fría después del ejercicio puede reducir el dolor muscular, pero sólo se comparó con el descanso o con no hacer nada" explica el doctor Chris Bleakley, quien dirigió el estudio.
Y tampoco se estudiaron los riesgos de esta terapia.
Tal como explica el doctor Bleakley "es importante considerar que la inmersión en agua fría induce cierto grado de choque en el organismo".
"Necesitamos asegurar que la gente no se ponga en riesgo, especialmente si se están exponiendo a agua muy fría durante períodos prolongados" agrega.
Leoni Dawson, asesora de la Sociedad Colegiada de Fisioterapia, afirma que "esta estrategia no es recomendable para todos. Si alguien sufre un trastorno cardíaco subyacente el choque puede ser perjudicial".
"Y en una persona con síndrome de Raynaud -un problema de la circulación- podría tener un efecto devastador".
Según la experta, en general, colocarse algo frío en la piel para reducir el dolor o inflamación es seguro.
"Esto forma parte de las directrices para el tratamiento de las lesiones de tejido blando: protección, reposo, enfriamiento, compresión y elevación".
"Pero también hay que recordar que algunas de las compresas de gel frías que se venden en el mercado pueden llegar a temperaturas de menos 20º, y si la persona se va a dormir con ellas puede sufrir una quemadura de hielo bastante fea" agrega la experta.
bbc.co.uk

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