miércoles, 10 de febrero de 2010

Los hábitos de la madre influyen en el primer año de desarrollo del hijo

CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Los hijos de madres fumadoras, que no toman ácido fólico, hipertensas o con el hematocrito alto son más propensos a crecer por debajo de lo normal durante el primer trimestre del embarazo. Este fenómeno, según un trabajo publicado en '
JAMA', tiene consecuencias a largo plazo para la salud de los niños.
Durante los tres primeros meses de gestación tiene lugar el desarrollo de los principales órganos del cuerpo. "Los cambios adaptativos ocasionados por un ambiente adverso podrían afectar a la estructura, fisiología y función de algunos de ellos provocando una restricción del crecimiento fetal", señala el artículo.
La longitud del embrión –medida entre la cabeza y las nalgas- se utiliza para calcular la edad fetal. Si se conoce el momento de la fecundación, es posible saber si el crecimiento del niño se está produciendo a un ritmo normal o no, en función de si su altura se corresponde con la esperada para ese momento de la gestación.
Un desarrollo anormalmente lento es una señal de alarma ya que es más probable que el niño nazca de forma
prematura o con bajo peso, factores que complican su salud. Hay varios factores maternos que influyen en la salud del recién nacido pero se desconoce si afectan también a los compases iniciales del embarazo.
Una forma de predecir cuándo habrá problemas
Un grupo de investigadores del Centro Médico Erasmus (Rotterdam, Holanda) seleccionó a 1.400 mujeres embarazas de las que se conocía la longitud fetal, el día de la fecundación y a cuyos hijos se les realizó un seguimiento postnatal. Además de estos datos, los autores recabaron información acerca de los factores de riesgo maternos (tabaco, alcohol, uso de ácido fólico, tensión arterial, hematocrito, etnia y otros rasgos socioeconómicos).
Los análisis revelaron que las madres con hipertensión, el hematocrito alto, que fumaban o que no habían tomado suplementos de folato tenían más riesgo de que sus hijos crecieran por debajo de lo normal durante los tres primeros meses de gestación. Una baja longitud fetal estaba asociada a su vez con un aumento del riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y un tamaño pequeño para la edad gestacional.
Los recién nacidos en estas condiciones experimentan durante los dos primeros años de vida un desarrollo compensatorio. Su tasa de crecimiento supera los valores normales, "un conocido factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular y el síndrome metabólico en la edad adulta", señalan los autores.
"Las múltiples asociaciones descritas sugieren que la combinación de ultrasonidos y pruebas bioquímicas como método de cribaje en las primeras fases del embarazo podrían ayudar a identificar a aquellas mujeres con riesgo de sufrir complicaciones el final de la gestación", apunta un comentario publicado en la misa revista.

elmundo.es

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