viernes, 5 de diciembre de 2008

NACIO A TRAVES DE UNA VITRIFICACION DE OVULOS Y ES EL PRIMER CASO EN EL PAIS


Se ganó el nombre con creces. Didier Nehuén, lo bautizaron. El primero, galo, significa "el más deseado". El segundo, de origen araucano, lo designa "el fuerte". "¿Cómo llamarlo? Es el sobreviviente de 27 embriones, la coronación de 12 años de tratamientos. Es un tigre", se emocionan Abayuba Rodríguez (40) y Graciela "Caty" Amicone (44), flamantes y babosos padres del primer bebé argentino nacido a partir de la vitrificación de óvulos, una técnica que podría mejorar las tasas de embarazo en los procedimientos de fertilización in vitro y, sobre todo, permitiría concretar el sueño de un hijo a las mujeres que llegan al momento de la búsqueda con sus óvulos envejecidos o dañados por algún problema de salud o su tratamiento, como ocurre con las pacientes oncológicas.Nació el 6 de noviembre, con apenas 33 semanas de gestación. Pero, "tigre", bastaron diez días en neonatología para que "el más deseado" se fuera a casa con sus papás.
"Deseábamos un hijo pero no tomábamos como una maldición el no poder tenerlo, porque nos amamos mucho y nos encanta nuestra profesión. Somos profesores de educación física, preparamos alumnos para triatlones y volcamos mucha energía allí. Por suerte a este sueño también le pusimos toda la garra y con mucho esfuerzo se concretó. Después de cuatro embarazos perdidos y 27 embriones que no evolucionaron acá estamos, felices", celebra Abayuba, y su mujer se suma al festejo por lo que será un fin de año inolvidable.
"Ser padres es maravilloso. Siento que todo valió la pena", dijo a Clarín Graciela, a quien todos llaman Caty.
Didier es el primer bebé que nace en el país fruto de un tratamiento de fertilización in vitro con óvulos vitrificados. Se estima que, en el mundo, hay 600 bebés que comparten el mismo "origen". El primero nació en Japón, en 2005.
"La importancia de la vitrificación de óvulos reside en las excelentes posibilidades que ofrece de cara a preservar la fertilidad cuando hay riesgo de perderla por la edad o por tratamientos agresivos de quimio y radioterapia", explicó a Clarín Fernando Neuspiller, del Instituto Valenciano de Infertilidad de Buenos Aires, quien estuvo a cargo del procedimiento.
"A su vez, quienes quieran retrasar su maternidad pueden criopreservar óvulos jóvenes para usarlos más adelante con total seguridad", agregó.
La vitrificación también permite que las mujeres que necesitan hacerse una fertilización in vitro no deban someterse varias veces a los procedimientos de estimulación hormonal, aspiraciones y demás, porque podrían conservar óvulos para usarlos en futuros intentos. Esto, a la vez, resuelve el dilema ético/religioso de guardar embriones congelados, porque bastaría con criopreservar óvulos.
"Nunca supimos cuál es la causa por la cual no lográbamos un embarazo, nunca apareció. Por lo cual tampoco sabemos en qué nos benefició la nueva técnica. Pero lo cierto es que Didier nació, tras 9 meses en cama y mucho esfuerzo de su mamá. Y tenemos guardados tres embriones que probablemente usemos más adelante", contó Abayuba.
En octubre, otro centro de fertilidad anunció que había logrado un embarazo por vitrificación de óvulos. El procedimiento estuvo a cargo de Santiago Brugo Olmedo, y la paciente era una mujer de 36 años que se había realizado tratamientos durante 5 años y, en ese momento, terminaba el primer trimestre. También hay trabajos en el país sobre embarazos con embriones vitrificados, pero Didier Nehuén, "el fuerte", es el primero.

Detalles de la vitrificación
Primero se estimula con hormonas el ciclo de ovulación de la mujer para que los ovarios produzcan más óvulos de lo normal para un período. Luego, los óvulos son aspirados y llevados al laboratorio para su vitrificación, una técnica de congelamiento ultrarrápido. Con ella, previamente se deshidrata al óvulo y se reemplaza el agua con soluciones crioprotectoras (alcoholes especiales), que evitan que se formen cristales en su interior y no resulte lesionado, algo que ocurría frecuentemente con la técnica "tradicional" de congelamiento, que es lenta. A su vez, la vitrificación, al ser un procedimiento de congelamiento instantáneo, no da tiempo a que la poca agua que pueda haber quedado forme cristales. Una vez vitrificado, el óvulo puede ser conservado hasta que la paciente lo requiera. La sobrevida tras el descongelamiento superaría el 90 por ciento.

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