domingo, 14 de diciembre de 2008

Congreso sobre cáncer de mama


SAN ANTONIO, Texas.- A treinta años de la aparición del tamoxifeno, la droga contra la que año tras año miden fuerza los nuevos fármacos contra el cáncer de mama, en los principales centros de oncología se trabaja para reducir la mortalidad por la enfermedad y personalizar cada vez más los tratamientos.
Es que mientras el cáncer de mama está apareciendo a edades cada vez más tempranas, las diferencias étnicas se hacen cada vez más evidentes en las respuestas a las terapias, como lo reveló un primer relevamiento entre los principales especialistas de 30 países (incluida la Argentina), presentado aquí en el 31º Simposio sobre Cáncer de Mama, que organiza el Centro de Investigación y Tratamiento del Cáncer de la Universidad de Texas y de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer.
"Estamos caminando rápido hacia la medicina especializada en los distintos subtipos del cáncer de mama y el futuro es la personalización de los tratamientos, en lugar de darles la misma droga a todas las pacientes", comentó a LA NACION el doctor Luca Gianni, director del Departamento de Oncología Clínica del Instituto Nacional de Oncología de Milán, Italia.
Con él coincidió el doctor James Ingle, director del Programa de Investigación del Centro de Oncología de la Clínica Mayo: "Teniendo en cuenta las características genéticas de las pacientes y no del cáncer, veremos cada vez más estudios sobre la individualización terapéutica. Existen motivos suficientes para este enorme entusiasmo en la producción de avances reales para las pacientes en los próximos años".
Esos avances incluyen la combinación de terapias, en especial contra el cáncer más agresivo y resistente a la quimioterapia, que representa a entre el 15 y el 25% de todos los casos. "El futuro es el uso de las combinaciones de terapias, sobre todo cuando el tumor es HER positivo", dijo el doctor Carlos Arteaga, director del Programa de Cáncer de Mama del Centro de Oncología Vanderbilt Ingram.
La lista de combinaciones incluye costosas drogas para prevenir la reaparición de la enfermedad hasta las primeras evidencias en pacientes de que el ácido zoledrónico, que se usa para tratar la osteoporosis, reduciría también el tamaño de los tumores mamarios primarios y la cantidad de mujeres que necesitarían una mastectomía.
Para el doctor Stephen Johnston, del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, "el futuro es comprender mejor el cáncer de mama y conocer qué mecanismos genéticos están involucrados para seleccionar las terapias orientadas a controlarlos".

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