lunes, 11 de enero de 2010

Mucho más que dos: el insólito mundo del poliamor

Viernes a la noche, Boedo. Escaleras oscuras; a tientas encontramos la luz del pasillo y tocamos a la puerta. Adentro varios jóvenes entrelazan sus cuerpos en el piso de un salón preparado para danzar. Se suceden impulsos, caídas, encuentros, parejas que se arman y desarman. Algún cuerpo se zambulle en otro con todo su peso, para luego salir con gran suavidad. Se trata de un encuentro de Contact Improvisación, un tipo de danza que tiene como eje el contacto corporal. A un costado, Luz Milah (34) descansa después de su sesión de contact y besa apasionadamente a su nuevo novio. "Es divino", dice entusiasmada. Después de esta escena le sigue otra en la que Luz también es protagonista pero con otra partenaire: su amiga especial. Todo esto, frente a la mirada serena de sus dos maridos, José Villa y Joaquín Gallelli.
¿Dos maridos? Sí, leyeron bien. Así nombra la mujer a las dos parejas con las que hace varios años comparte departamento, gastos, caricias e intereses en común. Además del permiso de ampliar sus horizontes a otros compañeros de juego.
Luz recuerda los comienzos de esta historia. "Con José empezamos siendo amigos y viviendo en grupo. Siempre tuvimos vínculos con otras personas –también del mismo sexo– y siempre nuestro amor fue muy fuerte y muy libre a la vez. Por eso después de trece años se mantiene. Después yo me enamoré de Joaquín. '¿Y ahora qué hacemos?', fue lo primero que pensé. Y bueno, tengo dos maridos." Luz convive con sus dos parejas desde hace cuatro años. "Joaquín y yo tuvimos una relación súper agarrada, un sexo re zarpado, no es igual que con José que siempre tuvimos re buen sexo pero la unión fue muy espiritual. Con Joaquín vino una cosa más de la tierra, y me dije: '¡Guau! ¿Y ahora cómo salgo de ésta?'. De a poco lo fuimos suavizando, él estuvo con varias chicas desde que vivimos juntos. En un momento a mí me costaba y a él también porque es muy entrañable la relación que tenemos, pero ahora me siento libre para aceptar que él esté con la persona que elija, porque yo también elijo. Ahora ya trascendió lo de los dos maridos. Siento que es tiempo de expandir, no me quiero circunscribir a ninguna forma de vínculo."
A algunos les recordará a las comunas hippies, a los más modernos les vendrán a la cabeza los swingers o los fanáticos del menage á trois. Para los sociólogos y sexólogos encargados de catalogar la época, los dos maridos de Luz, y también las libertades que entre los tres se otorgan, llevan un nuevo nombre, a mitad de camino entre la clasificación científica y la telenovela: poliamor.
Sus cultores defienden las relaciones amorosas con más de dos miembros, en las que prima el amor y la intimidad, y no se admiten ni se tolera el engaño. La sexóloga brasileña Regina Navarro Lins, autora de La Cama Reb/velada (pasado, presente y futuro del sexo y el amor), lo considera una muestra de lo que vendrá en términos de relaciones de pareja, como una alternativa al según ella desfalleciente matrimonio monogámico.
Explica vía correo electrónico: "Considero que podemos amar a varias personas al mismo tiempo. No sólo a hijos, hermanos y amigos, sino también a aquellas personas con quienes tenemos relaciones afectivo-sexuales. Sucede todo el tiempo, pero nadie está dispuesto a admitirlo. El tema es que nos obligamos a elegir, a descartar a una persona en favor de otra, aunque dicha actitud suela ir acompañada de dudas y conflictos".
Un club poco exclusivo

Uno no esperaría de los cultores del amor libre que quieran nuclearse en un organismo con figura legal, pero he aquí las contradicciones de la época. El movimiento, que nació hace veinte años en los Estados Unidos y sumó adeptos en el Reino Unido y en Alemania, tiene varias organizaciones –como la Polyamory Society, con sede en Washington– que llevan adelante la bandera de las relaciones amorosas sin exigencia de exclusividad. En noviembre de 2005 se realizó la Primera Conferencia Internacional sobre Poliamor en Hamburgo. Internet es, claro, uno de los lugares de encuentro. La Casa De Los 1.000 Cuartos, por ejemplo, es el primer programa ciberfónico de América latina sobre amor libre y poliamor. Y en sitios como polyamory. com y poliamor.net los poliamantes relatan sus experiencias y difunden eventos.
Juliette es la fundadora del grupo de poliamor de España. Así relata su historia personal. "Cuando me casé con Roland en 1998 no sabíamos nada del poliamor, pero yo sabía que no podía prometerle exclusividad. Empezamos una relación parcialmente abierta. (...) Conocimos a Laurel en julio de 2007, y ha sido un sueño tenerla en nuestra vida. Ella y yo somos amigas muy cercanas, pero no tenemos una relación romántica. Ella y Roland tienen una relación apasionada y cariñosa, que ha resultado en su embarazo y en la decisión de criar el hijo juntos, como una familia. Seguro que nos va a enseñar mucho sobre la familia, el poliamor y la convivencia en un mundo monógamo".
¿Qué factores impulsaron esta nueva forma de pensar las relaciones? Navarro Lins explica: "A partir de 1940 aproximadamente, el amor romántico se convirtió en un fenómeno de masas; todos pasaron a desear ese amor que propone la fusión de los amantes. Pero con la píldora se separó el sexo de la procreación y se lo unió al placer. Entretanto, nuestra época se caracteriza por la búsqueda de la individualidad, y comienza a dejar de ser atractiva la idea de fusión. El amor romántico empieza a salir de escena, llevándose la exigencia de exclusividad".
Las cosas por su nombre

Los poliamoristas aseguran que su filosofía no es más que la celebración de la naturaleza humana y que el enemigo no es el sexo extramarital sino la traición. También dicen que los celos no son innatos ni imposibles de superar.
Luz asegura que cada vez encuentra más personas con quienes relacionarse de esta forma, ya que priorizan la libertad en todos los planos. El caso de Constantina Gambeta (29) viene a cuenta: la chica es tan amplia en sus relaciones como en sus ocupaciones. Canta, danza, da clases de portugués, fabrica comida y ropa. Dice que actualmente no está en pareja pero que tiene varios novios. Y cuenta: "Estuve con un chico unos meses, después él se fue de viaje y apareció otro. Ahora no está porque como alquiló una casa en otro lado, va y viene. También tengo otro amigo con el que a veces estamos. Todos mis amigos viven esa historia".¿Qué pasa con los que no comparten esta filosofía? Constantina contesta: "No me importa si un día me ven con uno y otra vez con otro. No tengo nada que aparentar. Siento que tenemos todo el amor para dar, y hay muchos seres hermosos en el mundo". Para Luz, la imagen de sus dos maridos fue la mejor forma de presentarse en sociedad, incluso con su familia. Su abuela le decía: "¿Pero cómo vivís con esos dos chicos?". Y ella jura que la situación generó sorpresa, pero no rechazo. "Yo entré a la casa de Joaquín con José de la mano. Y los padres de Joaquín nos dijeron: 'Bienvenidos'. Nosotros lo vivimos como algo natural y siempre fuimos aceptados".
¿Lo que natura non da?

Matías Echeguren (32) es un emprendedor que a los dieciocho años fundó su propia empresa. Cualquier madre estaría feliz de tenerlo como candidato para su hija, salvo por un detalle: no cree en la fidelidad. "Hasta hace poco vivía con una chica con la que estoy desde hace trece años. Ahora no vivimos juntos pero es mi compañera, aunque no es con la única con la que estoy".¿Siempre tuvo clara su postura? "Hubo una relación estable y luego fue mutando. Nunca creí en el concepto de fidelidad, pero en los primeros años se daba naturalmente. Después, ante los primeros indicios de que queríamos abrirnos a otros, nos separamos. Pero volvimos a estar juntos, porque era muy fuerte el amor, y vimos que no era nada estar sexualmente con otras personas, que podíamos seguir siendo una pareja".
Matías reconoce que al principio lo asediaba la culpa. "Probé varias cosas: reprimir lo que sentía, mentir... Ahora pienso que lo que te sucede tenés que vivirlo, todavía estamos desestructurando nuestra mente social. Puedo relacionarme sexualmente con alguien como una forma del vínculo súper natural, y yo puedo tener con cualquier persona si lo siento así".
Para Navarro Lins, el concepto de fidelidad es un valor impuesto. "En un principio, se desconocía la idea de pareja. Cada mujer pertenecía a todos los hombres por igual y cada hombre, a todas las mujeres. Desde el establecimiento del sistema patriarcal, hace cinco mil años, comenzó a exigirse fidelidad a la mujer, porque el hombre tenía miedo de dejar su herencia al hijo de otro. Y con el cristianismo, se comenzó a exigir fidelidad a ambos sexos. A partir de entonces, tanto el sexo como el placer pasaron a ser considerados abominables".
Constantina siempre sintió deseos por más de uno por vez: "No puedo dar garantías de no sentir atracción por alguien más. Me pasó de estar de novia muchos años y ser infiel y no poder contárselo a mi pareja porque él no estaba preparado. Me sentí muy mal. Al contactarme con otras personas como yo, sentí un gran alivio: ¡que bueno, no soy la única!".
¿Tortura para celosos?

Navarro Lins considera que "en las relaciones monogámicas, los celos son frecuentes porque hemos aprendido que quien ama no siente interés por nadie más. Es un equívoco, tanto los hombres como las mujeres pueden amar a su pareja, tener un sexo óptimo con ella, y aun así desear una relación con otra persona, porque variar es bueno. Ninguna relación se pone en tela de juicio por la mera existencia de otra, sino por su capacidad intrínseca de mantenerse o no".La psicóloga Fanny Libertun contrapone una inquietud: "Esta premisa sólo podría funcionar entre personas sumamente sanas y maduras, que hayan elaborado sobradamente el conflicto primario con el triángulo madre/padre/hijo. Francamente, no conozco a muchas personas así. Y también es muy posible que, en aras de pertenecer, una persona suprima los celos, la competividad y otros sentimientos desagradables. Y esto no es algo sano para nadie".
En contraposición, los poliamorosos designaron un término para nombrar lo opuesto de los celos: compersión, o el sentimiento de alegría que surge al saber que una persona que uno ama es amada por otro.
Matías no va tan lejos pero sí dice: "No me pasa nada con que alguien que está conmigo esté con otro. Si tengo celos, siento que estoy rompiendo estructuras viejas. Ahora sé que no tengo que cuidarme de nada. Con la experiencia, vi que en los momentos en que sucedían las cosas que yo pensaba que serían terribles, no eran gran cosa. Con la chica con la que estuve trece años, cuando estuvo con otro, fue como un balde de agua fría dos minutos y después no era nada. Si mi mente no se disparaba a un lugar morboso, no era nada terrible".
Leandro Alsina (24) no está en pareja y aunque aún guarda en un costado de su corazón el sueño de encontrar a su único amor, dice que ya no puede proyectar qué tipo de relación va a resultar. "No puedo seguir manipulando al amor, el amor es más liberal, viene, va, te toca, te gusta, te llama... Ahora es momento de boyar en una, dos, tres relaciones, o de estar solo". Sobre los celos dice: "Cuando las cosas son tan abiertas no se puede exigir nada. Adaptarse a eso es un trabajo, pero un trabajo lindo que te libera. Es lo más difícil para la cabeza: entender que está todo bien".
¿Y qué pasa con la descendencia? "Prefiero tener hijos con una amiga que con una pareja monogámica –dice Matías– . Cuando vivía con mi pareja estable no proyectaba tener hijos. Nunca me encajó ese contrato que hacés con tu pareja, con tus suegros, con tu mamá, con todo el mundo, cuando tenés un hijo de la forma socialmente aceptada. Hoy el contrato es conmigo".
¿Es posible que estos vínculos sean profundos? Luz es contundente: "Te pasa algo muy intenso. Las relaciones pueden durar segundos, días, años. El encuentro es atemporal, desde el amor total; no son encuentros ocasionales". Matías no siente necesidad de fusión en el amor. "Me permito vivir la pasión plena porque sé que después no quedo apegado a nada. No necesito proyectarlo hacia un futuro –dice, y agrega que ya le sacó la carga al acto sexual–. Podés tener sexo con un montón de gente y no involucrarte y podésinvolucrarte con un montón de gente sin tenerlo." Además, en Matías se dio otro cambio que él asocia con la idea de no posesión. "Fue dándose solo, y fue como entrar en un vínculo más tántrico: no necesitar eyacular en un vínculo sexual. No necesitar dejar nada dentro del cuerpo de la mujer; ni que la mujer necesite absorber nada tuyo y quedárselo".
¿Será el poliamor una moda pasajera o un anuncio de lo que viene? Luz es militante: "Ojalá que la humanidad esté evolucionando y que todos puedan vincularse profundamente sin que esto tenga que ser pesado". Constantina coincide: "Esta forma de vida te permite profundizar en la amistad con todas las personas, aceptar más al otro. Y si te sentís descuidada por alguien, soltar eso. Total, hay un montón de seres amándote cerca".


"Siempre compartimos todo, hasta los hombres"
Las gemelas misioneras Liliana y Marisa Kuegler (26) le dieron cara al poliamor entre los argentinos, con un giro de película. Compartieron durante dos años al mismo hombre: el remisero Juan Carlos López, de 30 años, con quien se besuquearon apasionadamente en el programa de Susana Giménez, un año atrás. Aunque López ya no es parte de sus vidas, ellas admiten que no fue su primer amor en común... ni será el último.
Liliana y Marisa dijeron a los cuatro vientos que siempre compartieron todo en sus vidas porque se sienten una sola persona, declaraciones que les valieron diagnósticos varios de los especialistas: desde indiferenciación hasta trastorno narcisista. Pero en San Vicente, el pueblo donde viven desde que terminaron el colegio (nacieron en El Soberbio, también en Misiones), las aceptan como son y no cuestionan sus elecciones de pareja. "La gente de mi familia lo toma como algo normal. Yo dependo de Marisa para todo y ella también depende de mí. La persona que está con nosotras lo entiende así: es estar con una sola persona", dijo Liliana a los medios locales. Y agregó leña al fuego: "Nos gustaron siempre los mismos chicos. Yo le decía 'me está gustando tal chico' y ella me decía, 'a mí también'. Entonces lo compartíamos". Pero el comentario más festejado fue del remisero; al preguntársele por la vida amorosa con las gemelas, contestó: "La cama resulta muy acogedora".
Ellas llenaron de elogios al galán, llamándolo "un superhombre en todo sentido", y al fin confesaron que su sueño máximo es embarazarse juntas. "Voy a tener que hacer un buen trabajo", agregó divertido el novio. ¿El principio del fin?


Tipos de poliamor
Polifieles: matrimonio con varios integrantes
Se trata de una relación monogámica pero con más de dos miembros. Tres o más personas comprometidas física y emocionalmente entre ellas. Son fieles.
Pareja poli: vos, yo y el mundo también
Una pareja que está abierta a tener otras relaciones, designadas como "secundarias" o "terciarias" según el grado de involucramiento en la vida de la pareja primaria.
La comuna: amigos son los amigos
Un grupo de personas que viven juntas y eligen relacionarse en forma abierta entre sí y con otros. Suelen tener reglas para convivir y para integrar nuevos miembros.
Soltero poli: amores sin engaño ni exclusividad
Personas que no tienen pareja pero que eligen entablar relaciones con otras personas que no son de naturaleza exclusiva, sobre la base de la honestidad.


El poliamor en la Web
Poliamor.net Todo lo que uno pueda querer saber sobre el tema.
Poliamoria.com Con consejos para superar los celos.
Poliamor.7p.com En versión mexicana.
Radio Mente AbiertaPrograma radial temático.
Loving-openlyLa historia de Juliette, fundadora de la red española. Enumera las distintas formas y categorías del poliamor.
clarin.com

No hay comentarios: