sábado, 5 de septiembre de 2009

Los diez mitos del matrimonio

Que la rutina mata al amor o que el casamiento cambia a las personas son sólo algunas de las creencias acerca de la vida de casados. Tampoco faltan los consejos y lecciones de los que ya dieron el "sí". Cómo diferenciar entre verdad y mito

Mucho es lo que se dice de la vida marital, sus pro y contras, pero bien se dice eso de que "cada pareja es un mundo". Con lo cual, las generalidades no suelen ser de mucha ayuda.

El sitio Terra publicó los principales mitos del matrimonio:
* Olvídese del cuento de hadas: Desde pequeñas les cuentan a las niñas miles de cuentos de hadas en donde el final de la historia era siempre que los protagonistas terminaban casados y felices para siempre. Pero la verdad es que el matrimonio no es el final de un camino, sino todo lo contrario, es el inicio de uno nuevo.

Y uno que no es para nada fácil, que tiene complejidades. Porque ser feliz en pareja es un trabajo constante, una labor en equipo en el que hay que aprender a comunicarse y a escuchar al otro. Así es que a bajarse de la nubecita rosada.

* El mito de la pareja perfecta: Las películas y hasta a veces nuestros amigos cercanos o familiares, suelen transmitir que una pareja que se ama es una pareja que anda feliz las 24 horas del día, que aparentemente todo les sale regio y estupendo. Pero la realidad es otra. No existe el matrimonio perfecto. Es bien simple: la gente pelea, tiene discusiones, diferencias de opinión, y nadie anda feliz todo el día.

* No hay garantía: Casarse no es como comprar un refrigerador o cualquier artefacto que brinde una garantía. El matrimonio no asegura un futuro juntos, ni tampoco asegura la felicidad. Contraer nupcias es una apuesta en la que lo que uno tiene con otro puede proyectarse con el tiempo. Hay que intentar vivir el presente, amarse en el hoy y trabajar en ello.

* No al enamoramiento eterno: Lo ideal es casarse enamorado y lo clásico es que después de contraer matrimonio se dé paso a lo que se conoce como luna de miel donde todo es lindo, relajado y maravilloso. Pero no se puede pretender que eso se prolongue para siempre. De pensar lo contrario, una podría llevarse una gran decepción.

* No hay recetas mágicas: Es común que cuando una está de novio o a punto de casarse, los familiares, amigos y hasta los vecinos llenan de consejos y recetas de lo que hay que hacer y no, cuando uno pasa al equipo de los casados, pero la verdad del asunto es que no existen tales recetas. Simplemente porque lo que sirve para una pareja, para otra es un punto de conflicto es que no hay mandamientos ni nada preestablecido.

* El matrimonio no cambia a la gente: Muchos suelen decir que las personas cambian cuando se casan, como si firmar ese papel produjera una especie de transformación en la personalidad.

Lo cierto es que la gente puede madurar, crecer y evolucionar, pero es muy distinto asegurar que pasa a ser otra persona. O sea, si una mujer está de novia con un hombre infiel o muy celoso, él va a seguir siendo igual con o sin anillo, si es que no hay por parte de él una verdadera reflexión en torno a esos comportamientos.

* Adiós a los prejuicios: Está claro que a veces el matrimonio no dura para siempre y que se puede rehacer la vida con otra persona. Pero a veces la sociedad, e incluso en algunos casos hasta la propia familia y cercanos, cuestionan la idea de querer casarse nuevamente.

Otra vez, como no hay reglas, no porque el primer matrimonio no haya resultado eso implica que el segundo sea igual.

* La pregunta por los hijos: La gente siempre suele consulta sobre cuándo los recién casados van a agrandar la familia, como si ese fuera un imperativo o un deber que se contrae al dar el sí. Y no es así, la maternidad es algo que se elige, que puede darse o no dentro del matrimonio, pero no es una obligación.

* El mito de la pareja hipersexual: Hay personas que juran que la vida de casados incluyen largas e increíbles sesiones de sexo estilo kamasutra. La vida sexual en pareja, en especial cuando se habla de relaciones estables, no es algo absolutamente constante, habrá períodos de baja frecuencia sexual, otros de mucho, ya que son varios los factores que inciden, como la carga de trabajo, los problemas, las peleas. Lo más importante es olvidarse del estereotipo de la pareja hipersexual.

* La inevitable rutina: Quien crea que la rutina es algo que se puede evitar para siempre, es un iluso. Guste o no, la monotonía es algo que va llegar a la vida en pareja y en vez de hacer vista gorda o pensar que si llega es porque se acabó el amor, lo importante es saber cómo afrontarla de la mejor manera.

infobae.com

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